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Joven |Un Planeta

Se alinearon la belleza, el beat y el compromiso

Con siete años en el ruedo, la banda platense vuelve a sorprender con un nuevo disco, diferente a los anteriores pero con el hilo conductor de melodías etéreas sobre sintetizadores y guitarras. “DES” combina poesía con pulso bailable, pasados por el filtro de las máquinas. Una nueva confirmación de una escena local que tuvo un año brillante

Se alinearon la belleza, el beat y el compromiso

Por Diego Dipierro

22 de Septiembre de 2017 | 03:49
Edición impresa

Despojado y electrónico pero igual de bailable y frontal, Un Planeta editó “DES”, su tercer disco de estudio. Es un material que confirma el pico creativo de una de las bandas más originales que dio esta década. En definitiva, es también uno de los tantos trabajos destacados que La Plata alumbró en este año: el lujo de vivir en una escena de efervescencia constante.

En “DES”, Gastón Le (guitarras, voz y programaciones), Nicolás Carlino (bajo y sinth bass), Agustín Volder (teclados y sintetizadores) y Germán Galarza (batería y percusiones) redoblan la apuesta. Después del estallido de colores y superposiciones de su anterior placa “Refugio”, en el nuevo disco exploran una estética minimalista, sin descuidar el pulso groovero ni el compromiso de comunidad artística. Es también el rasgo de una generación de músicos que creció autogestionada y que hoy tiene para mostrar una madurez que, a la vez, le da forma a la vanguardia del indie nacional.

El cantante repasó con el Joven cómo fueron creciendo las canciones en su grabación, analizó el panorama artístico nacional cada vez más federalizado (Mendoza, Rosario y Córdoba hoy desmonopolizan los polos creativos) y palpitan la presentación del álbum, mañana en 58 entre 10 y 11.

Un Planeta tiene un “sonido internacional”, aunque parece difícil relacionarlo con una sola banda de las actuales. ¿Qué referencias manejan?

Sí, por momentos está buenísimo que eso no se sepa explicar. Aunque nos juega en contra no tener una referencia exacta entre dos artistas, porque así entraría más fácil. Nos cuesta en ese sentido. Nuestras referencias son los artistas que lograron traer un sonido internacional y le dieron una impronta súper argentina, como Charly o Cerati. Además, en ellos cada disco es diferente al anterior y nunca tuvieron miedo a fracasar o a hacer un disco raro. Un Planeta toma un montón de cosas. Yo particularmente tuve algunos referentes de música que escuchaba en mi casa, como Bowie, Peter Gabriel o Jeff Beck. Después, cosas de adolescente, como punk, reggae o hip hop. Algunas recién las estoy procesando.

¿Cómo fue el proceso de componer los temas?

Mi manera es, digamos, contemporánea. Las canciones no parten de una guitarra, un piano o de la voz. Salen de un loop en la computadora, que es como se arma en el hip hop, con samplers. Armo la base, busco la sonoridad y de ahí compongo la canción. Eso me termina generando un clima para escribir algo arriba. Es distinto a tener una canción y la adorno.

En el último disco empecé a aprovechar cosas como samplers, loops electrónicos, hoy todo eso te lo permite la computadora. Tenemos las herramientas para resolverlas. La herramienta misma te genera música, como bajar un plug-in, un sinte virtual, o un efecto que generó algo para armar un tema.

“DES” parece un disco que nació desde las máquinas

Sí, es música tocada, pero la computadora me deja hacer el copy-paste, la producción de la canción. A la hora de darle forma, grabo los instrumentos y de ahí corto y pego. Después lo repito y en un par de horas resuelvo la forma de la canción en un collage. En vivo, todo eso se versiona, usamos pistas, disparamos percusiones electrónicas, pedales que procesan el bajo, la viola y las voces. Fue algo que fuimos refinando.

También cambiaste un poco tu forma de cantar, con más agudos

Lo que pasó fue que me animé a otros registros de voz. Lo último que soy es cantante, porque siempre fui violero. Ahora le estoy metiendo al canto. Me fui a lugares que no eran los habituales para mí, estoy descubriendo el instrumento de la voz. Con la práctica descubro los lugares que más me gustan. Todo eso tiene la influencia de la música negra, con registros súper agudos. Fue una flasheada de tomar esas referencias.

¿Qué te inspira a la hora de escribir las letras? En “Caímos muertos” hablás de que “somos varios probando lo que nos dejaron, jugando con fuego en las manos”. ¿Hay una sensación de comunidad con los demás artistas de hoy?

Las letras tienen que ver con un estado emocional, donde hago un paralelismo entre lo romántico, lo social y lo político. Un poco también de la situación actual del país, con cosas que se vuelven a repetir y loops que tenemos como sociedad. A veces las frases me cobran sentido después de escribirlas.

Sobre la frase que me decís, sí, igual que “Los que estamos” (del disco “Refugio”), tiene que ver con los que estamos bancando la parada del arte y estamos acá, siendo independientes en un país re complicado, donde parece que ganaste una y perdiste otra. Lo veo en colegas que le meten mucha garra y es súper inspirador. A veces te podés sentir cansado de eso, pero te juntás con otros que están en la misma y les metés una entrega total.

En la escena local, hay una generación de bandas, una comunidad de grupos de diferentes partes. No se puede competir porque no hay nada para nadie. Cuando armás una energía grupal generás más. Ganamos todos cuando todos estamos apoyando el arte del otro, haciendo música entre todos a la vez. En esa época de los ‘80 tocaban todos con todos: Soda Stereo, Virus, Sumo… Sacaban un disco por año y acá nos cuesta horrores hacer uno cada tres. Hay que hacer más discos y juntarse, en lugar de estar solo en tu banda. Por eso yo produzco, toco con Pérez, y Germán Tscuhdy (tecladista de la banda de Ramiro Sagasti) con nosotros.

¿Qué lugar ocupa La Plata en un marco donde la escena se federalizó y hay buenas bandas por todo el país?

La Plata generó una gran movida con un sistema de periodismo alrededor de eso. Pero hay bandas en todos lados. Mendoza, Mar del Plata, Córdoba (Franisca y los exploradores serán los teloneros del show de mañana), Rosario, Capital… Todos tienen su movida. En todos lados compartí siempre algo interesante. La Plata conformó un circuito donde un músico puede hacer crecer el grupo. Ganando unos mangos tocando en lugares. Nosotros arrancamos con nada, grabado de cero el primer disco, lo mezclamos nosotros. La banda generó el ingreso para pagar el estudio y el mastering, que es algo que también hicimos para “DES”. También para grabar los videos. La banda generó su sustento. Acá lo que pasa es que las bandas trabajan y no sólo se muestran, que es algo básico.

¿Qué le aporta “DES” a la identidad de la banda?

Es un disco más sofisticado, más moderno, se muestran el lado experimental y el pop. Me gusta hacer convivir esas dos cosas. Por eso siempre tomo las referencias de Bowie y de Charly García, dos músicos que combinan lo popular y jugaban con las vanguardias. Tiene momentos de armonías que se quiebran, pero sobre bases trap o hip hop y momentos súper pop o radiales. La armonía se diluyó o se simplificó. En eso es más minimalista, porque buscamos no llenar tanto y dejar algunos espacios. Que es algo que también está en la tapa del disco.

Hubo bastante exploración…

Me gusta jugar con el sonido y me encantan las buenas canciones.

 

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