Se llevaron más de 200 mil pesos en ropa

“Es como si me hubiera quedado sin trabajo. Tengo que empezar de cero y no sé cómo voy a hacer”, reflexionaba ayer a la tarde la dueña de una tienda de ropa que fue literalmente saqueada por ladrones, estima ella, durante la madrugada.

Ocurrió en el negocio “Lala Giu”, situado en 41 entre 8 y 9, donde delincuentes accedieron tras violentar la cortina metálica del frente y una puerta de vidrio.

La dueña del local, Laura Giuliodoro (37), descubrió el hecho cuando fue a abrirlo ayer a la mañana y no encontró más que el mostrador y los manequíes. “Se llevaron la mercadería, la caja registradora y hasta las cortinas”, lamentó en una charla con este diario.

Al momento de calcular las pérdidas, estimó que rondarían los 200 mil pesos en mercadería.

“La gran mayoría de la ropa eran vestidos de fiesta, muchos de ellos confeccionados con bordados y telas importadas. Esto no se compra en La Salada”, aseguró Laura, antes de indicar que “el vestido más barato que me robaron vale unos 3.000 pesos”.

Apuntó la damnificada que “son prendas exclusivas, algo que seguramente sabrían los que vinieron a robar”.

La amargura de Laura se reflejaba en su rostro y sus palabras, algo que ella misma admitió: “Me pasé el día llorando. Duele muchísimo llegar a tu comercio y ver que lo vaciaron por completo. No dejaron nada, tampoco las bolsas. Sólo unos pocos maniquíes y algunas perchas de madera”.

Después de semejante golpe, Giuliodoro admitió no haber resuelto si va a seguir o no. “Los gastos para volver a empezar serían muy grandes, tendría que arrancar de cero”, argumentó.

“no voy a recuperar nada”

Llevaba en ese local un año y medio y antes había funcionado en otro de la calle 46, sin haber sufrido un episodio de inseguridad. Este la sorprendió sin seguro, ni un sistema de alarmas o cámaras.

Mientras conversaba con este diario, unos trabajadores se encargaban de reparar los serios destrozos que los delincuentes provocaron en el frente del comercio.

“Calculo que robaron a las 4 de la mañana”, analizó Laura, quien decidió denunciar el hecho en la comisaría Segunda, “a pesar de que mucha gente me decía que era una pérdida de tiempo”.

“Lo quiero denunciar porque no está bien lo que me pasó. No tiene por qué pasarme”, remató, indignada. Contó que en la cuadra de su comercio “no hay cámaras de seguridad”, por lo que le preguntó a sus vecinos en busca de alguno que tuviera una. Tampoco tuvo suerte. “Ya se que no voy a recuperar nada”, admitió.