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Revista Domingo |SERIA EL REGISTRO FOSIL MAS ANTIGUO DE HOMO SAPIENS

Estos hombres primitivos vivieron hace 300.000 años, pero tenían rostros modernos

Estos hombres primitivos vivieron hace 300.000 años, pero tenían rostros modernos
23 de Julio de 2017 | 08:52
Edición impresa

Especial para EL DIA
de National Geographic

En una sabana salpicada de árboles en lo que hoy es Marruecos, alguna vez se reunió un grupo de humanos primitivos junto a una fogata, sus herramientas de piedra desparramadas por todo el campamento.

Los descubrimientos, anunciados en Nature el 7 de julio, cierran una importante brecha en el registro fósil humano. Sucede que estos hombres tienen similitudes sorprendentes con los humanos modernos aun cuando vivieron mucho antes de lo que sería el registro fósil más antiguo de Homo sapiens, de un sitio de Etiopía de hace aproximadamente 195.000 años.

Los habitantes del sitio marroquí no eran como los Homo sapiens de hoy: tenían el cráneo menos redondeado y más alargado que el nuestro, señal, quizás, de diferencias entre el cerebro de ellos y el nuestro. Sin embargo, sus dientes se asemejan mucho a los del humano moderno, y el rostro era como el nuestro.

“La cara es la de una persona con la que podríamos cruzarnos en el subte”, dice Jean-Jacques Hublin, el paleoantropólogo del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva quien dirigió la nueva investigación. “Es muy sorprendente”.

Es más, el sitio marroquí está en el noroeste de África, lejos de los sitios del este y sur de África en los que se han encontrado muchos de los fósiles de homínidos africanos.

Para los paleoantropólogos, la combinación de la antigüedad y la ubicación del sitio ponen énfasis en que la evolución del hombre moderno probablemente fue más antigua, y más dispersa en África, que lo deducido a partir de descubrimientos anteriores.

“Creo que era evidente que se descubrirían humanos modernos en otras partes de África, y también es inevitable que las fechas sean empujadas hacia atrás”, opina Bernard Wood, paleoantropólogo de la Universidad George Washington que no participó del estudio.

Los fósiles y herramientas encontrados en Marruecos ofrecen un importante mensaje sobre nuestro conocimiento acerca del viaje del hombre: “la ausencia de prueba no es prueba de ausencia”, agrega.

En el sitio marroquí, conocido como Jebel Irhoud, funcionaba una mina de barita activa cuando fue noticia en el ámbito científico en la década de 1960. Con las excavaciones, surgieron herramientas de piedra y algunos enigmáticos fragmentos de cráneo, que inicialmente los científicos relacionaron con un antepasado antiguo del hombre moderno.

Pero para comprender el verdadero lugar de los fósiles en la historia del hombre, era preciso datar el sitio con precisión, y esa era una tarea engañosa dado que para hacer un fechado preciso es necesario saber qué capa de roca encerró a un fósil determinado, información que no quedó registrada en las excavaciones hechas en la década de 1960 en Jebel Irhoud. No obstante, desde que Hublin supo de Jebel Irhoud al entrar al campo, quiso reabrir el sitio a nuevas excavaciones. En 2004, convenció a las autoridades marroquíes y hubo que reconstruir el camino hacia la zona removiendo cuidadosamente toneladas de suelo rocoso.

Para delicia de los investigadores, sobrevivió una parte del sitio arqueológico debajo de los escombros de la actividad minera, y encontraron más herramientas de piedra, muchas pruebas de que el hombre usó el fuego y algunos restos de esqueletos, entre ellos una mandíbula inferior y parte de una caja craneana.

Y lo que fue importante, el hecho de encontrar las herramientas de piedra y los restos óseos en la misma capa de roca significó que el equipo de Hublin pudo usar las herramientas para fechar con más precisión los fósiles de Jebel Irhoud.

