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“La llegada”: puentes de palabras

La cinta de Denis Villeneuve trasciende la ciencia ficción y cuenta una historia humana y filosófica

“La llegada”: puentes de palabras

El lenguaje circular de los visitantes extraterrestres en “La llegada” - outnow

24 de Septiembre de 2017 | 08:07
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“Llevo queriendo hacer ciencia ficción desde que tenía 10 años”, explicaba el año pasado el cineasta canadiense Denis Villeneuve, el director de moda elegido para hacerse cargo de la secuela de la mítica “Blade Runner” (se estrena la semana que viene) y una nueva adaptación de “Dune”, el clásico de Frank Herbert.

Antes de embarcarse en estos taquilleros proyectos, Villeneuve entregó una obra maestra: “La llegada” fue su primera experiencia con la ciencia ficción, pero enmascarada detrás del género demostró las posibilidades de la forma al explorar en una historia de extraterrestres preguntas sobre la humanidad y la política a través de la comunicación.

En la película, que puede verse en los servicios a la carta Cablevisión Flow y Qubit, Amy Adams interpreta a Louise Banks, una experta lingüística que es reclamada por el Gobierno de EE.UU. para tratar de comunicarse con unos alienígenas que han llegado a 12 puntos diferentes de la Tierra, con intenciones desconocidas.

Ante el temor de que esté a punto de explotar una guerra de proporciones globales, Banks debe encontrar respuestas a contrarreloj, y para lograrlas toma una decisión que pone en riesgo su vida y, tal vez, la de toda la humanidad.

Basada en el relato “Story of Your Life”, de Ted Chiang, Villeneuve se sintió atraído por la concepción circular del lenguaje de los visitantes del espacio y sus implicancias en su modo de percibir el tiempo: “¿Qué pasaría si supieras cómo mueres y cuándo mueres? ¿Cómo afectaría a tus relaciones en la vida, el amor, la familia o los amigos? Al estar más íntimamente ligados a la vida y sus sutilezas, creo que seríamos mas humildes”, se preguntaba el cineasta.

Pero el modo de ver el mundo alien es revelador también en un sentido político: frente a sus contrapartes masculinas y marciales, que intentan desentrañar el misterio por la fuerza, el personaje de Adams refleja la posibilidad de un orden que no intenta la aniquilación del otro sino la comprensión, un fuerte mensaje político en tiempos de Trump y un alegato filosófico sobre la necesidad de empatía, de deponer los egos y abrirse a los “lenguajes” de los “otros”. “La humildad”, dice Villeneuve al respecto, “es una cualidad que la humanidad necesita ahora mismo en una época de tanto narcisismo. Estamos peligrosamente desconectados de la naturaleza”.

“La película trata sobre la comunicación y dice que la única manera que tenemos de comunicarnos es desarrollando las relaciones humanas; si no conoces a la gente, si no estableces contacto cuando hablas, si no estás en un contexto donde una relación facilita otra, hay muchas cosas que se pierden y se malentienden. Las lenguas son solo una parte de todo eso, la comunicación, en realidad, es entender al otro, empatizar, tratar de ponerte en el lugar del otro, eso es lo que puede hacer distinto al mundo”, dice Adams.

“No creo que sea una película de extraterrestres en sentido estricto o tradicional, Denis (Villeneuve) siempre se mantuvo muy firme en eso, porque a pesar de las posibles implicancias políticas, de las explicaciones científicas o lingüísticas que aparecen en la película, él nunca quiso perder de vista que se trataba de una historia de algún modo íntima, interior”, agrega la intérprete potenciales lecturas de la cinta, un cruce entre “Encuentros cercanos del tercer tipo” e “Interestelar”: la lingüista es también madre y el descubrimiento de su futuro será también el de las tragedias por venir, una historia contada de manera circular que mimetiza el entendimiento del mundo que traen los aliens. “Mi interés no tenía nada que ver con los extraterrestres, era sobre todo la historia humana, sobre Louise y su hija, eso fue lo que me atrajo de la película (...) el conflicto global, el giro que da la historia, lo que descubrimos que hay por debajo”, explica Adams al respecto, porque, repite, “no es una historia de extraterrestres, es la de una mujer: la película comienza y acaba con ella hablándole a su hija y esa es una de las fuerzas fundamentales de la historia; así que traté de mantener eso en la cabeza, que, aunque estuviéramos contando una historia de aliens, tenía este elemento humano y sencillo”.

