El campo, esa esperanza

A pesar del fuerte cambio de tendencias del comercio internacional, donde el viento de cola dejó de soplar para los productos de exportación argentinos, las ventas al extranjero provenientes del agro agrupan a los sectores de mejor capacidad de reinserción comercial, según el último informe de la consultora “Desarrollo de Negocios Internacionales” (DNI).

El trabajo destaca que la Argentina exhibió en los últimos años dificultades para sostener su vinculación comercial externa. Perdió dos puntos porcentuales en la participación en las exportaciones de América del Sur, tuvo, a la vez, resultados menguantes desde 2011 en sus exportaciones y mostró dificultades de acceso a cadenas globales de valor.

La administración anterior privilegiaba las exportaciones industriales, pero ellas no crecieron en participación en el total de ventas al exterior, aún en medio de caídas en el total de ventas externas de bienes físicos y específicamente del desplome de exportaciones de combustible y energía.

MAYOR PARTICIPACION

Las exportaciones argentinas de bienes, en 2015, habrían ascendido a 61.620 millones de dólares, según cálculos estimativos, dada la inexistencia de datos oficiales. En ese total, la participación (2015) de las manufacturas de origen agropecuario fue del 41% (25.670 millones de dólares). Mientras, la de productos primarios ascendió a 25% (15.650 millones de dólares).

De tal modo que entre productos primarios, que incluyen granos, carnes sin procesar, frutas, pescados sin procesar, hortalizas, entre otros y las manufacturas de origen agropecuario (aceites vegetales comestibles, harinas, carnes procesadas, jugos concentrados, vinos, alimentos elaborados, entre otros), suman el 66% del total. Las manufacturas de origen industrial (entre las que se destacan los productos de la industria automotriz, los químicos, los plásticos o la siderurgia, entre otros, representaron en 2015 el 31% del total. Las exportaciones de combustible y energía solo explicaron en el conjunto de ventas externas el 3%.

Las exportaciones argentinas fueron en 2015 (medidas en dólares), las más bajas desde 2008. Desde 2011, año del récord histórico, nunca superaron o alcanzaron cifras cercanas a aquellos 84.000 millones de dólares.

Si se efectúa la evaluación de un decenio completo (2006 a 2015), se comprueba que las exportaciones de 2015 fueron sólo unos 15.000 millones de dólares más altas que en 2006; y que en 2015 fueron apenas unos 21.000 millones de dólares más altas que en 2005.

Si se compara el alza entre las dos puntas del decenio (2006/2015) se comprueba que trata de un crecimiento promedio de unos 1.500 millones de dólares al año. En 2005 las exportaciones llegaron a 40.352 millones de dólares y en 2006 fueron de 46.539 millones de dólares.

Ahora bien: lo que ha cambiado, en el marco de esos malos resultados generales, y de modo destacable, en un decenio, es la participación de los diversos rubros en el total de exportaciones.

Así, en 2006 los productos primarios representaban el 19% del total, y las manufacturas de origen agropecuario explicaban el 33% del total exportado. Ambos rubros de origen agropecuario generaban el 52% del total. Las manufacturas de origen industrial habían explicado en 2006, el 31% del total.

De tal manera que aún con la combinación de inflación de costos internos y caída de precios internacionales de los productos agropecuarios, la desaceleración de la economía asiática o la recesión europea, el conjunto de exportaciones de origen agropecuario (primarios o manufacturados) pasó en diez años de explicar el 52% del total (2006) a explicar el 66% del total.

Para comprar distintos tipos de exportaciones manufacturadas, puede mostrarse que en 2006 las exportaciones de manufacturas agropecuarias solo superaban a las industriales en 451 millones de dólares. En 2015 las manufacturas de origen agropecuario fueron unos 6.000 millones de dólares mayores.

Es decir, en 2006 las exportaciones de MOA eran apenas 3% más altas que las de MOI. El año pasado las ventas externas de MOA fueron 27% mayores a las de MOI.

Claramente en este lapso han perdido participación las exportaciones de combustible y energía. En 2015 fueron solo el 3% del total. Habían sido en 2006 el 16% del total y en 2005 el 17% del total.

Esto significa que pese a las políticas de desaliento, se vivió un decenio de “agrización” de exportaciones. Resulta notable constatar que las exportaciones de origen agropecuario, aún a pesar de trabas tributarias (retenciones), bajas de precios internacionales, complicaciones regulatorias administrativas procesales, incertidumbre regulatoria interna (hasta diciembre) y atraso cambiario (también hasta diciembre de 2015) ganaron una participación en un decenio de 14 puntos porcentuales. O, lo que es lo mismo, en un decenio lograron una incidencia en el total que es 26% más alta que en 2005 o 2006.