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Consejos para no gastar de más ni cometer errores en el diseño o remodelación de un área fundamental de la casa
Hacer una reforma o redecorar una cocina es una tarea que implica tiempo y dinero. Es por eso que siempre hay que pensar cada paso que se de en este sentido para no tomar ninguna decisión que arruine el cambio.
Lo mejor es tomarse un tiempo para saber lo que seguro que no se debe hacer en la cocina.
N hay que dejar que las dimensiones de este ambiente pasen por encima del triángulo de trabajo ideal: la bacha, la heladera y el horno deben ser los protagonistas y estar a una distancia funcional. Lo mejor es dibujar un plano a escala del lugar para ver sobre el papel la distribución más cómoda.
Si la idea es no gastar ni un peso de más del presupuesto que se destinó para eso, hay que tener dos o tres presupuestos a empresas solventes y con referencias.
Tener todo bien definido con los materiales y calidades equivalentes y claramente definidos, puede ayudar para no salir del dinero que se puede gastar.
Coordinar bien los plazos de las reformas, aunque siempre se tengan en cuenta los imprevistos, es la mejor manera de organizarse y poder convivir con la obra, sabiendo que se terminará para la fecha acordada.
Hay mucha gente que para que los trabajos no se alarguen más de lo necesario, pacta los plazos con la empresa de reformas e insiste en que lo pongan por escrito, junto con las penalizaciones económicas que supondrían los posibles retrasos. A menudo, estos son debidos a dilaciones en las entregas de materiales o mobiliario, por lo que conviene asegurarse de que se cuenta con todo ello antes de iniciar las obras.
Si hace muchos años que no se hace una reforma estructural en la cocina, es posible que convenga tomar coraje y cambiar las cañerías para actualizar instalaciones y para evitar que si llegaran a romperse teniendo la cocina nueva, no haya que remendar la obra recién terminada.
Ya tenés los revestimientos, los muebles o la mesada y ‘se te pasó’ planificar los puntos de luz. Conviene que antes incluso de pensar en el color de las paredes, se hayan decidido los puntos de luz para que luego no sea demasiado tarde. La cocina requiere una iluminación general blanca y potente, además de fuentes de luz puntual sobre los lugares de trabajo. Hay que tener en cuenta una cantidad generosa de tomas de corriente.
Si la cocina quedó divina pero no hay ni un buen colador a mano, la reforma no sirvió de nada. Hay que tener en cuenta que las dos cosas son importantes: una cocina amplia, con buenos espacios de trabajo y guardado y luminosa, no quita que se deban tener buenas ollas, fuentes, y electrodomésticos que simplifiquen el trabajo de preparar la comida.
Querer aprovechar hasta el último rincón con armarios altos y bajos es un error habitual que no sólo puede hacer que una cocina alargada y estrecha parezca poco menos que un túnel sino que acaba convirtiéndola en poco práctica. Y es que, ¿de qué sirve tener módulos hasta el techo si lo que se guarda en su interior resulta inalcanzable?
Hay que tener los muebles a una altura accesible (a unos 140-150 cm del suelo y a unos 60 cm de la mesada). Y, si es necesario tener espacios de guardado altos, allí se deben colocar las cosas de uso esporádico y tener una banqueta cómoda a mano.
Puede que lo de azulejar hasta el techo’ no esté de moda y haya cedido terreno frente a paredes pintadas y empapeladas, pero hay que tener en cuenta que son pocos los materiales que pueden competir con la cerámica en un espacio sometido a manchas, grasas y humedad como la cocina.
Es mejor reservar los materiales más delicados para paredes alejadas de las áreas de trabajo y, en lugares como el frente de la mesada, la zona de aguas o la de fuegos, recurrir a otros materiales resistentes y fáciles de limpiar, como las múltiples variedades de cerámica, el acero inoxidable, el cristal o las placas de acrílico.
La ubicación de la zona de fuegos puede plantear más de un problema. Este área (ya sea horno, anafe u hornallas eléctricas) no debe estar demasiado cerca de la de aguas, porque no se llevan demasiado bien, pero tampoco muy alejada, porque son tareas complementarias. Pero sobre todo, no debe estar bajo una apertura al exterior o en una zona con corrientes de aire, sobre todo en caso de utilizar gas.
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