Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar

Lilita, las escuchas y la llegada de Odebrecht

28 de Mayo de 2017 | 05:59
Edición impresa

Por: Alejandro Castaéda

Mail: alcastab@gmail.com

Periodísta y crítico de cine 

Lilita se ha convertido en el ama de llaves de un poder con más secretos que cerraduras. Trabaja los hechos con minuciosidad y en una sola aparición tipifica delito, culpable y pena. Todo en una misma atropellada. A la verdad cada vez le cuesta más sobrevivir entre tantos escondites disimulados. Hoy lo que se dice al aire aporta poco. Sólo las escuchas revelan la legítima identidad de un mundo hecho de anotaciones falsas. Los teléfonos acapararon todos los secretos. País raro: el Banco Central lanzará billetes de 1.000 pesos que la AFIP no aceptará. ¿Cómo es la cosa? Y en medio de tanto surrealismo patrio, la AFI, la agencia de súper espías, empezó a desconfiar de sí misma. Lilita cada noche su apoya oreja sobre la alfombra y escucha malones de sospechas. Por eso fue a timbrear a Olivos en busca de refuerzos. Ella es una guardiana implacable que desde su cucha ataca a los de afuera y mordisquea a los de la casa. Y las voces del más allá cada tanto le avisan que el fuerte tambalea, acosado por una indiada alborotada y una cacique volvedora.

Ahora, a pedido de Lilita, la AFI obligará a sus espías a prestar servicio ante el detector de mentiras. Un contrasentido. Justo ellos, que han hecho del ocultamiento su razón de ser, deberán rendir examen de sinceros. Los mejores serán, no los que digan la verdad, sino lo que sean capaces de marear con su destreza simuladora a una maquinita reveladora. Espiarse a sí mismo es la sublimación de la sospecha. Lilita pidió que despidan una jefa de espías que, según su buen saber, va dejando las huellas de sus persecuciones. Quiere que la echen por desleal y chapucera. ¿Será tan así? Hace tiempo que los servicios de espionajes entraron en decadencia. Ahora sólo tienen a las escuchas como única evidencia. Antes, los espías iban de un lado a otro juntando pálpitos. Protagonizaban una mezcla de complot y aventuras que los ponía a la altura de los personajes sinuosos, esquivos y glamorosos. Pero hoy sólo el móvil les suministra datos seguros a estos detectives de escritorio, esclavos de una burocracia grabadora que usa los auriculares más que las pistolas. A falta de operaciones excitantes, se dedican a escuchar todo lo que anda suelto y con más ganas los caprichos sexuales y las trampas. La gente a esta altura espera que algún hacker zafado lance a la calle una selección de escuchas amorosas, como para agregarle un poco de sexo al desfile aburridor de aprietes y sobreprecios. Alguien dijo que el espionaje no es propiamente un castigo, sino un aviso de castigo. Los espías de hoy, en vez de rastrear peligros, se la pasan siguiendo huellas de licitaciones y coimas. Son indiscretos con buen viático que, según Lilita, se delatan solos y que a falta de operaciones más peliagudas, deciden controlar a los integrantes del propio gobierno. No es nuevo. El pelotudo de Parrilli inauguró esta nueva hora de pinchazos vendedores y desde allí todo el que atiende un llamado se siente inseguro. Con tantas cámaras y micrófonos dando vueltas, la transparencia ha pasado a ser algo inevitable más que deseable. Y cualquier personaje de segunda siente que gana puntos al ser vigilado por los servicios de Estado. Hoy el buen vecino tampoco la tiene fácil. Si nadie lo controla, su existencia es un anonimato aburrido que no aporta nada. La conclusión es lastimosa: su vida no le importa a nadie. Y es feo, no vaya a creer. La gente ha cambiado la catarsis por el chisme. ¿Y qué futuro puede tener una agencia de inteligencia que se tiene que investigar a sí misma? El detector de funcionarios desleales debería llevarse también puertas adentro para aprender que el poder, debajo del sigilo, suele esconder sobres y perfidias. País difícil, donde sólo los mal pensados tienen razón. Empezó a girar la rueda del gran confesionario de pecados millonarios. Si Odebrecht suelta sus escuchas, las denuncias de Lilita parecerán chismes de peluquería. Y a la cadena nacional no le darán los micrófonos para ventilar tantas turbulencias. Lilita ha dicho que la segunda funcionaria de la súper agencia le anda pisando los talones y que el Presidente debería creer en sus dichos y expulsarla. Lilita exagera en un país exagerado. Para poder seguirle el paso, a la cúpula de Cambiemos, que cada mañana se desayuna con una nueva declaración explosiva de Carrió, no le quedó otra que mandar a los espías a sincerarse, para poder hacerles creer a la máquina y a Lilita que lo que dicen esos mentirosos esta vez es cierto. Todo sea para calmar a un Presidente que al despertarse, antes de darle los “buenos días” a Juliana, sólo tiene oídos para las ocurrencias de dos señoras, una aliada y otra adversaria, que le quitan el sueño. ¿Acoso de género? Mauricio hace malabarismo en medio de un triángulo que no le da tregua: una amaga con irse y la otra amaga con volver.

Ahora la AFI obligará a sus espías a prestar servicio ante el detector de mentiras. Un contrasentido. Justo ellos, que han hecho del ocultamiento su razón de ser, deberán rendir examen de sincerosx

Lilita trabaja los hechos con minuciosidad y en una sola aparición tipifica delito, culpable y pena. Todo en una misma atropellada

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$120/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $1870

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$160/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2880

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$120.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $1870.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla