Macri, Sampaoli y Tinelli seleccionan jugadores

Por : Alejandro Castañeda 

Mail: afcastab@gmail.com
Periodista y critico de cine 

Es tiempo de hacer listas. De elegir y desechar apellidos. Hay tres lugares codiciados que acaparan la escena nativa. Y sus seleccionadores son Macri, Sampaoli y Tinelli.

La primera, por supuesto, es la lista de candidatos, una puja infinita y sorda que empieza a desplegarse al otro día del escrutinio. Por lo que se ve, hay dos contrincantes de peso que monopolizan los reflectores: en un rincón, el oficialismo, que es casi una plataforma swinger: se acuesta un rato con la gobernadora Vidal y otro con Lilita y ninguna se enoja; en el otro, el PJ, que en una orilla tiene un kirchnerismo que quiere volver sin la frente marchita y, enfrente, a los ortodoxos, que están en Pompeya y más allá del terraplén, esperando que en el futuro el Avanti le gane a la Morocha.

La segunda lista que nos mantiene en vilo es la de Sampaoli, que esta allí, queriendo entrar aquí sin salir de Sevilla, un DT fogoneado por el miedo a quedar afuera y que tratará de insuflarle entusiasmo a una escuadra que no sólo cuando canta el Himno muestra una mezcla de frío y desazón. Sampaoli debe administrar con cuidado el cupo entre los de aquí y los de allá. Son muchos los de este lado que, ante el fracaso de los forasteros, aspiran a ponerse una camiseta que tiene enfrente una Guerra Fría y con Rusia en el horizonte.

Y la tercera a lista es la da Bailando por un sueño, otra nómina muy esperada, que maneja apellidos y posibilidades y que se ha convertido en un tribunal de suprema alzada para dirimir enredos y venganzas. El equipo de Tinelli es un conglomerado heterogéneo y vendedor que de alguna manera resume el estilo de las otras dos selecciones, con muchos nombres en danza, votaciones inciertas y un vestuario celoso y difícil.

La actualidad siempre mezcla los naipes y cualquiera de estas tres acaba coloreando y contagiando al resto. No es casualidad lo de tantas listas indecisas en una época tan insegura. El país también baila al compás de tarifas ingratas y sueña con algún repechaje que lo aleje del peligro. Tinelli se ha mudado del territorio de Sampaoli al de Macri. Se fue de la AFA, pero al mismo tiempo ha blanqueado sus ganas de meterse en la otra lista, la política, sabedor de que al final lo de la bailar para la clientela es una vieja maña de los candidatos, siempre listos para piruetas en la pista y los trucos de las coreo.

Las cosas son así. Y Sampaoli, Macri y Tinelli agotan sus listas de pre candidatos en busca de apellidos que le otorguen alivio y aire triunfal. Se vienen paradas difíciles para los tres. El ráting ha ido enflaqueciendo a la par de las esperanzas futboleras. En los cuarteles del Pro, donde entran todos, menos los radicales, se ilusionan con la llegada de algún remolón brote verde en pleno otoño. Y lo de Sampaoli es parte de una madeja igualmente incierta. ¿Qué hacemos con los de afuera? Macri comparte esa misma disyuntiva. ¿Por qué aquí no rinden como allá? ¿Habrá achanchamiento? La gobernadora Vidal prendió el inflador para que los intendentes no se duerman. Y Tinelli sabe que en su cancha ya no importa ni el baile ni el coach ni el jurado, que su plan es poder sacarle jugo a esa vidriera galante donde desdichas y tironeos rinden más que las alegrías. El Pro apuesta más a las barbaridades ajenas que los logros propios. Tinelli sale a timbrear en busca de tristes y descorazonados que puedan aportar desahogos y lágrimas. Y Sampaoli espera que estas PASO futboleras, como son las eliminatorias, le asegure la reelección.

Aunque ninguno baila, los tres sueñan: Tinelli, con un buen 2017. Sampaoli, con el 2018. Y Macri con el 2019. Nombres y más nombres agotan el insomnio de tres caciques que encabezan malones medio desflecados. Saben que allí, en las listas, puede estar la llave secreta para su futuro. Los bailarines de Tinelli, los futbolistas de Sampaoli y los candidatos de Macri ¿podrán devolverles sonrisas a estos capitanes? Hay que ganar como sea, dicen los tres. No se puede perder más puntos. La cartelera de estos días no ayuda: Sampaoli apuesta a su estilo rápido y furioso. Tinelli le teme a los novelones turcos. Y Macri le contó a Antonia que a veces atemoriza más la Bella que la bestia. Todos juegan para la misma tribuna. Y tienen por delante un fixture bravo. Sí o sí, para ganar van a necesitar votos y pelotas.

Los bailarines de Tinelli, los futbolistas de Sampaoli y los candidatos de Macri ¿podrán devolverles sonrisas a estos capitanes? Hay que ganar como sea, dicen los tres. No se puede perder más puntos

Aunque ninguno baila, los tres sueñan: Tinelli, con un buen 2017. Sampaoli, con el 2018. Y Macri con el 2019. Nombres y más nombres agotan el insomnio de tres caciques que encabezan malones medio desflecados