Inexplicables desórdenes en los recitales de los Rolling Stones en el Estadio Unico

Sólo una pronunciada falta de motivación por parte de las autoridades responsables podría explicar que la llegada a nuestra ciudad de un conjunto de fama mundial como son los Rolling Stones no sea aprovechada como una verdadera oportunidad y que, por el contrario, esa presentación haya servido de pretexto para que algunos grupos minoritarios –como son los trapitos, los vendedores ambulantes o quienes causaron destrozos e intentaron ingresar sin pagar entradas- hayan vuelto a hacer de las suyas.

En algunos de esos casos, en especial el de los espectadores “espontáneos” que pretendieron ingresar sin entradas, hubo enfrentamientos con la policía que repelió con balas de goma, sin lograr disuadirlos. Tal como se señaló en este diario, el episodio fue previsible y similar al que se registra en muchos otros recitales, aunque de todos modos pudo haber sido evitado.

Sin embargo, no pueden sino preocupar profundamente algunas versiones que circularon en los últimos días en diversas fuentes de la política local, que dieron cuenta que, con motivo del festival de los Rolling a realizarse en el Estadio Unico, funcionarios comunales habrían realizado acuerdos con algunos grupos marginales –algunos de ellos con profusos y conocidos prontuarios policiales y que en la actualidad afrontan numerosas causas en la Justicia- a quienes se les habría asignado el cuidado de los automóviles que estacionan en la avenida 520.

Correspondería señalar aquí que la misma versión corrió sobre la llamada espuma de Carnaval, cuya venta habría quedado en manos de quien lidera una de las barrabravas de la Ciudad.

Sea como sea, en el desarrollo del primer recital de los Rolling Stones –y más allá del comportamiento ejemplar de miles de espectadores- pudo comprobarse, lamentablemente, el inadmisible funcionamiento de una suerte de zona liberada para “trapitos” y vendedores ambulantes, tal como había ocurrido en otros recitales anteriores.

Se ha dicho en forma reiterada que existen y se suceden de continuo experiencias aisladas, demostrativas de las enormes posibilidades que el turismo podría abrirle a nuestra región. Son nutridos los contingentes que, como en el caso aún abierto de las presentaciones de los Rolling Stones, acuden a la Ciudad, en una situación que no debería desaprovecharse.

Incluir a la Región en el circuito turístico de fines de semana -capacitando a los operadores y fortaleciendo las estructuras receptivas para atraer así a visitantes nacionales y extranjeros- implicaría potenciar una actividad que, a su vez, estimularía el desarrollo general. Sin embargo, las sucesivas autoridades locales se han mostrado remisas o, si se quiere, erráticas a la hora de concretar un objetivo que, además, no es utópico y se encuentra al alcance de la mano. Pero, si a esa omisión, se suman desaciertos como los aquí enumerados, la situación se torna aún más inexplicable.

La Autopista enlazada con el Estadio Unico y, por supuesto, con la gran diversidad de paseos y atractivos públicos con que cuenta la Región, parecen ser un patrimonio demasiado rico como para continuar desaprovechándolo. Las autoridades locales y la sociedad platense en su conjunto debieran explotar con racionalidad, sin caer en desnaturalizaciones de ninguna índole, los recursos turísticos disponibles.