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Mongolia: un atrapante destino exótico que se está poniendo de moda

Tan fascinante como desconocida, la nación menos densamente poblada del mundo, es una inmensa extensión de desiertos y praderas, totalmente cubierta de nieve en invierno y de arena y pastizales en verano, que debería figurar en la agenda de todo viajero amante de la aventura, los grandes espacios naturales y las nuevas experiencias

Mongolia: un atrapante destino exótico que se está poniendo de moda

La capital de Mongolia es Ulán Bator, una pintoresca y muy peculiar ciudad en la que conviven enormes edficios en la zona céntrica con carpas de nómadas en los suburbios - efe

20 de Agosto de 2017 | 06:29
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El viaje a Mongolia suele comenzar en Ulán Bator, la moderna capital del país y una de las ciudades más atípicas de la Tierra.

Pese a los grandes espacios de esta nación, con sólo dos habitantes por kilómetro cuadrado, su capital posee más de la mitad de la población del país, esto es, 1,8 millones de los tres millones totales.

El país, al estar poco habitado, es un enorme espacio en el que reina la naturaleza en tan variados como bellísimos paisajes, y esa característica difícil de encontrar es lo que está moviendo a esta peculiar nación a un flujo turístico internacional que crece exponencialmente año tras año desde hace la menos una década.

El turismo ha comenzado a ser un factor de importancia en la economía de esa poco conocido y enorme nación asíática.

Ulán Bator es una urbe con una moderna zona céntrica repleta de rascacielos y con un tránsito vehicular en el que se producen enormes embotellamientos casi durante la mayor parte del día.

CIELOS DESPEJADOS

Esta interesante ciudad regala a sus habitantes y a los turistas, un cielo de un azul intenso durante casi todo el año.

El centro de Ulán Bator tiene un aspecto soviético, con edificios neoclásicos de aires rusos que recuerdan el pasado más reciente de Mongolia, cuando el país fue un estado satélite de la URSS.

Los carteles en idioma cirílico, escritura que Stalin impuso en Mongolia y que sigue siendo la oficial para el idioma mongol, son el principal recuerdo de aquella era.

Pero también los ministerios, con grandes columnatas y pináculos acabados con una estrella roja, o la central plaza de Sukhbaatar, que recuerda a la Plaza Roja de Moscú o la de Tiananmen de Pekín, en honor del líder local que implantó el comunismo, ya que Mongolia fue el segundo país del mundo donde se impuso esta ideología.

LA TIERRA DEL GRAN GENGIS KHAN

Del interior de casi todos los edificios, hasta de los ministerios de aire soviético, es frecuente que llegue el intenso olor de la potente comida mongola, en la que la carne asada, con las calorías que se necesitan para superar el frío invierno, es casi obligada.

Además, en las aceras, pintorescos y coloridos puestos de madera venden comidas, bebidas y hasta periódicos.

Ulán Bator también alberga recuerdos de pasados más remotos y gloriosos, cuando los mongoles conquistaron gran parte de Eurasia y edificaron el segundo imperio más extenso de la Historia, sólo por detrás del británico, y uno de los más estables políticamente, pese a la crueldad de las conquistas iniciales.

Los mongoles de la época del Khan eran nómadas y dejaron pocos vestigios arquitectónicos.

Ni siquiera se sabe dónde están enterrados sus grandes monarcas, pero una gran estatua en honor a Gengis Khan preside desde hace unos años la plaza Sukhbaatar, como símbolo de que el nacionalismo mongol ha sustituido al comunismo internacionalista.

El aeropuerto internacional de la ciudad también está bautizado en su honor, y la capital tiene numerosos templos y monasterios dedicados al budismo tibetano, la principal religión desde los viejos tiempos imperiales.

El principal monasterio es el de Gandan, un edificio histórico que se remonta a 1825, orgulloso superviviente de la represión de los tiempos comunistas, ya que fue el único que permaneció abierto en esa época, en la que unos 10.000 edificios religiosos fueron destruidos por todo el país y varias decenas miles de monjes y lamas fueron ejecutados.

Cerca del centro se encuentra el palacio del último de los khanes, Bogd Khaan, que reinó entre 1911 y 1921, el año en que triunfó la revolución comunista.