TODO ESTA CONECTADO

Construir ese mundo alienígena y esa forma de entender el espacio y el tiempo tan diferente a la humana fue, sin embargo, un desafío central en el filme: el diseño de producción, que corrió a cargo Patrice Vermette y Paul Hotte, se encargó de dar forma visual a los heptapodos, su enigmática nave que desafía la ciencia conocida y sobre todo al eje del filme, su lenguaje, mucho más que una serie de improvisadas manchas de café.

El desafío del equipo era reflejar a través de objetos, escenarios, detalles y texturas la circularidad que constituye a la vez el eje del relato y su gran giro, de la misma manera que el lenguaje de los heptapodos refleja su noción circular del tiempo: esa circularidad debía estar incorporada, encarnada, pero nunca debía estar en primer plano.

Vermette y Hotte realizan este trabajo a la perfección, desplegando todo tipo de “pistas visuales” en la cinta que sugieren que el relato no es narrado de forma lineal y que todo está conectado, detalles que aparecen con mayor fuerza en un segundo visionado: varias de sus ideas, reconocieron ambos, fueron incluso tachadas por el director, que no quería que los diseñadores, por expresar su visión, volvieran “obvio” el desenlace.

Pero lo que más esfuerzo les llevó fue construir la lengua alienígena. “La llegada” es esencialmente un filme sobre la comunicación, sobre como los lenguajes nos definen y, en una lectura política para los tiempos de Trump, en el esfuerzo que se requiere para comprender una lengua, una cultura, ajena: el lenguaje de los extraterrestres debía ser, en ese sentido, absolutamente foráneo y exótico.

“Debía ser un lenguaje absolutamente extraterrestre, extranjero a nuestra civilización, nuestra tecnología, todos nuestros conocimientos. Necesitábamos que fuera circular y que expresara la interconexión y a la vez que no se supiera inmediatamente que era un lenguaje: podía ser un mecanismo de defensa de los heptapodos. Así que crear el lenguaje resultó un gran desafío”, confesó Vermette.

EN CIRCULOS

La clave “circular” del lenguaje estaba escrita ya desde la historia corta original de Ted Chiang y el guión de Eric Heisserer, una manera de reflejar la concepción del tiempo no lineal de los visitantes. Pero una exhaustiva investigación con diseñadores gráficos, antropólogos, lingüistas y otros especialistas llevaba una y otra vez a la creación de alfabetos ficticios que para Vermette no resultaban lo suficientemente alienígenas. “Eran demasiado humanos”.

La solución llegó desde el arte, quizás otro lenguaje no lineal: la esposa de Vermette, la artista Martine Bertrand, ofreció la solución al mostrar a su marido 15 manchas aceitosas realizadas por tazas de café en la mesada de la cocina, que bien podrían convertirse en logogramas.

Vermette tenía su lenguaje: trabajando en reversa, desarrolló desde las formas circulares un diccionario de 100 símbolos y una gramática tentativa: cada logograma, cada círculo, podía representar una idea en su forma más simple, pero en su forma más compleja, oraciones enteras. El grosor de las “manchas” prestaba el aspecto no verbal a las declaraciones: un círculo más grueso indicaba urgencia, por ejemplo.

Completada la tarea, el equipo contrató a dos especialistas en código, Stephen y Christopher Wolfram, para intentar analizar y decodificar la lengua.

Confrontados con el lenguaje, ambos dedujeron que debía haber significado en esos círculos, porque “aunque parecen manchas, son muy precisas”. Recortaron los círculos en 12 partes distintas y comenzaron el proceso de decodificación, sentando las bases para el protocolo que realizan, en el filme, los personajes de Amy Adams, lingüista, y Jeremy Renner, físico.

Disponible en Cablevisión Flow y Qubit

 

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El lenguaje circular de los visitantes extraterrestres en “La llegada” - outnow

Amy Adams, protagonista de “La llegada”, la joya de ciencia ficción de Denis Villeneuve, el cineasta de moda que traerá “Blade Runner 2049” - outnow

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