El equipo aprovechó el hecho de que las herramientas de piedra estaban diseminadas y calentadas, inadvertidamente, por las fogatas de los hombres de Jebel Irhoud, El calor anuló la carga eléctrica que tenían las herramientas de piedra. Eso significa que cualquier carga que hoy presentaran las herramientas tuvo que haber sido generada luego de que las mismas quedaran enterradas, cuando los sedimentos circundantes bombardearon la piedra con radioactividad natural. El equipo de Hublin estuvo un año midiendo la radioactividad del sitio Jebel Hirhoud. Comparando esta dosis anual de radiación con la carga eléctrica actual de las herramientas, el equipo estableció que las fogatas del sitio quemaron las herramientas hace aproximadamente 315.000 años, más-menos 34.000 años. Esta antigüedad es más del doble de la sugerida para Jebel Hirhoud en un estudio de 2007 del que fue coautor Hublin, discrepancia provocada por el modelo de radioactividad menos riguroso del estudio anterior. No obstante, evaluando los datos previos con el nuevo modelo se llega a una edad aproximada de 286,000 años, en línea con los resultados del nuevo estudio.

Los descubrimientos incluyen a Jebel Irhoud en una breve lista de sitios con fósiles africanos bien datados que contienen humanos modernos y sus predecesores.

Además, las fechas de Jebel Irhoud se superponen con las fechas recientemente atribuidas al Homo naledi, una especie de homínidos extinguida y anatómicamente singular- descubierta en Sudáfrica. El descubrimiento es una prueba más de que al menos dos especies muy diferentes de homínidos ocuparon África al mismo tiempo.

Dados los rostros modernos y la cavidad craneana de los fósiles de Jebel Irhoud, Hublin y su equipo sugieren que los rasgos asociados con el humano moderno probablemente no evolucionaron de una vez sino que más bien varios rasgos que asociamos con el ser humano anatómicamente moderno probablemente hayan aparecido en una especie de “evolución en mosaico” que el hombre de Neanderthal también parece haber exhibido. “Probablemente las distintas partes de la morfología y la conducta del hombre moderno aparecieron gradualmente”, señala Wood.

El descubrimiento también muestra cómo los precursores del humano moderno pudieron haberse diseminado por África. Por ejemplo, quizás se hayan diseminado hacia el norte de África durante los períodos conocidos como “Sahara verde”, o “Sahara húmedo” cuando el imponente desierto cedió espacio a prados más hospitalarios.

No obstante, Hublin y la coautora del estudio, Shannon McPherron, insisten en que aun no pueden afirmar con precisión en qué lugar del continente evolucionaron los humanos modernos.

Además, los descubrimientos presentan un intrigante dilema: ¿Deben los paleoantropólogos tratar los restos de Jebel Irhoud como si fueran parte de la especie Homo sapiens?

“El material de Jebel Irhoud agita el debate acerca de dónde hay que trazar la línea de qué tan “humano” tiene que ser algo para que se lo denomine “humano moderno”, dice Tanya Smith, paleoantropóloga de a Universidad de Harvard y la Universidad Griffith de Australia, que no participó de los nuevos estudios.

Por ejemplo, a John Haks, paleoantropólogo de la Universidad de Wisconsin-Madison, le preocupa que los autores del estudio afirmen que los fósiles marroquíes pertenecen al tipo Homo sapiens.

“Estos trabajos redefinen el concepto de Homo sapiens al crear esta categoría de `humanos modernos tempranos´ que nunca antes he visto”, declara.

Mientras Hawks felicita a los investigadores por las cuidadosas reexcavaciones, advierte que no hay que exagerar el significado de los trabajos.

“Muchos científicos han notado los rasgos muy arcaicos de la caja craneana de Jebel Irhoud, y algunas otras similitudes con los humanos modernos en lo que hace al rostro”, agrega. Hublin y sus colegas “realmente no están agregando nada nuevo además de la fecha”.

Para Wood, sin embargo, el nombre de “humanos modernos tempranos” tiene sentido. Y más allá de las etiquetas precisas, añade, los fósiles de Jebel Irhoud tienen su sitio en el tapiz de la humanidad.

 

EL PRIMERO DE NUESTRA CLASE
Dos vistas de una reconstrucción compuesta de los primeros fósiles conocidos de Homo sapiens de Jebel Irhoud (Marruecos) basados en micro tomografías computarizadas de múltiples fósiles originales, que serían de hace 300 mil años. Estos primeros Homo sapiens ya tienen un rostro de aspecto moderno que cae dentro de la variación de los seres humanos que viven hoy en día. Sin embargo, la huella virtual de aspecto arcaico de la cintura (azul) indica que la forma cerebral, y la función cerebral, evolucionó dentro del linaje Homo sapiens.

 

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