EL MEMORIAL ZAISAN

Otro lugar muy visitado de Ulán Bator es el Memorial Zaisan, un monumento a los mongoles caídos en las guerras del turbulento siglo XX, situado en la cima de una de las colinas que rodean la ciudad, y desde el que hay una inmejorable vista panorámica de la capital del país.

Desde allí se puede divisar el centro de la ciudad de aires neoclásicos, los bloques de pisos que van invadiendo los alrededores, las grandes chimeneas humeantes de las cuatro centrales térmicas que alimentan la calefacción de la ciudad, y los barrios “ger”, que es como los mongoles llaman a las tradicionales yurtas (grandes carpas) de sus nómadas, y que son los que hacen de Ulán Bator una ciudad única.

Los rápidos cambios económicos en el país, unidos al calentamiento global, que causa grandes mortandades por sequías entre los rebaños de los pastores mongoles, han provocado en lo que va del actual siglo un éxodo masivo de los habitantes de las praderas a la ciudad.

Pero muchos de esos inmigrantes han mantenido la costumbre de vivir en yurtas, que se desparraman por las laderas que rodean a Ulán Bator, en barrios donde aún no hay calles asfaltadas y, a veces, tampoco luz eléctrica o agua corriente, y que.

Allí viven las poblaciones más humildes, que en invierno, con temperaturas de hasta 50 grados bajo cero, se ven obligadas a calentarse con estufas de carbón.

PRADERAS Y VIDA NÓMADA

Pero un viaje a Mongolia sería a todas luces incompleto si se quedara sólo en su capital.

Al sur aguarda el desierto de Gobi, con sus dunas doradas, por el que se puede cruzar a bordo del ferrocarril Transmongoliano, que une a Pekín y Ulán Bator en un inigualable viaje de algo más de un día.

Al este y al oeste de Ulán Bator se extienden, durante miles de kilómetros, las praderas, inmensos mares de pastizales en los que, desperdigadas y a veces escondidas, se levantan temporalmente las yurtas de las familias mongolas que aún conservan el modo de vida tradicional, con el pastoreo de cabras, ovejas, vacas y caballos.

Entrar en uno de esos “ger” es un salto en el tiempo: los mongoles, extremadamente hospitalarios, invitan al huésped a dulces de leche agria, ravioles de carne de cordero tan sabrosos como grasos y, para finalizar la velada, a un poco de tabaco esnifado por la nariz o, si el anfitrión está de buen humor, a una botella de vodka local.

En esos recibimientos a los visitantes tampoco faltarán las tradicionales canciones que los nómadas cantan para pasar las largas jornadas de pastoreo, o quizá una partida de ajedrez, el juego nacional. Aunque si es julio y Mongolia vive el Naadam, la gran fiesta tradicional, los juegos serán al aire libre y mucho más aguerridos: lucha libre, tiro con arco y carreras de caballos por la pradera.

Al norte de Ulán Bator, tras siete u ocho horas de automóvil, se encuentran los grandes bosques que separan a Mongolia de la Siberia rusa, otro paisaje para cortar la respiración en un país donde la naturaleza aún reina sobre el hombre, aunque en un equilibrio cada vez más complicado.

 

$ 1.786
En la capital de Mongolia hay una importante oferta en materia de alojamiento, con interesantes promociones en Internet, como la del “Ulaanbaatar Hotel” (cinco estrellas), situado en pleno centro de la ciudad y con una tarifa diaria para dos personas, con desayuno incluido, de 1.786 pesos argentinos.

 

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La capital de Mongolia es Ulán Bator, una pintoresca y muy peculiar ciudad en la que conviven enormes edficios en la zona céntrica con carpas de nómadas en los suburbios - efe

Los habitantes de las praderas reciben con habitual hospitalidad en sus yurtas la visita de los turistas - efe

Hay miles mongoles que conservan su forma de vida ancestral en las dilatadas praderas habitando en carpas y criando a sus rebaños - efe

Una de las miles de tradicionales yurtas, carpas de poblaciones nómadas que se ubican en los numerosas barriadas situadas en las colinas que rodean a la zona más céntrica de la ciudad capital de Mongolia - efe

Un policía mongol en la Plaza Sukhbaatar en Ulán Bator custodia a un monumento que recuerda a Gengis Khan - efe

La amplia Plaza Sukhbataar constituye uno de los principales espacios públicos de la capital de Mongolia - efe

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