Más luces rojas sobre la calidad educativa

No han sido días de buenas noticias para la Educación.

El “bochazo” masivo de aspirantes a ingresar a la policía municipal de Mar del Plata habla del fracaso educativo. Y el último informe en base a las pruebas PISA habla de niveles de ausentismo docente y estudiantil que ubican a la Argentina en una posición preocupante.

No todo es lo mismo, por supuesto. Pero los especialistas coinciden en que tampoco hay una completa desconexión entre ausentismo, suspensión de clases y resultados en el aprendizaje.

¿Qué pasó en el ingreso a la Policía de Mar del Plata? Les tomaron una prueba de lectoescritura. Tenían que leer un texto y resumir las ideas principales en un papel. Todos tenían estudios secundarios completos. El 80 por ciento no pasó la prueba.

Para los expertos, el dato no es llamativo. Esta semana, por ejemplo, el pedagogo Gustavo Iaies dijo, al ser consultado sobre este tema, que lo que refleja la prueba es lo que se ve en la gran mayoría de las escuelas: los chicos salen sin saber leer con fluidez y sin poder comprender lo que leen.

Se trata de las aptitudes básicas. Si al completar el ciclo educativo (primaria y secundaria) no se le asegura a un joven una suficiente capacidad de lectura y comprensión, el fracaso es enorme.

¿Por qué se ha llegado a este punto? Los especialistas hablan de un largo proceso de deterioro que lleva décadas en la Argentina.

“Las escuelas han dejado de priorizar la enseñanza; priorizan la contención; la continuidad de los chicos en el sistema; el manejo de la conflictividad... pero ya no la enseñanza pura”. Lo dice la directora de una escuela media de La Plata que prefiere que su nombre no se publique.

AUSENTISMOS

En este contexto se acaban de conocer datos del ausentismo docente y estudiantil. No son estadísticas oficiales porque no existen. Es el informe PISA, elaborado en base a la realidad que describen los propios directores de las escuelas. Indica que la Argentina tiene un 59% de ausentismo docente cuando el promedio internacional es del 13 por ciento. Lo que miden es el porcentaje de alumnos afectados por la ausencia de docentes.

Sobre el ausentismo estudiantil, el informe PISA es aún más alarmante. Durante las dos semanas en las que hicieron el relevamiento en escuelas de todo el país, el 58 por ciento de los alumnos faltó al menos un día. El promedio internacional es del 15%, casi seis veces menos.

El ausentismo -coinciden distintos especialistas- se ha naturalizado en las escuelas. En la secundarias, tener “horas libres” porque faltó el profesor, es cosa de todos los días.

Los expertos señalan que esta especie de cultura del ausentismo genera un impacto muy negativo en todo el sistema educativo

Más allá de las estadísticas, los expertos señalan que esta especie de cultura del ausentismo genera un impacto muy negativo en todo el sistema educativo. “Los chicos pierden continuidad; los docentes se atrasan en el desarrollo de los programas curriculares; se comprime el desarrollo de los temas en un lapso inferior al ideal; se le da menos espacio a la revisión y a la profundización de contenidos”, resume un docente al explicar las secuelas del ausentismo enquistado en las comunidades educativas.

DISTINTAS VOCES

En un encuentro nacional sobre calidad educativa realizado ayer en Mendoza, estos temas estuvieron en debate.

En ese marco, la representante de la Universidad de San Andrés, Agustina Blanco, remarcó que la formación de docentes y directores es uno de los cambios estructurales necesarios para mejorar la calidad de la educación. “Sus herramientas y los modelos pedagógicos han quedado obsoletos”, sostuvo Blanco, una de las integrantes del Proyecto Educar 2050.

“Hoy en el mundo se tiende mucho más a trabajos en aulas y proyectos para desarrollar competencias, mientras que nosotros estamos basados en transmisión de conocimientos. Entonces, se produce un quiebre entre el docente y el alumno , ya que el primero no llega a los chicos y que no entienden para qué están en la escuela”, continuó.

Sobre este último punto hizo énfasis Guillermo Jaime Echeverry, otro de los disertantes. A su entender, los jóvenes no siempre están dispuestos a hacer ese esfuerzo “por lo que hay que regenerar un interés genuino por la educación”.

“No hay educación si la sociedad no se compromete en eso”, agregó el ex rector de la UBA.

Por su parte, Iaies habló en ese encuentro e la necesidad de “reconstituir una alianza de los adultos”.

“Los chicos necesitan que dejemos de dudar y que les demos una propuesta clara”, enfatizó el pedagogo.

Educar 2050 es una organización sin fines de lucro con una misión ambiciosa: colocar a la Argentina entre los países líderes de educación del mundo. “Hoy estamos lejos pero creemos que lo vamos a lograr a través del esfuerzo de los ciudadanos”, aseguró el presidente de ese foro, Álvarez Trongé.

Lo de Mendoza fue de algún modo alentador. Hay muchos que están pensando la educación del futuro y que parten de un diagnóstico similar: así no se puede seguir.