Es auspiciosa la creación de un polo hortícola en jurisdicción de Magdalena

En muchas oportunidades se han formulado, en esta columna, puntualizaciones acerca de la importancia del cordón frutihortícola y florícola que se extiende en localidades vecinas al casco urbano platense, como las de Los Hornos, Abasto, Olmos, Etcheverry, Melchor Romero, City Bell, Gorina, Los Porteños, Colonia Urquiza, Las Banderitas, Villa Elisa y las vastas zonas de quintas existentes en las ciudades linderas de Berisso y Ensenada.

Allí se ha señalado que se lo considera, desde hace años, como el nucleo de producción frutihortícola y florícola más pujante del país. Se sabe también que este sector no sólo emplea a más de 10 mil trabajadores rurales -aunque durante las cosechas la necesidad de empleados puede llegar a triplicarse-, sino que se ha venido convirtiendo en uno de los resortes más dinamizadores de la economía de la Región.

De allí que deba valorarse la decisión de levantar un polo hortícola de 90 hectáreas en la ruta 36, a la altura de la calle 708 del vecino distrito de Magdalena en el que se cultivarán tomates, morrones, pepinos, zapallos y verduras de hoja, entre otros productos, además de montarse allí una planta de envasado y disecado, lo que podrá convertirse en un valor agregado para la producción de nuestra zona.

Tal como se informó en este diario, el proyecto de la Comuna ensenadense ya se encuentra en marcha, estimándose que serán 32 las familias que se instalarán en estos días para comenzar a trabajar la tierra. El polo, indicaron voceros de la Comuna, producirá empleo en principio para unas 200 personas, directa e indirectamente, tanto en la producción primaria como en el rubro comercial, de logística para el movimiento de mercaderías a los diversos mercados, dentro y fuera de la localidad.

Cabe señalar que ya se observan en la zona maquinarias, camiones y familias que, como se dijo, buscan dejar en condiciones las tierras para comenzar en breve con la siembra. También se encuentra levando sobre la ruta un gran cartel que anuncia la construcción del primer polo hortícola del partido de Magdalena, en lo que también se convertirá en una importante fuente laboral.

En muchas ocasiones se ha señalado que la producción frutihortícola y florícola de la Región no sólo demanda atención cuando se presentan emergencias de tipo climático, sino también de un apoyo estructural para darle valor agregado al cultivo de estos productos. Problemas como no poder conservar la cadena de frío o las dificultades que plantea una red de caminos ciertamente deteriorada son factores que las autoridades debieran tomar en cuenta, también –y especialmente- a la hora de atender las justas necesidades crediticias de los productores y otorgarles, llegado el caso, facilidades de pago de las obligaciones tributarias. Claro que, asimismo, deben dotarse a esas zonas de escuelas y unidades sanitarias, entre otros recursos imprescindibles.

Asimismo, el Estado debiera prestar atención a las extensiones de las redes de servicios básicos -agua corriente, gas, teléfonos, recolección de residuos- de las que inexplicablemente los enclaves de producción regional aún carecen, de modo de integrar a ese sector a las mejoras y beneficios de que dispone la mayoría de la población de la Región.