El cine en La Plata

Desde su surgimiento, inventado por los hermanos Lumière en Francia, el cine llegó a nuestra ciudad en julio de 1901, con el recordado salón biógrafo que fundó Eduardo Ciocchini en 8 entre 51 y 53.

Años antes, sin embargo, hubo manifestaciones tempranas de actividad cinematográfica aunque en salas no específicas, como el Teatro Argentino desde 1896 o el Politema Olimpo en 1898. En sus primeros años la filmografía nacional incluyó casi exclusivamente imágenes de tipo documental, con desfiles y actos oficiales, pero también con escenas de campo y hasta cumpleaños de hacendados. La primera película argumental argentina, "El fusilamiento de Dorrego", de Mario Gallo, llegaría en 1908. Hacia 1915 ya se había filmado la primera película argentina con alguna repercusión, Nobleza gaucha.

Entrada la gloriosa década del '20, la ciudad de las diagonales tenía más de una docena de cines, entre ellos, el París (7 entre 48 y 49), Select (7 entre 55 y 56), Avenida Hall (7 entre 58 y 59), Splendid (12 entre 56 y 57), Princesa (diagonal 74 entre 3 y 4), América (51 entre 5 y 6), Del Lago (Bosque), Ideal (47 entre 7 y 8), La Gauloise (4 entre 45 y 46) y, entre otros, el San Martín (7 entre 50 y 51). Para ese entonces el séptimo arte ya era uno de los pasatiempos favoritos de los sectores medios urbanos que prosperaban en el país. El biógrafo era todavía mudo y las funciones solían acompañarse por la música de un pianista que tocaba en vivo.

Un acontecimiento importante se llevó a cabo el 28 de agosto de 1948, en 49 entre 7 y 8, con la inauguración del Cine Rocha: se proyectó "Un enviado del Cielo", de la RKO Radio Pictures.

Entre 1980 y 1990, la Ciudad no escapó a la crisis cinematográfica que se vivió en el mundo entero y aquí, con escasez de australes y aunque todavía fuera una de las salidas más económicas, todo lo que no era comida sonaba a lujo. Y hasta la comida también. El pueblo estaba sin plata y sin ganas. La picota de la mishiadura venía aniquilando comercios como una topadora. Además, la TV más competitiva y popular, el surgimiento del VHS y una ciudad que ya no ofrecía demasiada seguridad, se encargaron de arrinconar a los cines hasta dejarlos casi sin aliento.

La Argentina, en esa época, pasó de tener 2.000 salas a sólo 250, 38 de ellas en la Provincia de Buenos Aires. En este marco, y para 1993, los platenses nos habíamos quedado solamente con dos alternativas: el cine Ocho y el San Martín.

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