Cristina sale a la cancha

Twitter: @mnspezzapria

De acuerdo a los números que maneja el macrismo, la Presidenta tiene un 40% de imagen positiva en el Conurbano. El delasotismo dice que esa variable alcanza un 35% en territorio corbobés. Son números reales, nada complacientes, porque vienen de fuerzas opositoras que están lejos de ensalzar su liderazgo. De hecho, atribuyen los problemas del país al estilo personalista de Cristina Kirchner, al déficit de su gestión económica y al desinterés por las políticas de Estado.

Pero aún así, reconocen que la Jefa de Estado conserva el apoyo de un sector importante de la sociedad -no mayoritario aunque significativo- y que por ende tendrá un rol preponderante en el proceso electoral en ciernes. La faraónica inauguración del centro cultural Néstor Kirchner -en lo que fue el edificio emblema del Correo Argentino- y los festejos de la Semana de Mayo, que pretenden emular el efecto del Bicentenario, son una muestra de lo que está por venir.

Y eso no es otra cosa que la intención de seguir ocupando el centro de la escena pese a que la tendencia política natural es que un presidente que está a seis meses de terminar su segundo mandato, ceda protagonismo a los dirigentes que se preparan para la sucesión. Aunque mañana por la noche, cuando encabece el acto central por el 25 de Mayo, quedará claro que Cristina Kirchner no termina de digerir la idea de una simple retirada de la Casa Rosada.

Esto es, que allane el camino de la transición política y económica hacia el próximo gobierno. Por el contrario, la Presidenta podría insistir con la exhortación a los postulantes para “que digan qué piensan hacer con la Argentina”, como si los fuera a someter a una prueba que acredite o desestime sus capacidades para hacerse cargo de la Presidencia. Y lo hará utilizando la cadena nacional.

Claro que la incidencia política de la mandataria no se distribuye en forma pareja en todo el electorado. Dentro del arco oficialista es decisiva, no sólo porque sus dirigentes lo consienten, sino porque las encuestas reflejan que el votante kirchnerista reclama que sea la Presidenta quien fije las reglas de juego del Frente para la Victoria. Así, se reduce el margen de maniobra de gobernadores, intendentes y legisladores que optan por el inicio de una nueva etapa.

LISTAS EN OLIVOS

Tanto Daniel Scioli como Florencio Randazzo aceptan que las listas de candidatos a diputados nacionales se armen en la quinta de Olivos. Y aunque el Gobernador preferiría que un colega provincial lo secunde en la fórmula, difícilmente resistiría una sugerencia en otro sentido que le haga la Presidenta. Menos aún lo haría el ministro del Interior y Transporte, quien en estos días se perfila como el candidato de la Casa Rosada, pese a que corre de atrás en las encuestas.

El “experimento” político exitoso que hizo Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires, al apoyar a Rodríguez Larreta en detrimento de Gabriela Michetti -aún sabiendo que la senadora estaba arriba en los sondeos- vuelve a ser tenido en cuenta ahora por la Presidenta. Aunque en el sciolismo piensan que el envión que le está dando a Randazzo tiene por único objetivo hacer que la primaria del FPV sea más competitiva que las de las fuerzas opositoras.

Las dudas, no obstante, están a la orden del día en el mundillo kirchnerista. ¿Qué sucedería si Cristina imita a Macri y unge un candidato de cara a las PASO de agosto? ¿Por qué no viajó Scioli a los festejos por el triunfo del gobernador Juan Manuel Urtubey en Salta? ¿Cómo reaccionaría el electorado si alguna de las fórmulas fuera completada por Axel Kicillof como candidato a vicepresidente? Demasiadas preguntas que aún no tienen una respuesta clara.

Sin embargo, hay una definición pendiente de la Presidenta que impactaría más entre las fuerzas de oposición que en el propio oficialismo: si efectivamente será candidata y su nombre aparecerá en la boleta del FPV el 9 de agosto. Por supuesto que en el kirchnerismo esperan que lo sea, pero la reacción del macrismo, el massismo y el radicalismo dependerá del nivel de exposición de la postulación. Es decir, de la importancia del cargo por el que competiría.

Una versión la ubica a Cristina como candidata a Gobernadora en la Provincial. Al principio no le dieron entidad. Pero la oposición ahora lo analiza como una jugada posible

En los últimos días, algún integrante de La Cámpora manifestó en una reunión su deseo de que Cristina sea candidata a gobernadora bonaerense. El dato corrió como un reguero de pólvora y llegó a oídos de Sergio Massa y Francisco de Narváez. Al comienzo le dieron tan poca entidad como a las decenas de rumores políticos que les acercan de manera cotidiana, pero luego ambos entendieron que si la Presidenta jugara esa ficha, cambiaría el escenario por completo.

Si la mandataria se postulara a un cargo ejecutivo, toda la campaña quedaría teñida por su presencia, algo que obligaría a la oposición a tejer alianzas más amplias y a los candidatos del oficialismo a adaptarse a un libreto híper-cristinista, lo que les limitaría la capacidad de pelear por los votos independientes. A su vez, Macri y la UCR tal vez tendrían que reconsiderar su negativa a que Massa se sume a la primaria, ya sea como precandidato a presidente o a gobernador.

SALIDA POCO HABITUAL

En cambio, si la Presidenta se postulara a diputada nacional o a legisladora del Parlasur, tendría una participación electoral menos decisiva pero igualmente sería una salida poco habitual de la Casa Rosada, tras dos mandatos consecutivos. Mientras tanto, la jefa de Estado sigue confiando la economía a Kicillof, a quien definió durante la semana como su “mano derecha y mejor asesor”. El funcionario afronta una ronda de paritarias muy complicada.

Tanto es así, que el Gobierno festejó el cierre de las negociaciones en gremios como Comercio, la UOCRA y la UOM en torno a un aumento salarial del 27%, pero los sindicatos enrolados en las CGT Azopardo y Azul y Blanca, que responden a Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, advirtieron que ese porcentaje se ubica debajo del nivel de la inflación y le empezaron a dar forma a un nuevo paro general, que otra vez tendrá su fuerte en el sector del transporte.

La medida de fuerza tendrá lugar el 9 de junio, pero antes se registrará un paro en el sector bancario que hará ruido porque recién se podrá operar en esas instituciones desde el jueves. El impacto del impuesto a las Ganancia sigue siendo preponderante a la hora de justificar las demandas sindicales. De todos modos, está claro que el moyanismo pulsea por razones de poder, ya que anunció la huelga pocas horas después del acuerdo de los sindicatos K.

La pelea político-electoral deja en un segundo plano cualquier debate sobre la situación de la economía, que vuelve a enfrentar serios problemas fiscales mientras el Gobierno aumenta el gasto para fomentar el consumo y concluir grandes obras que le sirven para potenciar su gestión frente a los votantes. A tal punto, que los especialistas advierten que recién el próximo verano se producirá un sinceramiento de las variables y terminará aflorando la economía real.

Para ese momento, Cristina Kirchner ya no será presidenta. Pero lo seguro, es que no se retirará a descansar al Calafate. Su decisión de salir a la cancha y jugar fuerte en el tablero político ya es un hecho. La palabra final, no obstante, la tendrán los ciudadanos con su voto.