Triunfazo para quedar cerca de volver a la Libertadores

Estudiantes tenía que ganar y lo hizo. Fue a una cancha complicada y enfrentó a un rival de nivel. Derrotó 2-0 a Godoy Cruz para empezar a asegurarse un lugar en la Copa Libertadores 2018, premio por demás seductor y que termina de inclinar la balanza de una temporada plagada de emociones. Sólo le falta un pasito, el último. El sábado deberá derrotar a Quilmes, descendido, para ser uno de los clasificados. Todo parece encaminarse hacia un mismo camino, pero nadie cantar victoria.

Fue tan meritoria la victoria que no sólo cerró la fecha en el cuarto puesto y en línea de Libertadores, sino que en la última jornada, en caso de darse un par de resultados posibles, hasta podría terminar como escolta del puntero Boca. Para el aplauso luego de tantas críticas.

Estudiantes fue un claro ganador. Pegó de arranque y luego manejó el partido. Derramó experiencia y oficio. Y tuvo en Sebastián Dubarbier a su jugador más desequilibrante. El inició y cerró el triunfo. Lo festejaron, con mesura, los protagonistas en el centro de la cancha. Pero todavía falta un pasito más y no quieren trastabillar.

El primer gol llegó cuando los 22 protagonistas ni siquiera habían transpirado la camiseta y cuando varios de los presentes en el Malvinas Argentinas no se habían acomodado. Salió rápido Estudiantes para marcar sus aspiraciones y logró un córner desde la izquierda, el sector de la cancha por donde más lastimó en toda la noche. Desde allí Sebastián Dubarbier metió un picante centro para que Leandro Desábato (¿le hicieron penal?) cabeceara al arco, salvó la defensa y tras dos cabezazos más dentro del área chica finalmente Facundo Sánchez marcara el gol.

Con el 1-0, al minuto de juego, el Pincha empezó a manejar el partido casi a su antojo. No le sobró mucho, pero funcionaron bien los volantes en la recuperación, principalmente Iván Gómez, despejó todo Desábato de cabeza y Dubarbier hizo un lío enorme a la defensa local por la banda izquierda. Sólo le faltó un poco de puntería a los delanteros, o bien estar más rápidos para terminar las jugadas que se generaron.

A los 23 minutos Dubarbier metió un preciso pase para que Juan Otero no supiera cómo definir. El mismo colombiano desperdició en el final del primer tiempo una media vuelta dentro del área. La pelota se fue alta tras recibir una asistencia de Facundo Sánchez.

El local aburrió con la tenencia. Pero estuvieron muy imprecisos Gastón Giménez y Pol Fernández. Ni hablar el juvenil Fabián Henríquez, que llegó a este partido con las mejores propagandas pero muy poca producción. La única vez que el Tomba pudo marcar el empate fue a los 33 minutos: se durmió la defensa y tras un centro cruzado Fernández apareció sin marca por la izquierda, pero su remate pasó del otro lado del palo de Andújar.

En el segundo tiempo el partido tuvo más dinámica y emociones. Godoy Cruz asumió otro rol a la hora de atacar y por momentos desniveló a Estudiantes. Fernández, Giménez y compañía empezaron a manejar la pelota con otro ritmo. Encima desde el banco Lucas Bernardi les dio señales positivas a su equipo, con la inclusión de dos delanteros, con el Morro García entre ellos.

Por eso empezó a llevar el peligro que no tuvo en el primer tiempo. Aguirregaray estuvo contenido y el tándem izquierdo ya no pisó tanto el área rival. Nunca lo superó, pero en varios minutos dio la sensación de estar cerca del empate, sobre todo cuando el asistentes anuló un gol de cabeza a Giménez (bien sancionado porque estaba off side) y cuando el árbitro no compró una supuesta mano de Diarte que le reclamaron los hinchas locales.

Estudiantes se aferró a la diferencia. Muy bien los centrales, movedizo el pibe Gómez y apostando a una contra que se le negó sistemática, hasta el final del partido. Dubarbier sorprendió por izquierda pero salvó Rodrigo Rey, a los 21 Aguirregaray no supo cómo definir una jugada por la derecha y a los 24 el palo salvó al Tomba tras un cabezazo en contra de Agustín Verdugo.

El alivio llegó sobre el final. Faltaban tres minutos cuando Sebastián Dubarbier, la figura de la noche, llegó otra vez de contra por la izquierda, le sacó unos metros a su marcador y ante la salida del arquero definió fuerte y arriba. Gol para empezar a sentirse en la Copa Libertadores otra vez, como este año, como tantas veces a lo largo de la historia.

No le sobró nada a Estudiantes, pero ganó con justicia. Se hizo fuerte en una cancha donde no es fácil ganar. Pero le sobró personalidad y experiencia para quedarse con los tres puntos que tanto necesitaba para asegurarse la clasificación. Está a un paso de lograr el objetivo, sólo le falta darlo con firmeza.