En Florida, Trump ratificó el muro en la frontera con México

MIAMI.- El presidente de EE UU, Donald Trump, reafirmó ayer la necesidad de contar con un muro de separación con México, a su llegada a Ft. Myers, en la costa suroeste de Florida, para examinar los daños causados por el huracán Irma y la respuesta de las autoridades.

“Tenemos que tener un muro”, sin “un muro no hacemos nada”, dijo Trump a su llegada a Ft. Myers, donde fue recibido en el aeropuerto por el gobernador de Florida, Rick Scott, y el senador republicano por este mismo estado Marco Rubio, entre otras autoridades. “Es muy importante el muro. Tenemos que asegurarnos que no se pongan obstáculos a la construcción del muro, porque sin el muro no se puede hacer nada”, subrayó.

SOBRE LOS “DREAMERS”

El mandatario habló así en relación con un acuerdo que se está forjando con el Congreso para ayudar a los llamados “soñadores”, como se conoce a los jóvenes indocumentados llegados en la infancia que se beneficiaban del DACA, un programa de protección aprobado por el presidente Barack Obama y ahora suspendido. Al respecto dijo que se busca que los beneficiarios del DACA puedan quedar en el país, pero sin que eso signifique darles la ciudadanía o una amnistía.

Trump, junto al vicepresidente Mike Pence y a la primera dama, Melania, recorrió el suroeste de Florida por donde “Irma” entró al territorio continental el pasado domingo, después de arrasar los Cayos de Florida y Cuba.

El número de muertes causadas en EE UU por este ciclón al que Trump definió como un “monstruo” y que llegó a tener categoría 5, la máxima de la escala Saffir-Simpson, a su paso por varias islas del Caribe, ya llega a 31, según datos oficiales.

Asimismo, Trump consideró que Irma causó “un verdadero desastre” y apuntó que “hay mucho trabajo por hacer”. Destacó como “increíble” la labor de recuperación a cargo de autoridades federales y estatales en Florida, mientras el estado trata de volver a la normalidad en medio de apagones y derrumbes. Entre los fallecidos hay nueve ancianos que vivían en un asilo en Hollywood, al norte de Miami, que no tenía luz y, por ende, tampoco aire acondicionado en medio de altas temperaturas.