Opinan los lectores

Los jóvenes y los abuelos

Alicia Baldasarre de Talamonti manifiesta: “Nos alegra el corazón la sensibilidad de los jóvenes que se angustian ante situaciones injustas y a las que a veces, ellos sólo pueden paliar con alegría y amor. Días pasados, una de mis nietas, estudiante universitaria, fue con un grupo de amigas a visitar un geriátrico. Cuando regresó a casa se abrazó a mi esposo y le dijo: ‘Abuelito, yo nunca voy a dejarte en un geriátrico... si vieras cómo lloraban algunos de los viejitos cuando les cantábamos... pienso que tal vez recordaban a sus nietas’. Lamentablemente muchos hijos son los primeros en no respetar los derechos humanos de aquellos seres que les dieron todo para que tuvieran ‘un porvenir’ como se decía antes. Cuando sus padres son ya ancianos, en el tiempo de la ‘amorosa devolución’, éstos son sacados de sus hogares con el argumento -real en algunas ocasiones- de que ‘al viejo o a la vieja -o a ambos- ya no podemos dejarlos solos...’. Hace tiempo la historia de un señor que, dado el avanzado estado del mal de Alzheimer en su esposa, tuvo que internarla. Sin embargo, todas las mañanas iba a desayunar con ella. Al contárselo a un amigo, éste le dijo para qué iba si su esposa ya no sabía quién era. Y él le respondió: ‘Pero yo sí sé quién es ella’. Ejemplo de amor perdurable aún en situaciones límites y tan digno de imitar”.