El calefón solar, un valioso aporte platense con proyección provincial

Hace más de dos años desde las páginas de este diario se calificaba como valiosa una iniciativa científica y técnica de jóvenes estudiantes de nuestra ciudad, que crearon un sistema ecológico que permitía calefaccionar escuelas con energía solar y agua, mediante un sistema que no demandaba ningún mantenimiento, que no origina contaminación y cuyo costo es cero, tal como se informaba entonces.

Se trataba de un denominado calefón solar ideado y ejecutado por alumnos y docentes de la Escuela Técnica N° 3 y del Colegio Nacional, en una experiencia piloto que alcanzaba aplicación práctica pues proveía de agua caliente y de calefacción a una escuela primaria de Ranchos.

Lo cierto es que, ahora, ese mismo desarrollo fue declarado de interés por la Cámara de Diputados bonaerense, en una manifestación que incluye el acompañamiento, promoción y financiación de esa iniciativa por parte de la cartera educativa. Según se informó oficialmente, ahora el sistema mejorará la calidad del ambiente escolar en numerosos establecimientos rurales y semirrurales de la Provincia.

Los primeros calefones solares en nuestra región serán instalados en escuelas de Berisso y en ubicadas a la vera de la ruta 11. Se entiende que esta expansión mejorará la calidad de vida de miles de escolares bonaerenses, que hoy no cuentan con calefacción ni agua caliente, o se proveen de ella mediante sistemas obsoletos y peligrosos.

Además de la decisiva colaboración de investigadores y profesores de Química del Nacional y de la Escuela Técnica, se detalló que el proyecto además contó con el trascendental aporte del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología de Pinturas (dependiente de la CIC-Conicet), que ensayó con diferentes pinturas que contenían el pigmento fabricado en el laboratorio de Química del Nacional, y a experimentar sobre el panel solar a escala que construyeron los de la Técnica 3, completándose la iniciativa con el financiamiento que estuvo a cargo de la Fundación Argentina de Nanotecnología que depende del ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

Cabría agregar –para valorar aún más este trabajo- que numerosas escuelas del interior provincial ya habían pedido que se les instalara el sistema ideado por los jóvenes. A su vez, el proyecto del calefón solar fue expuesto en una feria de ciencias que se realizará en Campana.

Hay, como se advierte, un extraordinario potencial entre los jóvenes, que, como dijimos, sólo necesita ser promovido, evaluado y orientado, y del cual se pueden esperar frutos de orden individual y colectivo, no sólo mediante este tipo de iniciativas sino también a través de otros instrumentos susceptibles de facilitar el desenvolvimiento de preocupaciones tan loables.

En algunos supuestos, efectivamente, la importancia de las propuestas puede requerir recursos materiales, a veces no fáciles de conseguir “a pulmón”, y que bien podrían apoyarse mediante subsidios oficiales, becas o contribuciones del sector privado. Lo fundamental, en todo caso, es abrir este campo más allá de lo esporádico, por significativo que sea, y brindar a quienes demuestran intereses de esta índole todas las posibilidades para su progreso y la exteriorización del espíritu creativo.