La danza de encuestas, con fuertes contrastes

“Nosotros tenemos encuestas que dicen todo lo contrario”. La frase fue dicha ayer, en una entrevista radial, por Francisco De Narváez, uno de los precandidatos a gobernador bonaerense por el Frente Renovador de Sergio Massa. Fue la respuesta a la mención de una encuesta que lo ubicaba a Massa en un relegado tercer lugar. Pero lo cierto es que De Narváez describió de esa forma una realidad de estos días: hay encuestas para todos los gustos y que, llamativamente, muestran contrastes muy fuertes.

En un dato coinciden todos los encuestadores y analistas de opinión: todavía falta mucho. Falta mucho para las PASO de agosto y mucho más para las generales de octubre. Y en la sociedad no parece instalada la cuestión electoral como preocupación dominante.

Las encuestas, sin embargo, preparan de alguna forma el terreno; al menos tienen la pretensión de marcar cómo vienen las tendencias y a perfilar en qué términos podría darse la puja central.

Como siempre, cada candidato tiene encuestas “propias” que, por esa misma condición, podrían merecer algún reparo. Las consultoras, sin embargo, se juegan su propio nombre con los números que aportan al debate público.

Si un dato es que todavía “falta mucho”, otro es que las cosas cambian a toda velocidad, con una dinámica vertiginosa. Muchas de las encuestas que circulan en estos días, por ejemplo, son previas a la decisión de la Unión Cívica Radical de ir a un acuerdo con el PRO de Mauricio Macri.

SUBE Y BAJA

Una de las encuestas grandes que se conocieron en estos días fue la de Poliarquía que publicó este diario en su edición del lunes pasado. Marca, como se dijo, una distancia de sólo tres puntos entre Scioli (al que ubica en un primer lugar con el 25%) y Macri (inmediatamente detrás con el 22%). En tercer lugar se ubica Massa con el 19%. Es la intención de voto que recogen para las Primarias. De cara a octubre los guarismos se modifican pero mantienen ese orden.

La encuestadora Polldata difundió un trabajo de 1.750 casos domiciliarios (la gente fue consultada en sus casas) que abarca la capital federal, el Gran Buenos Aires y las ciudades del interior con más de 100.000 electores. En este caso, ubica a Macri en primer lugar (con 26,4%), a Massa segundo (24,2%) y a Scioli tercero (23,1%). Altera el orden de Poliarquía, aunque habla de un virtual empate triple, porque el margen de error es del 2,3% y alcanzaría para modificar esas ubicaciones.

Managment & Fit hizo conocer un relevamiento de 2.400 casos (que combina consultas domiciliarias y telefónicas) que también representa una muestra nacional. Está hecha antes de que Hermes Binner y Julio Cobos bajaran sus candidaturas. También habla de un virtual empate, pero en este caso entre Scioli y Macri. En este caso, el primer lugar es para Scioli (29,5%) mientras que al jefe de gobierno porteño le da 28,8% y a Massa 14,4%, en un lejano tercer lugar.

Las diferencias son muy distintas en una encuesta de Giacobbe & Asociados que le da a Macri un primer lugar con el 31,2%, a Scioli el segundo con el 19% y a Massa el tercero con el 15,4%. También está hecha cuando todavía estaba en pie la candidatura de Binner por el espacio UNEN, que ahora estará representado por Margarita Stolbizer.

CONCLUSIONES

La mezcla de encuestas permite comprobar que el escenario preelectoral está todavía muy indefinido, que ninguna tendencia parece del todo sólida y que los comportamientos del electorado pueden ser todavía muy variables.

En conjunto, los sondeos confirman que la pelea para octubre estará entre Scioli, Macri y Massa. Dan por descontado que el Gobernador ganaría las PASO frente al ministro del Interior, Florencio Randazzo, y que el Jefe de Gobierno porteño lo hará en las primarias de su espacio frente a Ernesto Sanz y Elisa Carrió.

Otra conclusión anticipada es que las encuestas jugarán este año su propia elección. Los números que difunden ahora y que irán actualizando a lo largo del proceso electoral tendrán que rendir un examen irrefutable: será frente a los datos del escrutinio que son, en definitiva, los que marcarán la realidad.

No hacen falta encuestas, mientras tanto, para advertir que en la calle todavía no se vive clima de elecciones. La ciudadanía parece mirar todavía de reojo, pero sin meterse del todo en la discusión preelectoral. Las campañas, de hecho, recién empiezan a asomar y muchas incógnitas están abiertas. Todavía no se conoce, en definitiva, la totalidad de los candidatos que competirá en agosto.

En las jurisdicciones provinciales y municipales, el panorama es todavía más incierto que en el orden nacional. ¿Quiénes son los precandidatos a gobernador que competirán en las primarias del PRO-UCR-Coalición Cívica? ¿Y cuáles los que lo harán en el FPV y en el massismo? Las respuestas definitivas no están. Y algo similar ocurre si se pregunta en las ciudades por los precandidatos a intendentes.

En este paisaje, las encuestas pueden dar algunas pistas o marcar algunas tendencias. Pero aportan, en el mejor de los casos, una foto muy provisoria en un escenario al que todavía no han subido todos los actores.

¿Qué valor pueden tener estas encuestas, por ejemplo, si la Presidenta finalmente fuera candidata a diputada por la Provincia? Probablemente eso cambiaría las cosas en uno u otro sentido.

Hay tiempo hasta el 20 de junio para la presentación de candidaturas. Ese es un plazo que va a marcar una raya. A partir de ahí, muchas de las incógnitas de estos días quedarán despejadas.

Pero el calendario electoral tendrá algunos anticipos jugosos. Dentro de un mes (exactamente el 26 de abril) serán las PASO porteñas. Se definirá la pulseada entre Gabriela Michetti y Horacio Rodríguez Larreta. Será, seguramente, una vistosa vidriera electoral a la que se le prestará atención en todo el país.

El año electoral recién despunta. Habrá, como las encuestas, para todos los gustos.