La Municipalidad debe revisar los criterios con que encara las tareas de poda

La Municipalidad local debiera revisar en forma urgente los criterios técnicos con que realiza las podas convertidas en una verdadera mutilación de los árboles, talados por motosierras hasta quedar virtualmente eliminada la mayor parte de sus copas, tal como ha ocurrido en un tramo de la calle 12 según se reflejó en la edición de ayer.

Tal sugerencia no es caprichosa ya que la Comuna acaba de señalar que esas podas se están haciendo “bajo la supervisión técnica de ingenieros forestales” en la órbita del área de Espacios Públicos y Gestión Ambiental. Cabe adelantar que, desde hace muchas décadas, los especialistas en esta materia han coincidido en la necesidad de que no se realicen podas mutilatorias, que ataquen la integridad de las copas e impidan que los árboles crezcan fuertes.

Lo que está en juego, como se sabe, es la suerte de uno de los patrimonios más valiosos y característicos de La Plata –su arbolado público-, sobre el cual no pueden existir a estas alturas de la ciencia ningún tipo de disparidad en lo que se refiere a las podas.

Hace mucho tiempo que los especialistas y, fundamentalmente, los vecinos, vienen reclamando contra los inconcebibles -e inexplicables- excesos que se cometen con las podas, convertidas en verdaderas talas, realizadas además sobre árboles que no muestran ningún signo de estar sufriendo algún tipo de enfermedad.

Las malas podas resultan también incomprensibles desde que se realizan en una región donde se encuentra asentado uno de los polos petroquímicos más importantes del país, algo que valoriza enormemente la función del arbolado público.

Lamentablemente, estas premisas han sido ocasionalmente desoídas, como ha ocurrido ahora en una cuadra de calle 12. La realización de podas depredadoras, excesivas o extemporáneas, la no comprensión por parte de los organismos responsables de lo que significan las podas correctivas o las podas de limpieza y la no reposición de ejemplares formaron parte de los reclamos que formularon vecinos y ambientalistas de nuestra zona.

Es habitual constatar en nuestro distrito, especialmente en localidades de la periferia, cómo la realización de alguna obra empieza, lamentablemente, por la extracción o mutilación casi total del arbolado existente en la vereda. Y que, además, muchas tareas de podas no parecen estar inspiradas en las pautas que ordenan las leyes y ordenanzas vigentes.

Convendría también recordar que la ley provincial 12.276, en su artículo segundo, establece con claridad la obligación de los municipios para que en forma anual presenten un plan de forestación y de reforestación.

Es necesario, entonces, aludir a la conveniencia de que la Comuna no se aparte, en materia de podas, de lo que dictaminan los expertos forestales. Ha sido muy estimado siempre el aporte de especialistas formados en las aulas de la Universidad local, cuyos trabajos científicos y consejos nuestra ciudad siempre valoró.

En el caso de La Plata, no debiera ser necesario reiterar que, al ser fundada, nació con premisas urbanísticas de vanguardia y que, entre las más salientes de ella, figuraba la de contar con un arbolado público de excelencia. Fueron muchas las generaciones que cumplieron con el deber de preservar y acrecer ese patrimonio y, por consiguiente, le corresponde a las actuales proyectar hacia el futuro el mismo legado.