Más picos de tensión entre el Ejecutivo y la Corte

En los últimos días, nuevos picos de tensión se han producido entre el Ejecutivo nacional y la Justicia.

El fallo de la Corte Suprema que frenó la designación de conjueces que había impulsado el oficialismo fue tomado por el Gobierno como un gesto hostilidad.

El tema parece circunscribirse a una cuestión técnica: los conjueces -que actúan como una suerte de banco de magistrados suplentes- habían sido nombrados por mayoría en el Senado, pero sin los dos tercios que exige la Constitución. Con ese argumento, sus designaciones fueron impugnadas y la Corte las anuló.

El tema tiene, sin embargo, fuertes connotaciones políticas. Marca de algún modo un límite a la estrategia del oficialismo para ampliar sus márgenes de influencia en el Poder Judicial de la Nación.

Desde el máximo tribunal ya se había desalentado una idea que aparentemente manejaba el Ejecutivo para ampliar el número de miembros de la Corte. Sería una estrategia ante la aparente barrera que encontraría el kirchnerismo para imponer el nombramiento de Roberto Carlés en el lugar que dejó vacante Eugenio Zaffaroni.

El Ejecutivo no ha retirado el pliego de Carlés pero sabe que no tiene mayoría para aprobarlo en el Senado. Por ahora, la propuesta ha quedado en suspenso.

En este contexto, el Jefe de gabinete, Aníbal Fernández, salió a cuestionar ayer la reelección de Ricardo Lorenzetti al frente del máximo tribunal.

La tensión con la Justicia -y en particular con la Corte- ha sumado, en definitiva, más eslabones.