Los temas electorales dominan la coyuntura

Las noticias electorales dominan casi todos los ámbitos empresarios, interesados en imaginar quienes acompañarán a los dos presidenciables con chances en suceder a Cristina Kirchner.

El oficialista Scioli y el opositor Macri.

En especial quién sería la persona que conduciría el Ministerio de Economía y otros lugares claves, como la AFIP, el Banco Central y la estatal YPF.

La novedad surgió de la filas K, con la baja de Axel Kicillof, que aspiraba a acompañar una de las fórmulas presidenciales como segundo.

Las relaciones con Brasil y el Mercosur se agregan a los últimos fracasos del funcionario

La decisión llegó como resultado de las sucesivas encuestas que midieron la popularidad del ministro y que llevaron a la conclusión que el economista no suma, e incluso restaría electorado.

ELOGIOS

Como premio consuelo, el funcionario K recibió elogios de la Presidenta y un compromiso del gobernador Scioli de mantenerlo al frente del Palacio de Hacienda.

Kicillof cerró la semana con una desilusión política y más problemas a su gestión.

La relación con los fondos buitre sigue sumando complicaciones y limita más las chances del ministro de tomar deuda en dólares; el tope para las paritarias no logra consenso y prolonga conflictos, como el de la industria aceitera, que tiene fuerte impacto en el ingreso de divisas; los datos de empleo siguen para abajo, incluso en sectores protegidos por el gobierno K, como el automotriz y el electrónico, y el nivel de actividad acumula más meses de recesión.

MERCOSUR

Las relaciones con Brasil y el Mercosur se agregan a los últimos fracasos del funcionario.

La semana anterior, en un viaje relámpago a Brasilia acompañado por el canciller Timerman, fue renovado el convenio automotriz por otro año.

Pero la visita oficial confirmó que los dos países están cada vez más lejos y el comercio bilateral en caída.

Los últimos anuncios de Dilma, con recortes por 23.000 millones de dólares, y la negociación que inicia esta semana la presidente brasileña en México son el marco de ese distanciamiento.

Brasil está hoy en una fase recesiva y sin voluntad política de reabrir los mercados para facilitar el comercio con la Argentina.

El Mercosur está en terapia desde hace tiempo, pero ahora parece que irá hacia un camino que podría significar su disolución lisa y llana.

En la reunión de Dilma con Tabaré Vázquez, el presidente de Uruguay, pidió flexibilidad al Mercosur, que es el rumbo que está hoy en desarrollo.

Significa que los países que integran el Mercosur podrían llegar a acuerdos comerciales con otros países o bloques, sin tener en cuenta la protección regional, el arancel común a todos los socios.

Uruguay está intentando esta salida desde hace tiempo, pero sin lograr el respaldo de Brasil.

Pero en este segundo mandato de Dilma, la mayor economía del bloque regional estaría cambiando de opinión.

Las negociaciones con México darían lugar a esta flexibilidad, con niveles de protección más bajos, en sectores administrados.

Este rumbo tendría un muy fuerte impacto sobre el mercado interno argentino y también sobre la política de alta protección industrial iniciada por la administración K.

El acuerdo de inversiones que firmaría Brasil con México afectaría el desarrollo futuro de industrias como la automotriz, la de autopartes y la electrónica.

Las inversiones en la región tendrían más sesgo negativo hacia la Argentina

Las inversiones en la región tendrían más sesgo negativo hacia la Argentina.

Es otra herencia que quedará para el siguiente gobierno constitucional.

En cuanto a los nombres de los funcionarios que conducirían la AFIP, el Banco Central y la petrolera YPF, el sciolismo ha tomado la decisión de mantener el actual staff K de Cristina Kirchner, para encarar una etapa de transición.

Las lecturas políticas de este anuncio son contrapuestas.

Unos imaginan que tiene que ver con la sumisión del Gobernador a la Presidenta; otros que Scioli dejará en manos de la actual conducción económica el costo del ajuste que llegaría con el nuevo gobierno.