¿Por qué se pelea la familia de Ricardo Fort?

“Yo no pedí tener esta vida. Vos no viviste nada de lo que yo viví. No falleció tu papá, tenés mamá y seguro tu familia no se está peleando por la plata”: Felipe Fort tiene apenas 13 años pero con un simple mensaje destapó la interna de la familia Fort, una rencilla que llevaba años silenciada desde el entorno de la familia.

Ricardo Fort murió hace cuatro años. Y si bien dejó sus bienes en orden y con claras especificaciones para asegurar el futuro de sus hijos sin que hubiera intromisiones, con el paso del tiempo la familia de Fort (sus hermanos) y el tutor de Martita y Felipe, Gustavo Martínez (ex pareja y amigo personal de Ricardo) comenzaron a discutir por la “letra chica”, cruzando feroces acusaciones respecto al dinero de la empresa FelFort, de la cual Ricardo legó a sus hijos el 16%.

Pero el conflicto, claro, llevaba años gestándose: porque Fort rompió relaciones con su familia desde chico, cuando decidió que la vida de la fábrica de chocolates no sería su vida.

“Nunca le pedí afecto a mi padre, porque lo tenía de mi madre. Nunca me echó, yo me fui solo y el día que lo hice, le dije a mi padre ‘no sé cuándo te voy a volver a ver’. Él me dijo ‘el día que encuentres tu camino, vas a volver’. Volví, me puse a laburar en la fábrica después y fui jefe de desarrollo de productos nuevos; pero no era lo mío, lo mío era cantar”, describió Fort la relación con su padre, un vínculo que nunca llegó a quebrarse pero que tampoco consiguió romper cierta frialdad debido a las decisiones de Ricardo, el rebelde de la familia que renegó del mundo de los chocolates.

“Yo no pedí tener esta vida. Vos no viviste nada de lo que yo viví. No falleció tu papá, tenés mamá y seguro tu familia no se está peleando por la plata”, dijo Felipe Fort, y destapó la interna de los Fort

“Nunca tuvo una relación conmigo de padre e hijo de decirme ‘te quiero abrazar o jugar’. Era un tipo que te enseñaba mucho, tal vez demostraba el amor que me tenía enseñándome cosas”, relataba Fort.

Fue con la muerte de su padre que Ricardo decidió dar el salto definitivo hacia una carrera artística, en 2007, y, desde entonces, con Eduardo y Jorge, sus hermanos, no habla. “Mi relación con mis hermanos (Eduardo y Jorge Fort) es nada. Los veo solamente cuando tenemos una reunión en la fábrica. Pero siempre con abogados”, contó Fort.

No es de extrañar, por lo tanto, que haya dejado a sus hijos a cargo de Martínez, una decisión que a pesar de ser lógica (Gustavo acompañó en su vida y sus días finales a Fort y conocía a los chicos, mientras que sus tíos casi no tenían relación con Martita y Felipe) molestó en el seno de la familia, ya que parte de la fortuna de la familia pasaría ahora por las manos de un extraño, al menos hasta que los chicos alcanzaran la mayoría de edad.

Así es que comenzó el conflicto económico entre Martínez y la familia, que estalló en los medios con el comentario inocente de Felipe, quien escribió lo que escribió defendiéndose simplemente de los ataques virtuales que sufría.

LA PELEA

El comentario generó todo tipo de especulaciones, hasta que Augusto Tartúfoli dijo en “Intrusos” que la rencilla tenía como eje que “la familia Fort percibe que hay un reclamo de Gustavo pidiendo que se abra una cuenta de dinero a su nombre. Dicen ‘el bienestar de los hijos de Ricardo está asegurado por 100 años’. Se preguntan: ‘¿qué necesidad hay de poner una cuenta a nombre de Gustavo Martínez?’”.

Martínez escuchó los dichos de “Tartu” y llamó inmediatamente al programa, acusando al periodista de replicar sin chequear los dichos de su amigo personal, Eduardo Fort.

“Había una suma de dinero que siempre repartían entre los herederos, incluido Ricardo. Pero desde que falleció, ese dinero desapareció. Pasaron dos o tres años y les dije: ‘¿Están pasando esa suma a la cuenta de los chicos?’. No me respondieron nada”, explicó un enfurecido Martínez.

Y agregó acusando a Tartúfoli que “yo no pedí nunca jamás nada. Le dije que ese dinero lo pusieran en una cuenta, a nombre de los hijos de Ricardo. Estás mintiendo y si no te retractás, te mando una carta documento. Yo jamás toqué un peso de Ricardo y mucho menos a los hijos”.

“La familia Fort percibe que hay un reclamo de Gustavo pidiendo que se abra una cuenta de dinero a su nombre. Dicen ‘el bienestar de los hijos de Ricardo está asegurado por 100 años’. Se preguntan: ‘¿qué necesidad hay de poner una cuenta a nombre de Gustavo Martínez?’”, asegúro Tartu

“No hablen por favor de dinero porque son sucios ellos, yo no soy sucio con el dinero. No me jodan porque yo no tengo un peso. Yo vivo con la plata de las clases. Llevo a los chicos a la mañana al colegio. Vuelvo temprano de trabajar para estar en la casa cuando ellos regresan a la tarde de sus clases extracurriculares. Me quedo los fines de semana con ellos. Duermo con ellos. No voy a permitir a nadie que me venga a criticar. Yo amo a los chicos y amo a Ricardo, que la plata se la metan en el cu…”, cerró furioso el tutor de los hijos de Fort.

LA HERENCIA

Lo que no quedó claro, sin embargo, es de qué monto serían estos “sobrantes”. Según el sitio Big Bang News, los chicos ya reciben un dinero mensualmente en concepto de regalías, que ascendería a unos 250 mil dólares para cada uno, que se suman a los más de 250 millones de dólares que Fort dejó a sus hijos con el objetivo de que crezcan “cómodos”.

Martínez acusa a la familia Fort de que mientras pasan las regalías, se quedan con el dinero que “sobra” en cada cierre de caja, y que solía repartirse entre los tres hermanos

Las regalías llegan a Martita y Felipe en concepto del 16% de FelFort, valuado en 250 millones de dólares, un porcentaje que alguna vez quiso vender Ricardo, aunque, reveló, su familia no tenía el dinero para comprarlo y tampoco querían permitir el ingreso de alguien externo.

Pero Martínez acusa a la familia Fort de que mientras pasan las regalías, se quedan con el dinero que “sobra” en cada cierre de caja, y que solía repartirse entre los tres hermanos, a lo que, afirmó el tutor, nunca recibió respuesta y se trataría de una suma potencialmente millonaria.

Mientras tanto, Martínez continúa manejando una herencia que, además del dinero explicitado arriba, consta de un departamento en Miami, valuado en 800 mil dólares; otro departamento de 400 metros cuadrados ubicado en el barrio de Belgrano, cotizado en un millón de dólares; algunos vehículos costosísimos y otros objetos de valor; y hasta un crucero.