“El Hache” Alonso se negó a declarar y quedó detenido en la alcaidía Pettinato

Después de pasar varios años libre y sin sobresaltos judiciales, Angel Omar “el Hache” Alonso (45) volvió ayer a la cárcel, acusado de intentar extorsionar a una comerciante en pleno Centro, a quien le habría exigido la entrega de dinero para “garantizarle seguridad”.

El ex barrabrava de Estudiantes de La Plata -acreedor de un generoso prontuario-, había sido demorado el viernes al mediodía y ayer el fiscal Marcelo Romero pidió que quedara formalmente detenido por el delito de “coacción agravada”.

“Existen elementos suficientes e indicios vehementes de que el día 18 de enero, siendo las 12.30, en el comercio razón social ‘7 y 47’”, del rubro panadería, “un sujeto se hizo presente en el local” y “haciendo uso de amenazas de muerte, exhibiendo para ello un arma de fuego, intimidó” a la encargada, describió Romero en el pedido de detención al que este diario tuvo acceso.

Según el fiscal, el hombre en cuestión tenía “el claro propósito” de obligar a la denunciante a “entregar sumas de dinero por servicios de seguridad que el mismo pretendía imponer contra su voluntad”.

Después de analizar el planteo, el juez Pablo Raele lo confirmó, por lo que Alonso quedó en condiciones de ser indagado.

Pudo hablar, pero el abogado defensor le recomendó ampararse en su derecho a guardar silencio y optó por no declarar, según informaron fuentes judiciales. Terminado ese trámite, fue trasladado a la alcaidía Roberto Pettinato, en Olmos.

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Mientras tanto, avanza otra causa penal en la que Alonso también aparece mencionado junto a José Luis Haile, conocido como “el Puma”, quien en las últimas horas pidió la eximición de prisión, recurso que que es analizado por el juez Raele, confirmaron los investigadores.

Los apodos de “el Hache” y “El Puma” comenzaron a circular hace una semana, cuando la policía allanó en medio de un impresionante despliegue tres locales de la galería comercial que tiene entrada por 7 y por 47, con la sospecha de que esos negocios eran la “pantalla” de las cuevas para las que presuntamente trabajaban los “arbolitos” de la avenida y que algunos de sus responsables podían estar vinculados con el asalto que sufrió el 4 de enero la joyería Cónsul, en 47 entre 7 y 8.

“Ese robo comenzó a investigarse como un hecho más”, reveló un pesquisa con acceso a la causa, pero en ese trabajo descubrieron que en la zona operaría “una banda que extorsionaba a los comerciantes, pidiéndoles plata a cambio de seguridad”, completó.

Por lo que figura en la causa, los más afectados por esta maniobra serían los responsables de los negocios de 7 entre 46 y 47, algunos de los cuales “confirmaron que debían entregar sumas semanales para tener la garantía de que no sufrirían un robo”, explicó el mismo vocero.

No dio precisiones de las sumas, aunque reconoció que variaban en relación con “la importancia del negocio”.

huella y sospechas

El ataque a la joyería de la calle 47 fue ejecutado por dos delincuentes que se metieron en el local detrás del dueño, su mujer y su hija, apenas abrieron las puertas para trabajar.

Mantuvieron reducidas a las víctimas en el baño, mientras ellos vaciaban las estanterías y la caja en seis minutos, tal como lo registraron las cámaras de seguridad de la joyería. Los delincuentes se fueron a las 9.43 de ese jueves 4 de enero. Y, desde entonces, los propietarios no volvieron a abrir.

Para avanzar en esta causa fue clave una huella dactilar que los peritos de Policía Científica encontraron en el negocio, ya que coincidía con la de un convicto de la Unidad 9 que tenía salidas laborales otorgadas por el juez de Ejecución Penal José Villafañe.

A los antecedentes penales de este hombre de 33 años, identificado como Gastón Nicolás Messina Márquez, se sumó el hecho de que aprovechaba ese beneficio procesal para “trabajar” como “arbolito” en la zona de 7 y 47, según él mismo reconoció en su perfil de Facebook.

Una semana después del asalto lo detuvo personal de Inteligencia del Servicio Penitenciario Bonaerense. Y él accedió a declarar en la indagatoria ante el fiscal, para explicar que su huella estaba en la joyería porque había ido a preguntar el precio de una alhaja. “El dueño del negocio lo negó”, dijo un pesquisa, por lo que Messina Márquez sigue imputado por aquel hecho, ya sin salidas laborales, mientras se sigue tratando de identificar al otro hombre que aparecería en el video del asalto.

allanamientos

El mismo día en que capturaban a ese sospechoso, los policías de la comisaría Primera allanaban los tres negocios de la galería a instancias de la UFI 15, operativos en los que secuestraron “joyas, relojes y una importante suma de dinero de distintas denominaciones (dólares, euros, bolívares, y pesos)”, por un total que rondó “los 250.000 pesos”, detalló la Policía entonces.

Se cree que en ese sector del Centro la banda extorsionaba a comerciantes para darles “seguridad”

En esa causa quedaron identificados “el Hache”; “El Puma” (que ahora pidió la eximición de prisión) y al menos cinco personas más, sindicadas todas como “arbolitos”.

Para entonces ya se habían abierto dos expedientes que se investigaban en paralelo, aunque son fuertes las chances de que se unifiquen en uno solo: el robo en la joyería y las supuestas extorsiones a los comerciantes, ambos bajo la instrucción de la UFI 15. Y mientras se avanzaba en la concreción de algunas medidas para esas causas, apareció una nueva, con “el Hache” como protagonista exclusivo y a cargo del fiscal en turno ese día, Marcelo Romero.

En la Panadería

Sucedió el jueves al mediodía, cuando, según figura en la denuncia, un sujeto irrumpió en la panadería de 7 y 47 para pedirle a la encargada una suma de dinero en concepto de “seguridad”.

Cuentan los testigos que el muchacho en cuestión “tenía un arma”, tal como reflejaron en los llamados que hicieron al 911. A esa hora, ese día y aquel lugar, hervía por el calor y las circunstancias. Es que había un piquete de manteros, corte de calles y muchos policías, sobre todo de la Local, que llegaron rápido a la escena y detuvieron al acusado del incidente, que no era otro que Alonso.

Ayer circuló un video de la captura de “el Hache”, en el que cuestiona los procedimientos de la semana pasada e invita a que lo requisen, para demostrar que no estaba armado. “Algunos testigos aseguran que el arma se la entregó a un joven que sería su hijo”, explicó un jefe de la fuerza.

También se investiga si en los últimos días el mismo grupo tuvo vinculación con el asalto a otra “cueva” de la zona, a cuyos encargados presuntamente responsabilizaban por los allanamientos y la pérdida del dinero incautado. Se habría llevado entonces alrededor de 180 mil pesos, confiaron los mismos voceros.

La pesquisa, como se ve, es compleja. Y recién empieza.