Otro actor en la cancha, ¿para sumar o aglutinar?

Por JOSE PICON

Aníbal Fernández tiene decidido lanzarse al ruedo. Dicen, con la anuencia de la presidenta Cristina Kirchner. A más tardar hacia fines de esta semana, anunciaría que será candidato a gobernador bonaerense y blanqueará, así, lo que es un secreto a voces en el oficialismo.

Esta irrupción en la variopinta escenografía bonaerense del Frente para la Victoria viene rodeada de interrogantes y especulaciones. Su rol como jefe de Gabinete nacional y su cercanía con el poder de decisión que opera en la Casa Rosada, lo convierten en una ficha de peso. Y en un elemento que, acaso, pueda terminar alterando el dibujo preliminar que parecía consolidarse en el Frente para la Victoria.

Fernández viene, en principio, a sumarse al nutrido pelotón que integran, entre otros, el diputado nacional Julián Domínguez, el titular de la Anses, Diego Bossio, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, y el intendente de Berazategui, Patricio Mussi. Hay por supuesto más dirigentes con intenciones declaradas de pelear por la sucesión de Daniel Scioli, pero parecen rezagados y con chances difusas de encabezar la fórmula provincial.

La teoría de que el quilmeño abrió la puerta para solamente nutrir aún más la oferta de binomios en ciernes que alumbran en el FpV, surge por estas horas como la menos consistente.

Pocos dirigentes en el oficialismo opinan que Fernández esté a punto de lanzarse para sumarse a la pelea contra los acuerdos que anudaron por un lado Domínguez y Mussi y, por el otro, Bossio y Berni. Cierres a los que quizás aporte una fórmula encabezada por el titular del Afsca, Martín Sabbatella, con la idea de recoger los votos K que no se identifican con el peronismo tradicional.

Anida la sospecha de que por su historia, su cabal conocimiento de los pliegues del peronismo provincial y la confianza que anudó con el hiperconcentrado mundo K, Aníbal termine siendo un factor ordenador de las múltiples intenciones de dirigentes que aspiran a suceder a Daniel Scioli.

Algunos kirchneristas decodificaron rápido ese supuesto mensaje. El vicegobernador Gabriel Mariotto ya se anotó como posible compañero de fórmula. Y en las últimas horas Fernández se reunió con Martín Insaurralde en Lomas de Zamora con quien viene charlando desde hace un tiempo.

Tanto Mariotto como Insaurralde declararon sus ganas de ir por la Gobernación. Puede que el jefe de Gabinete nacional haya comenzado, aún antes de formalizar el lanzamiento, el trabajo de aglutinar voluntades detrás de su proyecto.

Esa idea de ir sintetizando expresiones que se mueven bajo el paraguas K es la que encomendó el propio Daniel Scioli a sus dirigentes. En la Provincia ya pusieron manos a la obra algunos operadores.

Encumbrados sciolistas ya se reunieron con Luis D`Elía y el platense Carlos Raimundi, dos exponentes fuertemente críticos de la candidatura presidencial del mandatario bonaerense. Cuentan que en los próximos días habrá un acto que mostrará al sciolismo con la esposa de D`Elía, la actual diputada provincial Alicia Sánchez.

Mientras tanto, Sergio Massa relanzó su candidatura presidencial con un acto multitudinario. La demostración de fuerza envalentonó y llenó de bríos al Frente Renovador, que apuesta fuerte a consolidarse como alternativa frente al oficialismo.

En esa línea anotan el acuerdo con el cordobés José Manuel De la Sota que le permite a Massa hacer pie en una provincia que aparecía esquiva para sus pretensiones.

Pero el proyecto presidencial del tigrense está atado fuertemente a su presencia bonaerense. Consolidar la presencia territorial y volver a enamorar a quienes lo eligieron hace menos de dos años, surgen como un desafío central para el candidato presidencial.

Por eso se le asignó tanta relevancia a la movilización del viernes. Al mensaje que se buscó transmitir de que el proyecto de Massa sigue proa a las Primarias de agosto.

Sin embargo, persisten los rumores de fugas de dirigentes de peso en especial en la Provincia.

Representantes massistas mantienen por estas horas contactos reservados y no tanto, con dirigentes del FpV y del macrismo. “Todos hablan con todos”, se admite en el Frente Renovador, donde la demostración de fuerza del tigrense en la cancha de Vélez puede que haya frenado algunas decisiones que se venían precipitando.

Pero la rueda sigue girando. Por caso, ya es notoria la incomodidad de Darío Giustozzi en el Frente Renovador. El precandidato a gobernador cesó por estos días, llamativamente, su campaña bonaerense. No sólo eso: el intendente de Almirante Brown y delfín suyo, criticó la estrategia del Frente Renovador. Y condimentó esa postura ponderando a Scioli.

Giustozzi estuvo en el acto de Vélez e incluso movilizó a su tropa. Pero, como trascendiera hace varias semanas, habla con distintos sectores del oficialismo para preparar un posible retorno.

Otro dirigente en situación inestable es el intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, quien no para de producir gestos que lo ubican cada vez más cerca de Mauricio Macri.

PUENTE DE PLATA

Cariglino no fue al relanzamiento de Massa y en el PRO ya lo esperan con los brazos abiertos: ven al alcalde como posible puente de plata para la llegada de otros jefes territoriales que hoy todavía abrevan en el Frente Renovador.

Hay un dato que no debería pasarse por alto: el macrismo necesita sumar en la Provincia para robustecer las chances de ir al ballotage. Cariglino, aún con su perfil de típico barón del Conurbano, es una pieza apetecible para el PRO. Incluso, ya se habría asegurado no tener objeciones de parte de Elisa Carrió, una de las socias nacionales del jefe de Gobierno porteño.

Pero los contactos massistas con otros espacios tienen más ramificaciones. Cuentan que durante el acto que Cristina Kirchner encabezó la semana pasada en San Martín, dos días después de la derrota del FpV en Capital Federal, se le escuchó asegurar a uno de los presidenciables del oficialismo, Florencio Randazzo, que había mantenido una reunión con los intendentes Joaquín De la Torre y José Eseverri, dos de los integrantes del círculo cercano a Massa.

En medio de la marea de versiones, se especuló incluso en las últimas horas con un posible cierre de De la Torre con el PRO que el intendente salió a desmentir.

En ese terreno resbaladizo, Massa buscará consolidar su proyecto presidencial desde la Provincia.