El yihadismo en el corazón de Cataluña

Los atentados de Barcelona y Cambrils de la pasada semana, en los que murieron 15 personas y más de cien resultaron heridas, subrayan los datos que apuntan a que Cataluña es la región española con más procesos de radicalización y más rápidos de jóvenes yihadistas. Parte de la célula terrorista que llevó a cabo estos ataques procedía de Ripoll, un pueblo de la provincia de Gerona, próximo a los Pirineos, con un pasado histórico muy rico y considerado el “corazón de Cataluña”.

“Un sector de la comunidad islámica asentada en Cataluña se caracteriza por ser la más radical de España y con más vínculos con otros extremistas de Europa”, indica el último informe anual del Consejo de Seguridad Nacional español elaborado en 2015, que también remarca que “España es un objetivo permanente de la amenaza yihadista”.

En Ripoll, un municipio de 10.500 habitantes, y con dos locales de culto musulmán, ejercía el imán Abdelbaki Es Satty, considerado el autor intelectual de estos ataques, y de quien ahora se supo que estuvo preso por narcotráfico hasta 2012 y que tuvo relación con un implicado en investigaciones sobre los atentados de Madrid de 2004, en el que murieron 192 personas. La policía confirmo, asimismo, que este imán es uno de los muertos en la explosión del 16 de agosto en una casa de Alcanar (Tarragona), donde los presuntos terroristas acumulaban gran cantidad de material explosivo.

También residía en Ripoll Younes Abouyaaqoub, un joven de 22 años conductor de la camioneta que atropelló a cientos de personas en la capital catalana, causando 14 muertos, y que murió ayer, al ser abatido por agentes de la Policía regional catalana en la zona de Subirats (Alto Penedés, Barcelona). En el mismo Ripoll vivían además los cinco jóvenes abatidos por la policía en Cambrils (Tarragona) tras un ataque terrorista, y tres de las cuatro detenciones tuvieron lugar en esa localidad.

Cataluña, con 7,5 millones de habitantes, alberga a una cuarta parte de los musulmanes que residen en España: 515.000 de los 1,9 millones asentados en el territorio español. La mayoría procede de Marruecos (40,9%), y el 35 % son españoles de nacimiento, muchos de origen marroquí, fruto de una emigración que comenzó hace 40 años. Este colectivo es el primero en número de nacimientos en esa región del noreste español, según un estudio del Instituto Europeo del Mediterráneo (IEMed).

También en Cataluña es donde se realizaron más redadas contra el yihadismo desde 2012 (31, con 62 detenidos), por delante de Madrid y de las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, ubicadas en el norte de África y receptoras de un fuerte número de inmigración ilegal, según datos del Ministerio español del Interior. En 2015, tres supuestos yihadistas procedentes de Cataluña fueron detenidos en Bulgaria cuando se dirigían a Siria para incorporarse al Estado Islámico (ISIS) y posteriormente encarcelados en Madrid, acusados de pertenecer a un grupo terrorista.

Dos de ellos vivían en Terrassa (Barcelona) y eran marroquíes, mientras que el tercero residía en la localidad barcelonesa de Montserrat, y era un brasileño convertido al Islam. En lo que va del año hubo 36 operaciones, con 51 detenidos, sin contar la actual, y la mayor parte de ellas (7) ocurrieron en la provincia de Barcelona.

La comunidad musulmana de España condenó de manera unánime los atentados de Cataluña e insiste en que no se identifique musulmán con terrorista. Según un análisis del catedrático Fernando Reinares, publicado este año por el centro de estudios internacionales Real Instituto Elcano, el principal escenario de la actual movilización yihadista promovida en España está en Barcelona, aunque si la estadística se centra en los detenidos de nacionalidad española, habría que situarlo en Ceuta. Según este experto, el yihadismo sufrió una gran transformación en España en los últimos años, en sintonía con las movilizaciones auspiciadas por grupos yihadistas activos en Siria e Irak. Ceuta y Melilla siguen siendo los puntos calientes de captación.