El homenaje a una vocación de la libertad

Los periodistas celebran hoy su día, que fue instituido para recordar la figura de Mariano Moreno, pues fue el 7 de junio de 1810, con el primer gobierno de una patria que comenzaba a inaugurarse recién designado, que el abogado, político y fundador de La Gazeta de Buenos Ayres sacó el primer número del semanario de la Revolución a la calle.

Fue en el Primer Congreso Nacional de Periodistas que tuvo lugar en Córdoba en 1938 cuando se decidió instaurar esta emblemática fecha para homenajear a los hombres y mujeres que , desde los medios de comunicación del país, trabajan cotidianamente, con una particular vocación de servicio, para dar cuenta de los hechos de la realidad social, política, económica, urbana, cultural y de la vida moderna.

“Desde su primer número marcó el ideal de la autonomía y la libre expresión que aún hoy es ejemplo a seguir para los representantes de la prensa”.

Aquel periódico fue el pionero en reflejar el pensamiento nacional. Aunque su publicación no duró todo lo que el grupo de hombres que escribieron en él lo desearon en el momento del lanzamiento (dejó de imprimirse en 1821), desde su primer número marcó el ideal de la autonomía y la libre expresión que aún hoy es ejemplo a seguir para los representantes de la prensa. “Felices tiempos aquellos en que se puede sentir lo que se quiere y decir lo que se siente”, se leyó en su página y la frase se imprimió como legado para las siguientes generaciones de periodistas.

Además de Moreno, formaron parte del elenco de redactores de la histórica publicación muchos otros notables de aquellos principios del siglo XIX, como Manuel Belgrano, el Deán Funes, Monteagudo, Pazos Silva, Juan José Castelli y Julián Alvarez.

Moreno fue, no obstante, la “gran” figura de esos tiempos. Secretario del gobierno, ya criollo, que formó al lado de Cornelio Saavedra y los seis vocales de la Primera Junta, además de letrado, periodista, escritor y revolucionario, fue un destacado jurisconsulto y estadista, que cumplió, asimismo, un importante papel en la conducción del poder que le siguió a la gesta de Mayo.

Rica formacion

Mariano Moreno nació en Buenos Aires el 23 de septiembre de 1778 y que su padre, Manuel Moreno y Argumosa, era un funcionario español del gobierno del virreinato (de la Tesorería de las Cajas Reales) y su madre, Ana María Valle, una joven vecina de la ciudad de Buenos Aires. En sus años de escuela ya se distinguía por su inteligencia poco común. Estudió en la Universidad de Chuquisaca (hoy Sucre, Bolivia), donde se empapó de las ideas de la Ilustración, a las que adscribió y tomó como modelo de progreso para el país que se conformaba en el Río de la Plata. Regresó a Buenos Aires en 1805 y pronto se comprometió con escritos y asuntos de interés público, alineándose con el grupo conducido por Martín de Álzaga. Años después, jugó un papel fundamental en la exigencia para que el virrey llamase a un Cabildo Abierto, y luego por el establecimiento de una junta elegida por ese cuerpo en representación del pueblo.

En el gobierno de la Primera Junta, Moreno fue nombrado Secretario (con responsabilidad en asuntos políticos y militares), cargo que mantuvo durante los siete meses en los que llevó a cabo sus objetivos: mantener todo el virreinato leal al gobierno patrio en Buenos Aires; establecer una economía libre; elaborar una constitución que pudiera establecer legalmente instituciones para preservar las libertades personales, políticas y económicas de la nueva sociedad.

Entre sus múltiples logros, además de fundar La Gazeta de Buenos Ayres, estableció una oficina de censos y una escuela militar; planificó la formación de una biblioteca pública nacional; reabrió Maldonado, Ensenada y Patagones (Río Negro) como puertos, liberando el comercio y las explotaciones mineras de las antiguas restricciones.

Pero aquel logro que se conmemora hoy es sin duda trascendente por lo que todavía significa, al haber abierto el camino a la libertad de pensamiento y de expresión.