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A medida del estado anímico

Un derroche de fantasía, de propuestas y de tendencias... Milán, un año más, ha vuelto a convertirse en el ombligo del mundo del diseño de muebles.

A medida del estado anímico
8 de Junio de 2017 | 05:58
Edición impresa

Cada rincón de la ciudad italiana de Milán ha sabido cómo mostrar las piezas más fascinantes procedentes de multitud de países, nacidas de la imaginación de talentos consagrados y jóvenes creadores.

Israel, Australia, México, Argentina, Finlandia, Dinamarca, Brasil, Egipto, Letonia, Turquía o Tailandia son una pequeña parte de las nacionalidades presentes en la 56 edición del Salón del Mueble de Milán.

Brasil es el país Latinoamericano con mayor presencia en el Salón del Mueble milanés. Louis Kazan es la firma que engloba la creatividad de Luiz Mario Moura y Graça Kazan, veteranos del diseño

Una feria que conjuga calidad y tecnología para hacer del hogar el mejor sitio habitable. Dos mil expositores han difundido sus novedades en un espacio gigantesco para el que la organización creó una “app” (aplicación para dispositivos móviles) con la que poder organizar la visita y conseguir que las propuestas de interiorismo fueran más accesibles.

GRANDES DEL DISEÑO

Una de las grandes del diseño italiano, Cassina, con 90 años de historia, presentó un nuevo sofá de la diseñadora Patricia Urquiola, y las nuevas incorporaciones de diseñadores como los hermanos Bouroullec o Konstantin Grcic. Mobiliario que une pasado y futuro sin olvidar las necesidades del presente.

La diseñadora española Nani Marquina celebró sus 30 años en el diseño presentando tres colecciones en este escaparate de tendencias en colaboración con Jaime Hayon.

Italia, como es lógico, abandera en número de participantes al resto de la comunidad del mueble. La firma italiana Riva 1920 presentó diseños en madera reciclada, buscando el respeto a la naturaleza, de ahí que utilicen postes sacados de las lagunas venecianas, y creaciones con maderas más clásicas como las procedentes de roble o el cedro.

Brasil es el país Latinoamericano con mayor presencia en el Salón del Mueble milanés. Louis Kazan es la firma que engloba la creatividad de Luiz Mario Moura y Graça Kazan, veteranos del diseño, con propuestas que han vestido hoteles, residencias y yates en Europa y Estados Unidos.

Son ideas que engarzan con piezas artesanas elaboradas con ricas y exóticas maderas, a las que dedican una especial atención a los detalles.

A Lot Of Brasil es una de las firmas emergentes y nuevas de la industria del mueble. Creada en 2012, su creador Pedro Paulo Franco, presentó su diseños elaborados con materiales orgánicos y de deshecho.

El estudio de David Pompa es la única representación mexicana dentro del apartado Euroluce, donde el diseñador presentó su nueva creación Oola, una lámpara de techo que aúna un estilo contemporáneo con la identidad y la artesanía de México.

CREAR AMBIENTE

La firma francesa Roche Bobois presenta en esta feria una atmósfera intimista de inspiración asiática con colores fuertes, para un comedor en que han colaborado grandes talentos, como Jean Nouvel o Christophe Delcourt.

También han participado nombres emergentes en el mundo del diseño como Lili Castilla, que presenta un sofá asimétrico con mesa integrada.

La presencia de cinco estudios da solidez a la creación argentina. Dario Polaco Desing es uno de ellos, un joven talento graduado en diseño industrial, que presentó coloridas y divertidas piezas con sinuosas curvas en elementos como sillas, estanterías, mesas auxiliares y hasta un divertido recipiente para macetas.

Pero no solo los diseños exclusivos tienen cabida en este Salón del Mueble. Ikea descubre su propuesta de salones del futuro en Milán, redefiniendo un espacio en el que “la presencia de la tecnología es cada vez mayor, por lo que debe de ser la estancia más flexible de una casa”, explica Marcus Engman, responsable de Diseño en IKEA en Suecia.

La ciudad también palpitó con el “off” al “Salone”, y en galerías, tiendas y lugares emblemáticos se presentaron nuevas colecciones de muebles.

Esa es la opción que ha escogido Zara Homepara, presentar su nueva colección de primavera verano 2017 en colaboración con Simon Costin y bajo el título de “La gran ilusión”, que ha fotografiado, en un alarde de fantasía, Tim Walker.

