Por qué es importante con quién eligen tener sexo las hembras

Charles Darwin casi hizo que los victorianos se atragantaran con té cuando escribió El origen del hombre, al que subtituló “la selección en relación al sexo”. En esa obra, no sólo afirmó que los animales seleccionan a su pareja de acuerdo a lo que él dio en llamar “el gusto por lo hermoso”. También sugirió que la elección (y el placer) sexual independiente de la hembra -idea reprobada por la sociedad victoriana- era un importante motor de la evolución.

En su libro La evolución de la belleza, el ornitólogo Richard O. Prum reflota la idea de Darwin. En sus viajes por el mundo, encuentra aves con llamativos plumajes y cantos.

Detalla por qué las adaptaciones de los animales no pueden explicarse sólo mediante la lucha por la supervivencia, cómo las patas desarrollaron estrategias contra la violación y por qué los machos no siempre se ganan a la hembra.

“Los patos difieren de la mayoría de las aves en que los machos tienen un pene semejante al de los mamíferos, y eso les permite forzar la cópula”, arranca Prum.

“Los machos sin pareja lo intentan durante la temporada de puesta de huevos. Incluso hay grupos de machos organizados socialmente para forzar la copulación en la hembra, lo que es físicamente dañino para la hembra, la estresa. Vuela, se sumerge y hace todo lo posible para evitarlo. A veces termina ahogándose porque los patos suelen copular en el agua”.

Junto a Patricia Brennan y otros colegas empezaron a estudiar esta violenta coerción sexual y descubrieron que algunas especies de pato desarrollaron penes estriados y espinosos. A su vez, las hembras experimentaron una serie de innovaciones en su estructura vaginal, como vías sin salida, o espirales.

El espiral del pene va en sentido antihorario y la vagina de esas especies está espiralada en sentido horario. La hipótesis es que es para evitar la penetración durante la copulación forzada. Y queda confirmado por pruebas genéticas. Cuando la copulación forzada llega al 50%, sólo del 2% al 5% de la cría es de machos fuera de la pareja, o copulación forzada. Quiere decir que estos patos ¡tienen en su cuerpo un dispositivo anticonceptivo con 98% de efectividad!.

el control

Las hembras siguen corriendo todos los riesgos de la resistencia, pero retienen el control de quién fertiliza sus huevos”.

P: Cuando hablamos de selección natural pensamos en la supervivencia del más apto. Pero según usted, lo que Darwin llamó “el gusto por lo hermoso” fue un importante motor de la evolución. ¿Puede explicarnos por qué esta idea de Darwin fue dejada de lado?

R: Cuando Darwin escribió El origen de las especies no existía la teoría de la genética. Tampoco sobre la evolución del hombre, ni de la belleza, o como él decía, “la belleza impracticable”, esa belleza que no tenía un fin para la supervivencia. Se fue a su casa, pensó durante una década o más y escribió otro libro, El origen del hombre, en 1871.

En este punto, ya era famoso por la idea de la selección natural, y este nuevo libro causó conmoción. Darwin sabía que iba a trabajar con temas muy sensibles: el origen del hombre, la sexualidad del hombre y la sexualidad en general. Escribió un libro largo y meduloso con mucho detalle, donde propuso a la selección sexual como un mecanismo de evolución independiente.

la competencia

Tenía dos partes. Una era la competencia dentro de un mismo sexo, por el control o el acceso al otro sexo, usualmente competencia entre machos. Otra era la elección de la pareja, que podía ser por parte de la hembra, elección mutua o elección del macho, dependiendo de la especie.

Su idea de que la competencia del macho, en particular, era un motor de la evolución, funcionó muy bien en la Inglaterra victoriana. Las otras dos opciones cayeron como una bomba.

A la gente le preocupaba que le atribuyera una complejidad cognitiva a animales que no podían tenerla. Y que la hembra eligiera a su pareja en base a información sensorial, de manera licenciosa ¡resultaba amenazante!. Algunas críticas atacaron la idea considerándola una señal de corrupción moral.

P: Usted afirma que la lucha por la autonomía- y el placer- sexual de la hembra tuvo un papel crítico en la evolución de la humanidad. ¿Nos explica la idea?

R: Darwin creía que los animales elegían a su pareja por el placer que sentían al observarla y seleccionarla, y esa era una explicación explícita de por qué en la naturaleza los ornamentos son bellos. Son bellos porque son bellos para los animales en sí.

eleccion de la pareja

Entre pájaros pergoleros, por ejemplo, las hembras se han valido de sus preferencias para hacer que los machos sean menos agresivos y más amables. Las hembras hacen todo el trabajo: arman el nido, ponen los huevos, cuidan a las crías. Pero necesitan elegir a su pareja.

P: ¿Cómo es que las preferencias femeninas cambian el cuerpo del macho?

R: Se ve en los pájaros pergoleros: las hembras reciben exhibiciones dramáticas e incluso violenta porque son estimulantes y porque las hembras pueden mantener intacta su autonomía. Y eso se aplica a los humanos.

Habiendo hecho todo este trabajo con aves, pensé que algunas de estas ideas sobre la elección de pareja y la autonomía sexual aportaban explicaciones fascinantes a los orígenes del comportamiento social y sexual de los humanos. Los primates macho, en su mayoría, tienen armas mortales en la cara: grandes caninos que se afilan en los premolares de la mandíbula inferior cuando muerden. Nuestros parientes inmediatos, los chimpancés y los gorilas, tienen caninos prominentes en el caso de los machos, pero las hembras carecen de ellos.

La pregunta es: ¿bajo qué condiciones el macho humano perdió estas armas? La propuesta es que, aprendiendo la lección del pájaro pergolero, la elección de pareja en los humanos pudo haber sido similar. Encontrando poco sensuales a armas como los colmillos, las hembras pudieron expandir su capacidad de conseguir el macho que querían. Hay muchos datos que demuestran que las hembras no les gustan los más grandes, fornidos y peludos.