Un biólogo alemán demuestra que los animales pueden predecir terremotos

Hasta ahora sólo se trataba de un mito popular, porque la ciencia venía esquivando el tema y siempre se mostró escéptica ante este postulado: ¿los perros, gatos, ovejas o gallinas son capaces de anticiparnos los terremotos? En los últimos días se conoció una investigación sobre el tema, que fue realizada en Italia por el biólogo Martin Wikelski, quien descubrió que ciertos animales, a los que colocó dispositivos especiales, lo que él llama una “caja negra”, sienten antes los terremotos.

Wikelski, que es director del Instituto de Ornitología Max Planck de Radolzell (Alemania), se presentó en Italia tras los sismos ocurridos el pasado año y que causaron serios destrozos en el centro de ese país.

Para realizar su investigación, eligió una granja en Pieve Torina, un pequeño pueblo de apenas 1.400 habitantes en la provincia de Macerata, en la región de Las Marcas, una de las zonas que fueron devastadas. Y más concretamente escogió la granja de los hermanos Angeli, que producen queso y otras especialidades locales.

Con la ayuda de otro científico alemán y los tres hermanos Angeli, Wikelski colocó dispositivos electrónicos, alimentados con pequeños paneles solares, en conejos, ovejas, vacas, pavos, pollos y perros. Ese dispositivo registró el movimiento de los animales, según algunos parámetros: dirección, velocidad, altitud, temperatura, humedad, aceleración y localización.

“sonaron” las alarmas

Seis meses estuvo el biólogo Wikelski controlando en una computadora los datos que transmitían los dispositivos instalados en los animales. Si bien las conclusiones las expondrá en una revista científica, en un largo reportaje que le concedió al diario New York Times, Wikelski adelanta que “el conjunto de las reacciones de los animales puede proporcionar una cierta alarma importante”.

El biólogo alemán sostiene que los resultados son muy satisfactorios, confirmando que los animales cambian su comportamiento horas antes de que se produzca un terremoto. Con orgullo, uno de los tres hermanos Angeli, Luca, cuenta que antes del terremoto que destruyó su pueblo fue percibido cinco o seis horas antes por algunos animales de su granja: “Los más sensibles y receptivos fueron los perros pastores, nuestros Zeus y Aro. Y después las ovejas”, manifiesta Luca.

CONTROL POR SATELITE

El estudio forma parte de un amplio proyecto de investigación ruso-alemán llamado ICARUS (International Cooperation for Animal Research Using Space). Se trata de un sistema para controlar mediante satélite, gracias a dispositivos alimentados con energía solar, las señales o indicaciones de decenas de especies animales.

Muchas pruebas tendrá que presentar Wikelski para convencer a la comunidad científica, que en gran parte se muestra escéptica frente a su postulado.

Lo cierto es que por el momento, el biólogo alemán cuenta con tres entusiastas defensores: los hermanos Angeli, cuyas fotografías y granja, convertida en laboratorio, han alcanzado los honores de una larga entrevista en destacadas páginas del New York Times, uno de los diarios más importantes y prestigiosos del mundo.