Al recorrer la feria del Mueble de Milán, ha quedado una sensación: las marcas han propuesto artículos con un diseño bien estudiado, aunque no necesariamente con un factor único o distintivo que sorprendiera. Así, el diseño de interiores parece tomar ejemplo de la industria de la moda, donde las piezas clave son, a menudo, simples, neutras, de carácter atemporal y confeccionadas con materiales de calidad, de manera que se pueden combinar con accesorios atrevidos e innovadores según la temporada. Las principales editoras de mobiliario han destacado por la renovación de diseños ya existentes y por una nueva definición del concepto de “minimalismo de lujo”.

Daniele Lago, fundador de la empresa de diseño italiano Lago, afirma que “actualmente, el diseño se centra más en el entorno y la atmósfera que en la creación y exhibición de piezas de mobiliario únicas”. El mismo ilustró esta premisa en su expositor, donde combinó con nuevos entornos varias piezas diseñadas en los últimos años, como la cama suspendida Letto Fluttua o la pequeña mesa Air.

Con el concepto de “amabilidad” como núcleo temático, la empresa diseñó las instalaciones en colaboración con ocho conocidas mujeres italianas. La interpretación de este espacio etéreo y cándido que vemos en la imagen es obra de una de ellas: la prima ballerina Carla Fracci.

Entre los diseñadores de la feria había ganas de crear un nuevo clásico: un nuevo icono atemporal. Así, se han visto varias formas sencillas de diseños clásicos –ahora más fáciles de producir– adaptadas a los gustos y las necesidades actuales; algo que, en todo caso, no es novedad. De todas formas, una colección se llevó todas las miradas: la línea de Jaime Hayon para el fabricante austriaco Wittmann, “un viaje imaginario a la Viena de los años 30”.

Grandes, grandísimo, este año los sofás vienen en tamaño XXXL, y esto ha quedado en evidencia al recorrer la feria.

La intención es crear un lugar de reunión que despierte un sentimiento de comodidad y seguridad. Esto significa que ahora los sofás son más profundos, tal y como se vio en la feria de Milán.

Los sofás italianos tradicionales, en cambio, transmiten una sensación de máxima relajación, e incluso estos son ahora más grandes.

El fabricante italiano Living Divani, por ejemplo, ofrece un sofá con una profundidad de asiento 122 centímetros.

Otros han apostado por sofás modulares grandes y bajos que se crean combinando varias piezas más pequeñas, o modelos como Pack, diseñado por Francesco Binfaré para Edra , que recuerda más bien a una enorme zona recreativa.

“Es un objeto real, un paisaje doméstico, algo que embellece el interior de la casa”, comenta Binfaré, quien describe este diseño como “un objeto que evoca “la inocencia, la felicidad y los cuentos de hadas”.

Desde luego, los sofás son ahora más amplios, aunque no siempre más voluminosos. Las líneas simples, los colores neutros y las formas redondeadas a menudo se combinan con un frágil marco que sustenta el peso de estas enormes piezas. Esto le confiere un aspecto elegante y delicado. Son muebles simples, pero con mucha fuerza, como el sofá que vemos en la imagen y que “se inspira en los trajes masculinos hechos a medida: sofisticadas telas confeccionadas con materiales y accesorios de calidad”, afirma la nota de prensa de Moroso.

Los tonos de gris, beige y terracota también han destacado este año, aunque no podemos restarle importancia a las texturas y estampados que los acompañaban. Una vez más, se ha podido apreciar la influencia de la moda: el tweed, la pata de gallo, los pequeños cuadros bicolores y los jaspeados –los mismos patrones que se utilizan en los trajes– fueron una temática común en los espacios.

La atención al detalle, especialmente en lo que a materiales se refiere, también merece una mención. Jonathan Levien, del dúo de diseñadores londinenses Doshi & Levien, explica: “En nuestro caso, nos gusta centrar nuestros esfuerzos en las pequeñas cosas, como en la selección de un tejido o una cuerda”. Esto se ve reflejado en algunos de sus diseños para Kettal, como la colección de sillas Cala, hechas con cuerda. Por otro lado, se pudo comprobar que los metales siguen siendo tendencia. No solo se han visto en soportes para muebles, sino también en las distintas superficies, de manera similar a como se ha utilizado el revestimiento de madera durante años. Esta es otra forma de combinar con gracia materiales frágiles con otros más bastos en interiores.

