Las lecturas de verano también son cosa de chicos: más escuelas las promueven en las vacaciones

Cada vez son mas las escuelas que proponen como actividad para el receso, una lectura de verano y esa tendencia se refleja en la búsqueda de los padres que, a diferencia de otros años, no esperaron a último momento para que sus hijos accedan al título propuesto, según señalan en distintas librerías de la Ciudad.

“Es muy bueno que los chicos no pierdan el ritmo que les da la lectura sistemática durante el año porque les mantiene la agilidad mental, por eso cuando arrancan las clases es muy marcada la diferencia entre quienes desde fines de noviembre no hicieron nada con aquellos que leyeron”, resume Elizabeth Pintus, al frente de una tradicional librería de la zona de Plaza Italia.

En el Bachillerato de Bellas Artes a Santiago Vallejos - 12 - le pidieron que lea en vacaciones “Las aventuras de Huckleberry Finn” de Mark Twain y en diciembre fue entusiasmado a comprarlo.

“Cuando lo vi descubrí que era larguísimo, 43 capítulos y unas 325 hojas; al principio no lo quería leer y se me hacía un poco aburrido, pero después empezó a gustarme y ahora estoy leyendo un poco todas las noches”, cuenta Santiago que con su experiencia refleja lo que le pasa a muchos adolescentes a los al principio les cuesta engancharse con la lectura y luego no la pueden dejar.

Mas allá de que resulte algo “abrumador” que con el saludo de fin de año las maestras le entreguen a sus alumnos una notificación con el título a leer para el año siguiente, las docentes aseguran que es un buen ejercicio que además resulta otra propuesta para pasar el tiempo libre.

Como la experiencia dio sus frutos, desde hace varios años tanto las escuelas privadas como las estatales adhieren a la particular tarea de promover la lectura de verano y muchos padres junto a sus hijos van a las librerías como parte de un paseo.

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“Les informamos que para la materia Prácticas de Lenguaje de primer año de Escuela Secundaria los alumnos deberán traer leído el libro “Historia de una gaviota y de un gato que le enseñó a volar” de Luis Sepúlveda”, consigna la nota que recibió a fin de año Lola Miriuka, alumna de sexto grado que reparte sus tardes al aire libre entre la pileta y la lectura.

Para muchos padres estimular a sus hijos para que lean es también una forma de que hagan algo provechoso en lugar de estar todo el tiempo jugando con los dispositivos electrónicos.

Ya no se deja para último momento la lectura de verano y las librerías son una salida familiar

“La lectura favorece las conexiones neuronales, la creatividad y el pensamiento crítico”

Es que de acuerdo a lo que apuntan los docentes, tablets y teléfonos celulares ejercen una terrible competencia en desmedro de la lectura.

Para revertir ese impacto, en algunas escuelas llegaron a proponer hasta dos libros de lectura, aunque se aclara que siempre se trata de ejemplares cortos.

Además con esa actividad se promueve la lectura comprensiva porque, dicen los maestros, el texto literario también allana el camino para que los alumnos entiendan desde un ejercicio de matemática hasta un libro de historia.

En esa línea, estudios científicos demuestran que dejar de leer por completo durante los 2-3 meses de verano tiene consecuencias realmente negativas en el aprendizaje de los niños.

La especialista Martha Betti de Milicchio, profesora en Ciencias de la Educación, también se expresa a favor de la lectura, como acción que permite establecer relaciones, inventar y ejercer el pensamiento crítico, “la lectura es como la escritura, no hay que dejarla porque facilita las conexiones neuronales, no solo da cultura, conocimiento y vocabulario”.Se remarca que mas allá de que las escuelas marquen la lectura de verano como una tarea a cumplir antes del inicio lectivo, es muy importante que los padres promuevan una lectura sistemática y que faciliten el acercamiento de sus hijos a los libros.

La docente cita a Víctor Hugo porque coincide en que “la lectura es el divino vicio” y agrega que en la vida de un niño debe haber tiempo para todo, “la tecnología es maravillosa, pero la lectura debe fomentarse porque favorece el pensamiento critico y propio”, concluye.

Algunas de las editoriales con mayor presencia en la literatura infantil son Santillana, SM y Hola Chicos. El costo de los libros arranca en 130 pesos y en general su valor promedia los 200 pesos.

“Creció la exigencia de los docentes y de los padres, ellos conocen cuáles son los autores que vale la pena leer y por eso en general se promocionan muy buenos libros”, asegura Elizabeth Pintus, quien en los 27 años que lleva en el rubro vio surgir una importante cantidad de nuevas editoriales de literatura infantil.

Entre las escuelas que también pidieron la lectura de verano están la Escuela N° 1 “Manuel Belgrano”; la Escuela N° 10 “Ricardo Gutiérrez”; la escuela N°8 “Domingo Sarmiento”, el Colegio Eucarístico y la Escuela Italiana.