Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí
Sus playas son elegidas por los surfistas y cada vez más turistas de todo el mundo llegan a este país africano. Esauira es una de las ciudades costeras que genera una gran atracción y ofrece una destacada gastronomía en lo que tiene que ver con el pescado. En los años ´60 y ‘70 Jimi Hendrix y Bob Marley vinieron aquí para relajarse
Yassin Said sale del agua algo decepcionado y deja la tabla de surf sobre la arena. El mar está demasiado tranquilo. Pero entonces se acerca Ibrahin. “Las mejores olas las encuentras allí. Si quieres yo te llevo”, dice el camellero mientras señala hacia el otro extremo de la playa. “Solo te va a costar unos pocos dírhams.”
El camello se pone en marcha lentamente y Said carga con su tabla de surf. “Así de exótico es surfear en Marruecos”, dice. Poco a poco Esauira desaparece en el fondo. Tan solo se ve la imponente muralla de esta ciudad costera, tras la cual se encuentra la medina.
El casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2001. Las fachadas encaladas de blanco y azul evocan el pasado portugués de Esauira. Pero la llamada al rezo de los muecines recuerda a los visitantes que no se encuentran en el Algarve sino a dos horas de coche al oeste de Marrakech, en el sur de Marruecos.
En las calles huele a artículos de cuero, especias orientales, té de menta y, naturalmente, a pescado, que a menudo se prepara y sirve en un tajín en los numerosos restaurantes.
En los años sesenta y setenta los hippies, desertores y artistas descubrieron Esauira. Incluso Jimi Hendrix y Bob Marley vinieron aquí para relajarse.
Después, Esauira se convirtió en el paraíso de practicantes de windsurf y kitesurf. Hace ya algunos años conquistaron también la costa al norte y al sur de la ciudad.
“Los constantes vientos alisios y las agradables temperaturas que reinan durante todo el año atraen a surfistas de todo el mundo”, asegura Hafif. El marroquí gestiona en el pueblo costero de Imsouane una escuela de surf con algunos dormitorios. Calificarlos de habitaciones de hotel sería seguramente exagerado. Casi todos los alojamientos en la playa son coloridas casitas de piedra, construidas sobre los acantilados con un estilo hippie y alcobas espartanas, aunque con pintorescas vistas sobre el océano. El que no esté surfeando disfruta de la tranquilidad mientras bebe té de menta. Por lo demás, aquí no ocurre nada.
Imsouane pertenece junto con Esauira, Safi, Taghazoute y Sidu Kaouki a los lugares más conocidos para practicar surf y kitesurf de la costa atlántica marroquí. Aquí apenas hay chiringuitos de playa o barcos turísticos. Pero además de los amantes de los deportes acuáticos, cada vez son más los veraneantes normales que se entusiasman con las kilométricas playas naturales del sur de Marruecos.
Sin embargo, aquí todavía no hay turismo de masas como en la cercana ciudad de Agadir.
La playa de Lalla Fatna, en el norte de Esauira, atrae con su agua clara y su soledad. En la kilométrica playa de arena del cabo Tafelney solo nos cruzamos con pescadores locales. Cuanto más al sur se avanza, más solitaria se vuelve.
Durante el viaje uno piensa que tiene alucinaciones por los efectos del calor, pero no, ahí realmente hay cabras escalando a los árboles de argán para llegar hasta sus frutos amarillos.
La pulpa está extremadamente amarga y es absolutamente incomible para las personas. Pero al pastor de cabras Hassan sobre todo le interesan las semillas, parecidas a las del girasol, que sus cabras desechan y él vende a una de las muchas asociaciones de mujeres que elaboran aceite de argán. Este producto mundialmente conocido se emplea en la elaboración de cosméticos.
La vegetación va disminuyendo poco a poco, la cercanía del Sáhara es palpable. A partir de Sidi Ifni, una antigua plaza militar española, las playas también son cada vez más largas, solitarias y desérticas. Los españoles mantuvieron aquí una base para el comercio de esclavos y la pesca desde 1476 hasta su retirada en 1968, por lo que muchos habitantes mayores todavía hablan español.
Al norte de Sidi Ifni se encuentra el que seguramente es el paisaje costero más espectacular de todo Marruecos. En Legzira dos gigantescos arcos de roca ocupan la playa del mismo nombre, en la que a menudo tienen lugar rodajes publicitarios. Obras maestras de la naturaleza de las cuales, sin embargo, una se ha derrumbado el año pasado.
La costa atlántica de Marruecos, de 2.000 kilómetros de longitud, también ofrece más al norte algunos puntos destacados.
