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Blog Misterios de La Plata |Leyendas bajo tierra

El Paso de los Libres

Con tantos relatos sobre misteriosos túneles en la ciudad, la mayoría de dudosa existencia, es interesante contar la historia de un túnel secreto que si existió: fue hace más de 80 años, y cruzaba la avenida 1 bajo tierra.

El Paso de los Libres
27 de Junio de 2017 | 08:45

Por Nicolás Colombo

Corría el año 1932 y la ciudad de La Plata palpitaba el cincuentenario de su fundación. Era un 12 de septiembre y los tilos comenzaban a brotar ante la inminente llegada de la primavera, como así también los grandes plátanos de la avenida 1, frente al Paseo del Bosque.

Junto a la sombra de esos árboles tenía su casa el mecánico Herminio Minoli, más precisamente en avenida 1 número 1265, entre 58 y 59. Allí vivía junto a su esposa, hermanas de ésta y sus suegros, en una típica casa platense que tenía el privilegio de ser la única en la cuadra con un pequeño jardín que daba a la calle. Luego de terminar su día laboral y cenar en familia, Herminio decidió irse a acostar temprano ya que debía madrugar al día siguiente. Cerró la puerta de la casa -dejando puesta la llave en la puerta que separaba el jardincito delantero de la vereda-, y se retiró a su habitación.

Su sueño se vio interrumpido cerca de las 4:00 am por unos ruidos extraños, pero creyendo que se debía a algún molesto transeúnte que pasaba por su casa a esa hora, les restó importancia y siguió durmiendo. Se levantó a las 6:00 am y tras desayunar tranquilamente y ponerse sus ropas de mecánico, cruzó el jardín delantero para salir a la calle. Pero antes de llegar a la puerta lo desconcertó lo que vio: a un lado de su jardín había dos montículos; uno de tierra húmeda -como recién extraída-, y otro de ropas viejas -sobre todo pantalones y medias usadas-. Todo esto lo había dejado perplejo y necesitó un momento para recapacitar. Ni bien comprendió lo que había ocurrido, cruzó corriendo la avenida 1 hasta la cárcel que estaba frente a su domicilio y dio aviso al guardiacárcel: había ocurrido una fuga.

La Cárcel de Detenidos y Encausados de La Plata, ubicada en avenida 1 entre 58 y 59, era un complejo carcelario que funcionaba en un ala de la Cárcel Penitenciaria. Se había mudado allí unos años antes, tras ocupar un inmueble en donde originalmente estaba la Escuela de Artes y Oficios, razón por la cual este lugar presentaba muchas falencias edilicias para su función, y por ello era considerada una cárcel de escasa seguridad.  Pese a que se le realizaron grandes modificaciones para su nueva función, no se pudo revertir la falta de seguridad que tenía ese edificio por tener subsuelo y entrepiso. Esto quedó demostrado tan solo unos meses antes de la fuga: el 15 de enero un hombre pasaba caminando por la vereda de la cárcel a las 4:45 de la mañana y notó que desde una rejilla que comunicaba el subsuelo con la calle se escuchaban ruidos y se había desprendido parte del revoque; rápidamente avisó al guardia, y descubrieron que diez reclusos del Pabellón 1 habían cavado un túnel de 1,5 m de profundidad desde sus celdas hasta el subsuelo, pero afortunadamente lograron detenerlos antes de que escaparan.

Ese intento de fuga parece que no fue suficiente para que se mejoraran las medidas de seguridad, ya que la evasión del 12 de septiembre necesitó meses para prepararse.  Tampoco sirvieron los rumores de fuga que corrían por la cárcel y llegaron incluso a la policía de la Capital Federal, la confesión de uno de los internos ni los extraños ruidos subterráneos que escuchaba durante la noche el alcalde del penal.

Los presos se levantaban a las 7:00 am para salir de sus pabellones e ir a los talleres o patios generales, pero esa mañana no fue así. Los guardias del pabellón todavía no habían sido alertados del escape, por lo cual continuaron con su rutina diaria y fueron a despertar a los reclusos a las 6:50 am. Les resultó muy extraño que nadie despertara incluso después de que uno de ellos sacudiera las camas, y la sorpresa llegó cuando levantaron una de las sábanas: todos los reclusos eran muñecos hechos con ropa vieja, que habían sido cuidadosamente colocados de forma que pareciera que todos estaban durmiendo. Inclusive usaron cabellos reales para tapar las cabezas de tela.

