La “revancha” de los taxistas a la hora de quejarse de los pasajeros incordiosos

Son conocidas las críticas que con frecuencia se les hace a los taxistas: el “elevado” precio de las tarifas, la suciedad de algunos autos, que no prendan el aire acondicionado en verano, que pregunten al pasajero qué calles deben tomar o, todo lo contrario, que tomen el camino más largo sin consultar, o que pregunten el destino para evaluar si aceptarán o no el viaje.

Pero del lado de los taxistas también hay críticas hacia las actitudes de algunos pasajeros. “Una de las cosas que más me molestaba cuando estaba en el taxi era que los adolescentes platenses no saludaban; sí los del interior”, cuenta Juan Carlos Berón, secretario general del sindicato de conductores de taxis.

En este sentido, María de los Angeles Suárez, que desde que se quedó viuda (hace 11 años) maneja el taxi que era de su marido, dice: “Yo no arranco si no me saludan. Creo que me tienen que respetar porque yo los respeto. Me doy vuelta para mirarlos, los saludo y espero una respuesta. Hay varios que están mal acostumbrados”, se queja, y confiesa que tampoco le hace mucha gracia los comentarios sobre sus 74 años.

Mas rapido que no llego

Patricia Tarelli cree que sería bueno si el humor de diciembre se extendiera a todo el año: “Cuando se acercan las fiestas todos están más amables. Es impresionante como se nota la diferencia con el humor que predomina el resto del año, de incordio, de fastidio”, dice.

A Ricardo Caballero le molesta que le pidan que vaya más rápido: “Hay pasajeros que te piden que te apures porque están por perder el colectivo que se tienen que tomar. Pero si subo la velocidad y choco, yo me tengo que bajar, hacer los trámites del seguro y pierdo todo el día con eso; el pasajero se baja, se toma otro taxi y se olvida de mí hasta que cuenta a algún amigo la anécdota, mientras yo me como todo el garrón”.

Los padres con hijos

Para Miguel Mina es importante el modo en el que los pasajeros piden las cosas : “Algunos son prepotentes e incluso te amenazan. Me pasó una vez que una mujer quería que la lleve una cuadra y cuando me negué por sus modos, dijo que su sobrino era no sé quien y que me iban a sacar el carnet. Si te piden de buena manera es distinto, te dan más ganas de llevarlos aunque el viaje no te convenga económicamente”.

Otra de las situaciones que enojan a los “tacheros” son las madres o padres que suben con hijos chicos y se hacen los desentendidos.

Que pasa con el redondeo

“Los padres agarran el celular y ni miran a los nenes, que saltan en los asientos, ensucian los vidrios o desparraman galletitas por todos lados. A veces me da vergüenza ajena y tengo que llamarles la atención, porque los padres no dicen nada. Dejan que se comporten como si estuvieran en el living de su casa”, dice Juan Carlos Matiz, a quien también le molesta que -los días de mucha demanda- la gente se queje porque tienen que esperar 10 minutos un taxi: “Yo les digo que llamen a una ambulancia si están tan apurados. A veces se quejan con demasiada facilidad”, comenta.

El tema del redondeo del dinero es una chicana que va hacia los dos lados: si los pasajeros se quejan porque acusan a los “tacheros” de redondear siempre a su favor, los conductores se molestan por el reclamo de centavos.

“A veces les sacás 50 centavos y dicen que siempre hacemos lo mismo, que entre todas las monedas que juntamos hacemos la diferencia y no sé cuantas cosas más... Pero creo que es sólo para no perder el hábito de quejarse, porque te aseguro que si ven la moneda en la calle no la levantan por no agacharse. Además tampoco consideran todas las veces que redondeamos a favor de ellos, y por lo general es cuando se trata de un monto mayor”, dice Matiz, y lamenta: “Se olvidan que los que manejamos los taxis también tenemos familias, pagamos cuentas, tenemos derecho a unas vacaciones, a las fiestas y a tener una vida como todos los demás”.

Los viajeros y sus bolsos

Los bolsos de los viajeros que los esperan en la terminal también son un tema a considerar por los taxistas. Dicen que muchos pasajeros “se aprovechan” y quieren usar el auto de flete.

“Viene una madre con tres hijos y seis bultos enormes que no hay manera de hacerlos entrar al auto, o los meten a presión y viajamos incómodos y sobrecargados... pero ojo, si después te faltan los 50 centavos... Algunas veces no se trata de mala voluntad, realmente no entran, pero los pasajeros no entienden y, como siempre, se quejan”, dice Ricardo Caballero.

Así como existe un prejuicio de los pasajeros hacia los taxistas por su apariencia, también se da a la inversa: “Me pasó de subir chicos con caras raras y de estar todo el viaje esperando que me asaltaran. Después, si no pasa nada, te sentís mal, por haber prejuzgado mal. Pero lamentablemente son cosas que pasan”, cuenta Tarelli.

En este sentido, Paula Mendoza recuerda que una vez se puso contenta porque le tocó un viaje largo, pero que cuando llegó a destino con sus pasajeros (madre e hijo) se bajaron del auto, la amenazaron y no le pagaron.

“Otra cosa que molesta de los pasajeros son los malos olores, sobre todo en invierno. Me ha pasado de tener que bajar las cuatro ventanillas”, cuenta Berón, y destaca que de todos modos son agradecidos de la gente y que así como hay malos pasajeros, también existen malos taxistas.

TESTIMONIOS

• Miguel Mina
46 años de taxista
“Es importante la forma en la que piden las cosas. Algunos pasajeros tienen muy malos modos y son prepotentes. Así no te dan ganas de llevarlos ni de ser considerado”

• Patricia Tarelli
6 años de taxista
“Sería bueno si el humor de diciembre se extendiera a lo largo de todo el año. Cuando se acercan las fiestas la gente es amable, pero el resto del año está fastidiosa”

• Paula Mendoza
10 años de taxista
“Algunos pasajeros son abusivos. Una vez me puse contenta porque me tocó un viaje largo, pero cuando llegamos a destino, se bajaron, me amenazaron y no me pagaron”

• Juan Carlos Matiz
37 años de taxista
“Algunos padres suben con nenes chicos que saltan en los asientos, ensucian los vidrios... y los padres se hacen los desentendidos, no les dicen nada y miran el celular”.

• Juan Carlos Berón
22 años de taxista
“Los malos olores son un tema, sobre todo en invierno. Me ha pasado de tener que bajar las cuatro ventanillas del auto porque no se soportaba el olor”

• Ricardo Caballero
26 años de taxista
“Te piden que te apures porque pierden el colectivo, pero si chocás, ellos se bajan, se toman otro taxi y se olvidan de vos, que te tenés que quedar haciendo todos los papeles del seguro”