Quien pase de largo por Agadir y Casablanca no se pierde nada, pero en el camino del sur hacia Rabat sería un error enorme no parar en Oualidia, sobre todo para los gourmets.
Esta localidad costera con su preciosa laguna y popular entre los marroquíes es conocida en todo el país como uno de los mejores lugares para degustar pescado y mariscos.
Rabat, la capital de Marruecos, es uno de los lugares de la costa a menudo más subestimados.
La mayoría de los turistas conoce Marrakech y Fez, pero la tercera ciudad imperial no suele estar incluida en el itinerario de viaje, lo cual es un error.
Rabat no es tan turística como Marrakech, pero tiene más que ofrecer. El mercado del zoco es una verdadera atracción, la ciudad antigua tras la muralla de la fortaleza es un fascinante laberinto de callejuelas en azul y blanco con jardines de estilo andalusí y morisco y estupendos cafés.
Aquellos a los que la dinámica capital en el Atlántico les parezca demasiado grande deberían viajar hasta la tranquila Asilah, una de las ciudades costeras marroquíes más bonitas y que, además, pocos extranjeros visitan.
Artistas locales decoraron las blancas fachadas de las casas del lindo casco antiguo con murales.
La medina se encuentra situada directamente a orillas del mar y está protegida por una muralla medieval. Aquí toda la belleza de oriente se reúne con con el atronador océano.
Época para viajar: Los veranos en Marruecos pueden ser muy calurosos, por lo que la mejor época para viajar es otoño, de septiembre a noviembre, y primavera, entre marzo y principios de junio, aseguran quienes conocen este lugar turístico.
Con respecto a cómo llegar, se indicó que numerosas compañías aéreas vuelan desde Europa a Rabat, Marrakech, Casablanca y Agadir. En estas ciudades se puede alquilar un coche para continuar el viaje. Solo se necesita un pasaporte con una validez de seis meses a partir del comienzo del viaje.
Marruecos se encuentra separado del continente europeo por el estrecho de Gibraltar. Limita con Argelia al este -la frontera se encuentra cerrada desde 1994-, al suroeste con el Sahara Occidental, al norte con España, su principal socio comercial con el que comparte tanto fronteras marítimas como terrestres -Ceuta, Melilla y las plazas de soberanía- y al sur con Mauritania. Ocupa parte del Sahara Occidental.
En 1984 la asamblea de la Organización para la Unidad Africana (OUA), instancia predecesora de la UA y de la cual Marruecos era miembro fundador, aceptó como miembro a la República Arabe Saharaui Democrática (RASD).
Como respuesta, Marruecos se retiró de la organización. Es miembro de la Liga Arabe, Unión del Magreb Arabe, la Francofonía, la Organización de la Conferencia Islámica, la Unión por el Mediterráneo, la Unión Europea de Radiodifusión, el Grupo de los 77 y el Centro Norte-Sur.
Es también un aliado importante no-OTAN de los Estados Unidos. Además es el país del mundo árabe donde es más estudiado el idioma español. Más de 80.000 estudiantes según la información provista por el Instituto Cervantes en 2015.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE
El camellero Ibrahim conduce a Yassin Said hasta las mejores olas de Esauira. Los encantos de la costa de Marruecos atrae a los turistas de todo el mundo - dpa
Legzira es una de las playas más espectaculares de Marruecos - dpa
La playa de Lalla Fatna, en el norte de Esauira, atrae con su agua clara y su soledad - dpa
Sidi Ifni, antigua plaza militar española, es la puerta del Sáhara - dpa
En el puerto de Esauira se puede comer pescado fresco y disfrutar del ambientillo - dpa
ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES
HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS
Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales
¿Ya tiene suscripción? Ingresar
Básico Promocional
$120/mes
*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2250
Acceso ilimitado a www.eldia.com
Full Promocional
$160/mes
*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3450
Acceso ilimitado a www.eldia.com
Acceso a la versión PDF
Beneficios Club El Día
Diario El Día de La Plata, fundado el 2 de Marzo de 1884.
© 2024 El Día SA - Todos los derechos reservados.
Registro D.N.D.A Nº RL-2019-04027819-APN-DNDA#MJ Propietario El Día SAICYF. Edición Nro. 6986 Director: Raúl Kraiselburd. Diag. 80 Nro. 815 - La Plata - Pcia. de Bs. As.
Bienvenido
Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí
Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com
Bienvenido
Estimado lector, con sólo registrarse tendrá acceso a 80 artículos por mes en forma gratuita. Para más información haga clic aquí
DATOS PERSONALES
Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com
¿Querés recibir notificaciones de alertas?
Para comentar suscribite haciendo click aquí