Esta fuga masiva no tardó en ser noticia y las autoridades emprendieron una búsqueda de los 33 recluidos que habían escapado, la mayoría de ellos imputados por cargos de robo, hurto y homicidio. Aunque al mes y medio de la evasión ya se había recapturado a todos los fugados, lo que más llamó la atención del público fue la obra magistral que realizaron para conseguir su libertad.

El túnel tenía una extensión de casi 100 metros, pasando por debajo de varias salas de la cárcel, para luego atravesar la avenida 1 y finalizar en el jardín del sr. Minoli. Su boca de entrada era estrecha -de 0,8 m por 0,5 m- y se había realizado con un cortafierro en el piso de hormigón de 10 cm de espesor; además, para no ser descubierta durante las requisas, se disponía de una tapa que encajaba perfectamente y era levantada con facilidad haciendo uso de unos alambres colocados en su parte inferior. Al descender 1,5 m por este conducto, se continuaba por 3 m hasta debajo de los baños del pabellón, donde mediante una perforación en el caño cloacal, se eliminaba la tierra del primer tramo del túnel. Luego se extendía en línea recta por 20 m más, hasta debajo de la Sala de Libros; donde los reclusos construyeron una gran cámara que se comunicaba al entrepiso, sitio elegido para guardar en bolsas de verduras el resto de la tierra, y donde mediante una rejilla de ventilación que daba a la calle se permitían airear su obra y observar las edificaciones de la vereda opuesta, de modo que sabían en qué dirección cavar.

Los bomberos que recorrieron este conducto, hallaron a su paso los elementos que habían usado los presos para su obra: mantas viejas eran empleadas para aislarse de la tierra, la cual retiraban en dos grandes ollas. Para excavar habían improvisado una barreta de acero con mango de madera revestida con lona, como también una pala hecha con medio plato metálico, y picos de madera con clavos en el extremo. Aunque sin duda lo más llamativo fue que contaban con luz eléctrica para trabajar durante las noches: habían conseguido cables y alambres (aislados con goma y alquitrán) que conectaban la lámpara del techo del salón con un portalámpara de madera, cuya bombilla les proporcionaba la luz necesaria para trabajar en plena oscuridad.

La muestra final de la libertad que tuvieron para planear su escape, fueron los recuerdos que les dejaron a sus vigilantes. Antes de abandonar el pabellón escribieron “se algila” en papel de envolver, y colgaron ese cartel como burla ya que el lugar había quedado deshabitado. También tuvieron tiempo de titular como “Paso de los Libres” el túnel, con un cartel en su entrada, como así también escribir la fecha de la fuga en la pileta del patio.

 


 

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  La ciudad de La Plata es conocida por los tilos, diagonales, plazas cada seis cuadras y su perfecto trazado planificado con lujo de detalles a fines del siglo XIX, siendo fundada como la 'ciudad perfecta' por el gobernador Dardo Rocha un 19 de noviembre de 1882. Esa es la historia que todos conocemos y también la que yo conocí cuando a mis 13 años comencé a interesarme por la historia local luego de recibir varias clases sobre esta temática en la escuela.

Sin embargo, cuando años más tarde me propuse investigar en profundidad sobre estos temas, descubrí que había toda una historia que también era parte de la identidad platense pero que por alguna razón no se contaba o apenas se mencionaba.

Supuestas maldiciones, simbología de sociedades secretas, túneles ocultos y fantasmas fueron algunos de los primeros temas que captaron mi atención. En vez de replicar estas historias, decidí tomarlas con escepticismo comenzando una investigación para desmitificarlas dentro de lo posible, lo cual me llevó a encontrar muchísimos datos e historias interesantes de La Plata.

Lo que en un principio fueron 10 historias de mitos, se transformaron en más de 100 publicaciones sobre los 'Misterios de la ciudad de La Plata', que con los años dieron lugar al libro homónimo en el cual relato casi 200 historias curiosas y poco conocidas sobre nuestra ciudad.

En este espacio de los blogs de El Día voy a ir difundiendo algunas de estas historias, junto a notas, libros, charlas, visitas guiadas, y todo aquello que pueda interesar a quienes deseen conocer la historia que no se cuenta de La Plata.

Contacto:
misteriosdelaplata@hotmail.com
www.facebook.com/MisteriosDeLaPlata
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