“La naturaleza es el diseñador más grande del mundo y, a su vez, la fuente más grande de inspiración”, asegura el diseñador holandés Edward van Vliet. Sin duda, las flores y los motivos tropicales siguen estando de moda. Se pudo ver de nuevo muchas hojas y, a menudo, combinadas con grandes flores en los elementos decorativos de pared. Muchas marcas han dado protagonismo a las mariposas y las flores en lámparas (Driade), alfombras (Missoni) o tapicerías (Kartell y Moroso).

Asimismo, la naturaleza sigue inspirando muchas formas. Patricia Urquiola visualizó la sencilla forma de este sillón que observamos en la imagen, similar a una cáscara de nuez, al doblar un trozo de papel. Las juntas se diseñaron meticulosamente y se necesitaron tres años para terminar esta pieza.

Muchos fabricantes trabajan partiendo de una premisa: la probabilidad de que los usuarios quieran adaptar la apariencia de un producto a su estado anímico o a sus gustos personales.

El respaldo del sofá de Rubelli, por ejemplo, puede cambiar de color gracias a su funda reversible. Uno de los lados es del mismo color que el resto del sofá y el otro desvela un atrevido color naranja.

La lámpara Graffiti, diseñada por Kazuhiro Yamanaka para Pallucco Italia, está adornada con barras de metal que se unen mediante imanes. Estas pueden cambiarse de sitio, de manera que uno puede modificar la apariencia general de la lámpara en función de su estado de ánimo, el ambiente que quiera crear en la estancia, etc.

Estos diseños personalizables son un perfecto ejemplo de la temática general del Salone de este año. En lugar de tratar de romper moldes, muchas editoras y exposiciones mostraron cómo un enfoque vanguardista sobre lo clásico puede hacer que el interiorismo vuelva a centrar sus esfuerzos en un aspecto fundamental: el de adaptar los muebles a nuestros espacios y a nuestras vidas.

MINIMALISMO DE LUJO

Al recorrer la feria del Mueble de Milán, ha quedado una sensación: las marcas han propuesto artículos con un diseño bien estudiado, aunque no necesariamente con un factor único o distintivo que sorprendiera. Así, el diseño de interiores parece tomar ejemplo de la industria de la moda, donde las piezas clave son, a menudo, simples, neutras, de carácter atemporal y confeccionadas con materiales de calidad, de manera que se pueden combinar con accesorios atrevidos e innovadores según la temporada. Las principales editoras de mobiliario han destacado por la renovación de diseños ya existentes y por una nueva definición del concepto de “minimalismo de lujo”.

CANDIDEZ ETÉREA

Daniele Lago, fundador de la empresa de diseño italiano Lago, afirma que “actualmente, el diseño se centra más en el entorno y la atmósfera que en la creación y exhibición de piezas de mobiliario únicas”. El mismo ilustró esta premisa en su expositor, donde combinó con nuevos entornos varias piezas diseñadas en los últimos años, como la cama suspendida Letto Fluttua o la pequeña mesa Air.

Con el concepto de “amabilidad” como núcleo temático, la empresa diseñó las instalaciones en colaboración con ocho conocidas mujeres italianas. La interpretación de este espacio etéreo y cándido que vemos en la imagen es obra de una de ellas: la prima ballerina Carla Fracci.

Siempre mirando hacia atrás

Entre los diseñadores de la feria había ganas de crear un nuevo clásico: un nuevo icono atemporal. Así, se han visto varias formas sencillas de diseños clásicos -ahora más fáciles de producir- adaptadas a los gustos y las necesidades actuales; algo que, en todo caso, no es novedad. De todas formas, una colección se llevó todas las miradas: la línea de Jaime Hayon para el fabricante austriaco Wittmann, “un viaje imaginario a la Viena de los años 30”.

EL GRAN PROTAGONISTA SIGUE SIENDO EL SOFÁ

Grandes, grandísimo, este año los sofás vienen en tamaño XXXL, y esto ha quedado en evidencia al recorrer la feria.

La intención es crear un lugar de reunión que despierte un sentimiento de comodidad y seguridad. Esto significa que ahora los sofás son más profundos, tal y como se vio en la feria de Milán.

Los sofás italianos tradicionales, en cambio, transmiten una sensación de máxima relajación, e incluso estos son ahora más grandes.

