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Información General |La canasta de pobreza aumento mas que la inflacion promedio en lo que va del año

Por el aumento en los precios cambian hábitos alimentarios en barrios vulnerables

Cocciones más cortas para ahorrar gas y opción por cortes de carne más baratos, entre las estrategias de los vecinos para hacer frente a los aumentos

Por el aumento en los precios cambian hábitos alimentarios en barrios vulnerables

Silvina Laprida (27): “En casa somos seis y la compra de detrminados cortes de carne, como los bifes la espaciamos y compramos algo más económico, como las alitas de pollo en cantidad para frizar” - pablo busti

4 de Junio de 2017 | 03:09
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Apelar al ingenio. Esa es la clave a la que recurre Rossana Carrera (25) para cocinar de maneras distintas las alitas de pollo cada vez y hacerlas atractivas para los chicos. A veces las hace con una cobertura de pan rayado, otras veces solas y al horno, en ocasiones las incorpora a un guiso de fideos o de arroz, según relata. Rossana, que vive en una zona vulnerable de Ringuelet, en una casilla de madera y entre pisos de tierra, cuenta que el impacto de la inflación sobre los precios de los alimentos más básicos en los últimos meses hizo que cambiara algunas costumbres a la hora de cocinar. Varias costumbres. En primer lugar, habla de cocciones más cortas para ahorrar gas envasado y estirar lo más posible la carga de una garrafa. Pero también cambió los cortes de carne que habitualmente se consumen en la casa.

“Antes comprábamos con más frecuencia bifes, carnaza y cuadrada, pero ahora el kilo de esos cortes anda por los 150 pesos, entonces optamos por otros., como la aguja, el osobuco o las alitas de pollo que cuestan alrededor de 50 pesos el kilo”, dice Rossana.

En otras casillas ubicadas en el mismo barrio se describen situaciones similares, El afán de ahorrar gas, el cambio de cortes de carne por otros más económicos y la reducción en la cantidad de carnes, frutas y lácteos consumidos son enunciadas por otros vecinos, como Silvina Laprida (27) al frente de un hogar con seis chicos. Para ella también es una estrategia clave estar atenta al factor estacional en las verdulerías para obtener mercadería a mejor precio. “En estos días, por ejemplo, conviene comprar zapallitos, en lugar de otras verduras que están más caras. Hay que estar atentos a los precios en cada momento y hacer compras al por mayor entre varios”, dice.

Las historias de Rossana y Silvina ilustran cómo impacta la inflación en los barrios más vulnerables a pocos días de que el Indec difundiera un dato según el cual en lo que va del año los productos y servicios que consumen los sectores económicos menos favorecidos aumentaron un punto más que la inflación promedio. Así, mientras este último indicador se incrementó un 9,1% en lo que va de 2017, la canasta básica de pobreza lo hizo un 10,2%.

Según los números oficiales, una familia tipo, integrada por un matrimonio y dos hijos, necesitó en diciembre pasado 13.155,83 pesos para no ser considerada pobre, mientras que en abril la misma canasta aumentó a 14.5012, 06 peso. Un aumento de 1.345,23 pesos en sólo cuatro meses.

La canasta básica se compone de alimentos básicos, como pan, verduras, frutas, carnes o lácteos y de otros gastos que consumen los sectores de menores ingresos.

El dato se conoció en la misma semana en que se difundió otro estudio según el cual el consumo de leche y sus derivados registró una fuerte caída en los últimos años.

Según un informe del Centro de Estudios Sobre Nutrición Infantil (Cesni) difundido en el marco del Día Mundial de la Leche, que se conmemoró la última semana, los argentinos consumen un 26% menos de lácteos que hace 17 años.

El mayor descenso lo representa la leche, mientras el 87% de los adolescentes y el 72% de los niños de entre 5 y 12 años no alcanza la recomendación de tres porciones por día que surge de las Guías Alimentarias para la Población Argentina (Gapa). Las leches, yogures y quesos son los alimentos más ricos en calcio, expresó el informe, y advirtió que el consumo promedio de los argentinos es bajo y no alcanza para cubrir las necesidades de ese elemento establecidas para las distintas etapas de la vida. En la caída del consumo, el factor que más se destacó fue el alto precio de la leche.

Mientras tanto, los precios de los alimentos básicos en Argentina siguen siendo los más altos de Latinoamérica y llegan a costar hasta el 50% más de lo que se paga en algunos países desarrollados, según indican informes de distintas consultoras privadas.

Esta situación puso en el centro del debate al tema de la formación de precios, en el país que divide opiniones entre los economistas y los representantes de entidades de defensa del consumidor (ver aparte).

Los cambios de hábitos alimentarios en los barrios más vulnerables, derivados de los incrementos en los precios de los alimentos y servicios que forman parte de la canasta de pobreza por encima de los que se siguen para medir la inflación promedio, también se notan en las entidades que trabajan en esos barrios para prevenir la desnutrición infantil.

Nutricionistas de CONIN La Plata, que se desempeñan en zonas carenciadas de Los Hornos y Ringuelet en esa tarea, destacaron que, entre los cambios de hábitos que notaron se cuenta las cocciones más rápidas, el cambio de cortes de carne consumidos y el reemplazo del consumo de leche en los hogares por otrras infusiones como té o mate cocido.

“Hace alrededor de un año, las madres del barrio comenzaron a hablarnos de estos temas. La preocupación por el costo de la garrafa y la necesidad de hacer cocciones cortas, el cambio de otros cortes de carne por la picada o las alas de pollo y el reemplazo de los leche por te o mate cocido en el hogar, En muchos hogares de los barrios donde trabajamos la comida fuerte de los chicos es la que se hace en la escuela o en el comedor barrial”, dice María Celeste Furlotti, licenciada en nutrición de Conin LaPlata que trabaja en los centros de Los Hornos y Ringuelet.

 

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