Alemán se subió al Olimpo y el Lobo metió primera en Bahía

¿La tercera fue la vencida? No, la cuarta. El equipo de Mariano Soso logró el primer triunfo oficial dirigiendo a Gimnasia venciendo 1-0 a Olimpo como visitante con un gol ¡olímpico! de Brahian Alemán por la fecha 4 de la Superliga. El Lobo hizo un primer tiempo (casi) perfecto y mereció irse al descanso goleando, pero sólo pudo convertir un gol y en el segundo tiempo el entrenador albiazul debió apostar al 4-4-2 para resistir los embates de un limitadísimo equipo bahiense.

¡GOL OLÍMPICO!#SuperligaxFOX | Reviví el golazo de Brahian Alemán que le dio la victoria a Gimnasia LP pic.twitter.com/Bgd1jHgUQI

— FOX Sports Argentina (@FOXSportsArg) 24 de septiembre de 2017

Más allá del rendimiento, que fue de mayor a menor en la ventosa pero agradable tarde de Bahía Blanca, Gimnasia logró tres puntos vitales para poder trabajar con mayor tranquilidad en la semana y poder seguir desarrollando la idea que quiere su entrenador, que a la hora de atacar por momentos se ve pero que a la hora de defender es dónde está el mayor déficit.

El primer tiempo fue casi todo de Gimnasia que, desde el primer segundo, supo imponer su juego e inquietó al arquero aurinegro Adrián Gabbarini con un remate desde la puerta del área de Lorenzo Faravelli controlado por el uno local.

Con Nicolás Dibble como el gran generador de juego, quién se movió con soltura y rebeldía por ambas bandas generando grandes problemas entre los defensores de Olimpo, el Lobo no paró de generar situaciones de gol. No logró ponerse en ventaja en el primer cuarto de hora porque Ibañez estuvo peleado con el arco, y no pudo mandar al fondo de la red las dos primeras situaciones que tuvo adentro del área.

Olimpo, muy limitado en su juego, quedó muy expuesto en defensa por el juego propuesto por el equipo de Mariano Soso y en ataque inquietó apenas en dos ocasiones, aunque con mucha claridad. La primera la tuvo a los 9 minutos tras una salida en falso de Agustín Bolivar que terminó en un remate de Luis Vila la segunda a los 28, cuando ya estaba abajo en el marcador, cuando Franco Troyansky apareció en soledad dentro del área y reventó el palo derecho de Alexis Martín Arias, quién un segundo después le tapó un fuertísimo disparo a Vila.

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Pero antes de esa segunda situación del local, Gimnasia llegó varias veces más: a los 16 Ezequiel Bonifacio sacó un buen remate desde tres cuartos de cancha, tras un cambio de frente de Licht, que rozó el ángulo izquierdo de Gabbarini, mientras que minutos después Faravelli le pegó con la derecha dentro del área a un jugada que pedía la zurda y mandó la pelota afuera del estadio.

Y luego de tanto ir, el gol llegó para los albiazules, aunque de una manera tan extraordinaria como inesperado. A los 26 minutos Brahian Alemán se hizo cargo de un tiro de esquina por la derecha, y cuando todos esperaban el centro al corazón del área, el uruguayo pateó bien cerrado con su zurda y la pelota tomó la comba perfecta para colarse por el segundo palo de Gabbarini. Golazo olímpico.

Dicho tanto, y tras salvarse del empate por aquella doble jugada de riesgo que tuvo Olimpo, agrandó a Gimnasia que siguió ahogando al rival de mitad de cancha hacia adelante. La dupla uruguaya compuesta por Dibble y Alemán fueron una pesadilla para los aurinegros, y las situaciones de riesgo para el Lobo fueron moneada corriente en los primeros 45 minutos.

El tanteador marcó sólo 1-0 al terminar el primer tiempo porque Ibañez siguió con el arco torcido, ya que a los 38 minutos tuvo dos posibilidades que eran más fácil meterlas que errarlas. En ambas quedó mano a mano con Gabbarini y terminó impactando mal la pelota, mandándola al saque de arco.

Gimnasia tuvo diez situaciones de gol en la primera etapa, contra apenas tres (dos en una misma jugada) de Olimpo. Agregado que además manejó el ritmo del encuentro, los albiazules debieron irse con algún tanto más a los vestuarios.

El complemento se planteó distinto al primer tiempo desde un comienzo, ya que estuvo más equilibrado el trámite de juego y Gimnasia no inquietó tanto en ofensiva. Olimpo, sin demasiados ideas en ataque, logró estar más compacto atrás para no sufrir tanto los embates del Lobo guiados, en su mayoría, por el uruguayo Dibble por la izquierda, quién se fue reemplazado por Niell.

Además de dicho cambio, Soso anteriormente decidió reemplazar a un errático Ibañez, el jugador albiazul que más situaciones tuvo, para poner en su lugar a Nicolás Mazzola, quién tampoco ingresó bien y la única que tuvo tardó tanto en controlarla que lo terminaron atorando.

Con el correr de los minutos Gimnasia se fue quedando y el conjunto bahíense, limitado a la hora de generar juego, logró inquietar a Arias con centros desde las bandas. El más claro fue a quince de final, cuando la defensa albiazul dejó solo a David Depetris para que cabeceé en el corazón del área y Arias vuele y evite el empate.

Cuando Olimpo comenzó a acercarse con más frecuencia al arco de Arias, y tras los cambios de Mario Sciacqua para poblar de hombres altos el área albiazul, Soso deshizo la línea de tres y dejó planteado el clásico 4-4-2. Para esto ingresó Guanini y completó el cuarteto del fondo, saliendo en el mediocampo Faravelli.

Mientras los jugadores locales buscaban alguna pelota parada para empatar el encuentro, el Lobo aguantaba en el fondo buscando aprovechar algún contragolpe liderado por la velocidad de Niell. Igualmente los últimos minutos fueron todo del Aurinegro, que en tiempo de descuento casi se pone 1-1 con una pelota que salvó milagrosamente Omar Alderete en el área chica.

Sin tiempo para más el árbitro Darío Herrera, quién tuvo un partido correcto, decretó el final y la victoria de Gimnasia por 1-0. De esta manera logró festejar por primera vez en el torneo y cortar una racha de dos derrotas consecutivas.

Si bien el rival mostró poco y nada, Gimnasia debe quedarse con todo lo bueno hecho en el primer tiempo, en dónde ahogó a Olimpo, aunque prestando atención a la poca efectividad a la hora de marcar, ya que el gol terminó llegando por una genialidad de Alemán. Luego en el segundo tiempo terminó pagando caro esos tantos errados y sufrió sin necesidad, aunque en parte por el nerviosísmo de conseguir la primera victoria.