El fabricante italiano Living Divani, por ejemplo, ofrece un sofá con una profundidad de asiento 122 centímetros.

Otros han apostado por sofás modulares grandes y bajos que se crean combinando varias piezas más pequeñas, o modelos como Pack, diseñado por Francesco Binfaré para Edra , que recuerda más bien a una enorme zona recreativa.

“Es un objeto real, un paisaje doméstico, algo que embellece el interior de la casa”, comenta Binfaré, quien describe este diseño como “un objeto que evoca “la inocencia, la felicidad y los cuentos de hadas”.

LIGEREZA Y SENCILLEZ ANTE TODO

Desde luego, los sofás son ahora más amplios, aunque no siempre más voluminosos. Las líneas simples, los colores neutros y las formas redondeadas a menudo se combinan con un frágil marco que sustenta el peso de estas enormes piezas. Esto le confiere un aspecto elegante y delicado. Son muebles simples, pero con mucha fuerza, como el sofá que vemos en la imagen y que “se inspira en los trajes masculinos hechos a medida: sofisticadas telas confeccionadas con materiales y accesorios de calidad”, afirma la nota de prensa de Moroso.

PATRONES ELEGANTES Y TONOS NEUTROS

Los tonos de gris, beige y terracota también han destacado este año, aunque no podemos restarle importancia a las texturas y estampados que los acompañaban. Una vez más, se ha podido apreciar la influencia de la moda: el tweed, la pata de gallo, los pequeños cuadros bicolores y los jaspeados -los mismos patrones que se utilizan en los trajes- fueron una temática común en los espacios.

METALES QUE RENACEN, Y SE MEZCLAN CON TEJIDOS

La atención al detalle, especialmente en lo que a materiales se refiere, también merece una mención. Jonathan Levien, del dúo de diseñadores londinenses Doshi & Levien, explica: “En nuestro caso, nos gusta centrar nuestros esfuerzos en las pequeñas cosas, como en la selección de un tejido o una cuerda”. Esto se ve reflejado en algunos de sus diseños para Kettal, como la colección de sillas Cala, hechas con cuerda. Por otro lado, se pudo comprobar que los metales siguen siendo tendencia. No solo se han visto en soportes para muebles, sino también en las distintas superficies, de manera similar a como se ha utilizado el revestimiento de madera durante años. Esta es otra forma de combinar con gracia materiales frágiles con otros más bastos en interiores.

FLORES, SIEMPRE

“La naturaleza es el diseñador más grande del mundo y, a su vez, la fuente más grande de inspiración”, asegura el diseñador holandés Edward van Vliet. Sin duda, las flores y los motivos tropicales siguen estando de moda. Se pudo ver de nuevo muchas hojas y, a menudo, combinadas con grandes flores en los elementos decorativos de pared. Muchas marcas han dado protagonismo a las mariposas y las flores en lámparas (Driade), alfombras (Missoni) o tapicerías (Kartell y Moroso).

Asimismo, la naturaleza sigue inspirando muchas formas. Patricia Urquiola visualizó la sencilla forma de este sillón que observamos en la imagen, similar a una cáscara de nuez, al doblar un trozo de papel. Las juntas se diseñaron meticulosamente y se necesitaron tres años para terminar esta pieza.

A MEDIDA DEL ESTADO ANÍMICO

Muchos fabricantes trabajan partiendo de una premisa: la probabilidad de que los usuarios quieran adaptar la apariencia de un producto a su estado anímico o a sus gustos personales.

El respaldo del sofá de Rubelli, por ejemplo, puede cambiar de color gracias a su funda reversible. Uno de los lados es del mismo color que el resto del sofá y el otro desvela un atrevido color naranja.

La lámpara Graffiti, diseñada por Kazuhiro Yamanaka para Pallucco Italia, está adornada con barras de metal que se unen mediante imanes. Estas pueden cambiarse de sitio, de manera que uno puede modificar la apariencia general de la lámpara en función de su estado de ánimo, el ambiente que quiera crear en la estancia, etc.

Estos diseños personalizables son un perfecto ejemplo de la temática general del Salone de este año. En lugar de tratar de romper moldes, muchas editoras y exposiciones mostraron cómo un enfoque vanguardista sobre lo clásico puede hacer que el interiorismo vuelva a centrar sus esfuerzos en un aspecto fundamental: el de adaptar los muebles a nuestros espacios y a nuestras vidas.

 

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