Perdió el pulgar de la mano derecha y en su lugar le implantaron uno del pie

Tras sufrir una amputación con un secarropa, una joven de 16 años fue sometida a una inusual cirugía para que no perdiera funcionalidad

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Un accidente doméstico al operar un secarropas sin tapa dejó a fines del año pasado a Yael (16), sin el pulgar derecho. Para evitar que perdiera funcionalidad en su mano hábil, su familia recuperó el dedo amputado y la llevó al hospital con la esperanza de que pudieran reimplantárselo. Pero pero el daño sufrido era tal que no fue posible llevar adelante esa intervención. En su lugar los médicos le ofrecieron una inesperada alternativa: colocarle un dedo del pie.

La inusual operación, realizada por el servicio de Ortopedia y Traumatología del Hospital “El Cruce” de Varela, de donde es oriunda Yael, fue dada a conocer esta semana al confirmarse que el transplante resultó un éxito y que la joven ya está en condiciones de comenzar el tratamiento de rehabilitación funcional.

“Mi hija quería recuperar su dedo pero no sabíamos si eso iba a ser posible. Yo siempre tuve esperanzas. Cuando del doctor nos explicó cómo iba a ser todo, lo pensamos en familia y nos dimos cuenta de que iba a ser lo mejor”, contó Carina, la mamá de Yael.

“Fue muy muy difícil lo que pasó; lo único que quería era recuperar mi dedo para más adelante poder trabajar y estudiar. Por eso dije que sí sin dudarlo. Me parecía una gran idea”, reconoció la chica.

“La propuesta que le hicimos fue tomar el segundo dedo del pie izquierdo para pasarlo a la mano y transformarlo en un pulgar. Por el nivel de amputación que ella tenía en su mano ésta era la mejor opción”, detalló Sebastián Valbuena, especialista en miembro superior y microcirugía, y cabeza del equipo en este procedimiento.

En la intervención “trabajaron dos equipos de profesionales. Primero hubo que operar la mano para prepararla para que recibiera el nuevo dedo y luego hubo que ir en busca del dedo del pie, extraerlo con las arterias, venas, nervios tendones y hueso”, explicó el cirujano al comentar que la intervención duró varias horas y que se trató de una cirugía de cierto grado de complejidad por la cantidad de pasos que requirió.

Mientras un equipo quirúrgico realizaba la colocación del dedo del pie a la mano, otros profesionales se ocuparon de reconstruir el pie para que quedara lo más funcional posible y sin secuelas”, detalló el especialista en microcirugía del miembro superior.

“El dedo pulgar es fundamental y más aún el de la mano hábil. Con esta cirugía va a poder tener una vida normal. Puede ser que en un futuro necesite una cirugía de retoque quirúrgico, pero eso se verá con el tiempo. A mediano plazo podrá tomar una lapicera y empezar a escribir de vuelta. De a poco va a ir recuperando la movilidad de su dedo, va a poder atarse los cordones y hasta enhebrar una aguja”, contó Valbuena.

 

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