Irán, ante la oportunidad de sumarse al mundo

Después de dos años y medio de intensas negociaciones y más de 20 años de sanciones, los P5 + 1 -los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania, sellaron un acuerdo nuclear global con Irán, acorralado por débil economía, inflación, y la necesidad desesperada de alivio sanciones cuando el precio del petróleo sigue estancado en US$ 60 por barril.

El acuerdo entre el P5 + 1 e Irán que restringe el programa nuclear de Irán es un logro propiciado por el presidente Barack Obama.

El programa nuclear de Irán caerá bajo el escrutinio internacional, una situación sin precedente asegurará que Teherán no alcanzará armamento nuclear. Representa el mejor resultado para Estados Unidos y sus socios, evitando los peligros de la acción militar y el enfrentamiento en otros campos y dimensiones. Es la mejor manera de impedir que Irán obtenga un arma nuclear.

Este acuerdo es el resultado de una estrategia global de presión implementado en los últimos años, incluyendo sanciones y la asistencia de seguridad a los socios-regionales que llevaron a Irán a la mesa de negociaciones.

Sobre la base de los cinco criterios establecidos en abril, el acuerdo alcanzado en Viena es, de hecho, un gran negocio. Corta las principales vías de Irán de hacerse de un arma nuclear durante más de una década y prevé inspecciones intrusivas internacionales en todos los aspectos del programa nuclear persa. Si Irán no cumple, ni Rusia ni China podrán bloquear las sanciones internacionales y los Estados Unidos conservará todas las opciones que posee actualmente.

Ahora que se ha sellado un acuerdo nuclear, el duro trabajo de supervisión y verificación comienza.

El Congreso estadounidense jugó un papel importante para lograr que Irán acuda a la mesa mediante el apoyo a las sanciones. Ahora que puede desempeñar un papel constructivo para hacer el trato lo más fuerte posible, debe proporcionar apoyo adicional a la Agencia Internacional de Energía Atómica, OIEA, y sus inspectores para asegurar que el seguimiento y verificación del acuerdo es lo más fuerte posible. Pero, sobre todo, el Congreso no debe bloquear esta oportunidad histórica.

Al resolver el problema nuclear de Irán, Estados Unidos se encuentra en una posición fuerte para oponerse a otro comportamiento desestabilizador de Irán en Medio Oriente y en todo el mundo, con un presidente ni pragmático ni idealista, sino constructivista.

El acuerdo excede a la administración estadounidense y procura del acompañamiento global. Se lograron concesiones mutuas, pero vitales de Irán, por lo que toda dilación puede generar exclusiones de socios del régimen persa, ahora socio en la consecución de un proceso de paz para estabilizar Medio Oriente y enfrentar a ISIS.

El programa nuclear de Irán estará bajo control internacional y asegura que Teherán no desarrollará armas de destrucción masiva

Para sopesar si es o no un acuerdo definitivo que apoye los intereses y las preocupaciones de seguridad, el Congreso estadounidense debe medir el trato contra los siguientes puntos:

¿Se anulan todas las vías de Irán para alcanzar un arma nuclear, en particular mediante el enriquecimiento de uranio en las instalaciones de Fordow y Natanz, la producción de plutonio en Arak, y un programa encubierto?

¿El acuerdo será verificable a través de un riguroso régimen internacional de inspecciones en toda la cadena de suministro nuclear de Irán y las instalaciones?

¿El apoyo a iraní a acciones terroristas continuará con abusos de derechos humanos? ¿Colaborará en combatir al Isis?

Los negociadores han sido capaces de llegar a un acuerdo con Irán, supuestamente garantizando todos esos puntos críticos, beneficiando a los intereses y la seguridad de Estados Unidos y sus aliados y, como tal, debe ser aprobado por el Congreso.

Sin embargo, un voto en contra de una reunión de acuerdo con estos ejes sería un voto en contra de los medios más eficaces para poner la cuestión nuclear iraní de nuevo en una caja y provocaría un conflicto con armas nucleares de Irán y una repotenciación del desorden, más caos y muertes inocentes en Medio Oriente.

Quisieramos, los que queremos la paz en el mundo, que en el Congreso privilegie un enfoque acerca de lo que implica acuerdo con Irán y lo que expresa su fracaso. Irán no se convertirá en un aliado automático ni pacífico, pero sí puede desarrollar un rol constructivo en el Medio Oriente. No se detendrá el patrocinio iraní del terrorismo o su apoyo a regímenes brutales como el de Bashar al-Assad en Siria, por generación espontánea, pero bien puede darse gradualmente una integración que sí morigere y neutralice. Tampoco se va a alterar dramáticamente la antipatía de Irán hacia los aliados de Medio Oriente de los Estados Unidos como Israel y Arabia Saudita.

Se debe prestar especial atención a garantizar la aplicación del acuerdo, y el Congreso puede desempeñar un papel fundamental en la toma de este acuerdo más fuerte. En caso de que Irán use sus fondos adicionales en ampliar sus actividades subversivas entre sus brazos exteriores en Siria, Irak como Líbano, los Estados Unidos y sus socios estarán preparados para repeler a Irán.

Es importante tener en cuenta que incluso con este acuerdo, es probable que Irán seguirá enfrentándose a sanciones de Estados Unidos por sus abusos y patrocinio del terrorismo continuas de los derechos humanos en el corto plazo. Por otra parte, los Estados Unidos seguirá apoyando a sus aliados en la región contra el posible ataque de Irán a través de las capacidades militares reforzados y estrategias de defensa coordinadas. Pero se limitará la posibilidad de que una ola de proliferación nuclear en la región más inestable del mundo.

El acuerdo es sólo el comienzo del trabajo duro, que incorpora a toda la comunidad internacional, y a donde América latina está llamada a actuar en bloque, y en este campo, la Argentina tiene con sus especialistas en la materia, de probada pericia, un rol preponderante.

(*) Analista internacional. Egresado de la National Defense University , Washington DC.