Bailar contra los cuerpos disciplinados

La inclasificable propuesta del Centro de Experimentación y Creación del Teatro Argentino de la Plata (TACEC), continúa con sus excitantes propuestas: desde el jueves al domingo, en la sala ubicada en 10 y 53, se presentará “Daimón”, una performance basada en la danza creada por Maia Chigioni, Valeria Fontán, Sylvie Melis, Vanina Scolavino, Guillermina Etkin y Luis Garay.

La propuesta pone en escena un dispositivo arquitectónico minimalista donde las deportistas Maia Chigioni y Valeria Fontán exploran otras posibilidades de los cuerpos intentando escapar al disciplinamiento que sobre los mismos trabaja la sociedad.

Hace varios años que Garay explora territorios que no son los propios de la tradición de la danza, alejándose de la figura del bailarín para mirar con atención los estados de otros cuerpos “en otros territorios que no fueran los de la tradición del movimiento”, explica.

“Creo que la figura del deportista está en unos límites muy interesantes, cuerpos sobreentrenados, como una exageración de la fuerza, de lo que es posible, de lo que no es posible. Es una figura casi de ciencia ficción, pero al mismo tiempo es híper-real”, dice sobre la razón de su interés por estas posibilidades de los cuerpos, y agrega que “también linda con el ascetismo, un lugar-monje al que llega el deportista, de sacrificio, que está llevado al extremo. Me interesa la idea del monje como estado que altera la experiencia y la percepción, no como búsqueda de la pureza”.

“Por otra parte, es como si ciertas cosas que estamos viviendo fueran llevadas a un desborde: la acción del deportista es estúpida y sin sentido por excelencia. Es algo estúpidamente humano”, afirma Garay.

“A Luis le preocupa el disciplinamiento en general como problema. La adquisición de un lenguaje corporal a través de un ejercicio reglado, normado y bajo ciertos estándares”, aporta la investigadora Julieta Massacese, que asesoró a Garay, y se pregunta: “¿Cómo un cuerpo que es afectado por el poder puede ejercer algún tipo de resistencia?, ¿puede en esa domesticación, que es también la disciplina, generar algún tipo de agencia? Más todavía en un cuerpo como el de la mujer deportista, que está precarizado por muchas cuestiones, en donde incluso su feminidad está puesta en entredicho. ¿Qué tipo de originalidad, de libertad o de construcción se puede hacer en ese contexto? Esa domesticación, ¿se puede contrarrestar?”.

ESTRES Y REPETICION

La figura del deportista aparece como reflejo de otro síntoma de época: el estrés. “El deportista vendría a ser un especialista sobreadaptado al estrés. Tanto que encuentra ahí un lugar de ‘paz’”, explica Garay, y Massacese añade: “Cuerpos súper estresados, como un exceso de multi tasking, nos hace preguntarnos: ¿todo esto que podemos, no nos está matando al mismo tiempo, no es signo de nuestro sometimiento? Son ambigüedades que hay que ser capaces de bancarse como tales”.

Esas preguntas surgen en “Daimón”, que, explica Garay, “se asocia al impulso de volver hacia fuerzas desconocidas a través del cuerpo. Encontrar, a pesar de la sobredomesticación en la que vivimos, fuerzas chamánicas y ritos que nos conecten con todo aquello que no es visible, que es inconsciente”.

La performance está construida en base a una repetición que busca la ruptura, ligada a lo deportivo, explica Garay: “Siempre hubo algo muy deportivo en mi trabajo, una idea de loop y laberinto. La repetición es algo con lo que vengo trabajando. Cuando empecé a experimentar con ella, apareció la noción de un tiempo circular, donde lo que se acumula es desgaste, violencia y energía como potencia. En el deporte, la repetición es el fundamento de cada ejercicio. Tomo el entrenamiento de esta deportista y trabajo con eso. No llegamos a la demostración deportiva, lo que me interesa es lo que sucede antes, poder transformarlo no sólo en una experiencia de danza, sino en algo que atente contra su propio disciplinamiento”.

para agendar

Qué: “Daimón”

Dónde: TACEC, 10 y 53

Cuándo: Jueves, viernes, sábado y domingo a las 21.