Otros análisis del fin de semana

Joaquín Morales Solá
LA NACION

“Podrá decirse que el proyecto es tan visible como tosco, pero no podrá negársele capacidad de iniciativa a Cristina Kirchner. Con una ley que pasó casi inadvertida en el Congreso, está haciendo la reforma judicial que no pudo hacer hace dos años”, dice Morales Solá, que describe el ingreso a la justicia de “brigadas de jueces kirchneristas”. La Corte, añade, es impotente para frenar esos cambios. Semejantes cambios a cinco meses del final del cristinismo parecen un milagro. Un milagro que demuestra la habilidad política del gobierno “que le otorgarían un gran poder que se mide en años. No obstante, añade, “dos encuestas recientes señalan, por el contrario, que existe un virtual empate técnico entre Daniel Scioli y Mauricio Macri y que es probable que llegarán en esas condiciones a la primera vuelta de octubre”. Se pregunta luego “¿qué sucedería si la Corte Suprema terminara declarando inconstitucional la ley de subrogancias? Puede deducirse que lo hará con sólo leer su jurisprudencia”. Los tribunales, dice, “deberán prepararse para un largo tembladeral. Los jueces designados ahora no caerán fácilmente, aunque deberían hacerlo por obra de esa eventual decisión de la Corte Suprema”

Mario Wainfeld
PAGINA 12

Sobre las elecciones en cinco distritos del país que se realizaron ayer trató la columna de Wainfeld, en la que sostuvo que “cada comarca se expresa según sus particulares reglas federales” en lo que resultan ser matices expresivos de la diversidad. “En toda la geografía argentina el pueblo participa y escoge sus autoridades, desde hace 32 años. He ahí un patrimonio colectivo construido con esfuerzo y merced a aprendizajes”. Analiza luego las posibilidades, distrito por distrito, anticipando un holgado triunfo de Rodríguez Larreta en Buenos Aires. Alude también al “enigma” que significa la boleta electrónica: “se hace sin test parciales como se ensayó en Salta, aplicando la informática en instancias sucesivas sobre una fracción creciente de las mesas. Un criterio paulatino, aconsejable, que el macrismo desechó”. Finaliza el comentario señalando que “ojalá que el clima ayude en los cinco distritos, que la concurrencia sea numerosa como viene pasando en la maratón de comicios surtidos. La voluntad popular se expresará, ojalá que con calma y sin incidentes dignos de mención. La previa es menos interesante que la crónica de las competencias que se escribirá mañana.

Eduardo van der Kooy
CLARIN

“Cristina Fernández y Carlos Zannini están desarrollando un golpe contra el Poder Judicial. El calificativo no es desmesurado: operan sobre estamentos judiciales clave y lo hacen amparados en normas viciadas de ilegalidad. Nada más parecido a la instrumentación de alguna de las asonadas militares que, sin violencia ni sangre, sufrió la Argentina en su historia”, dice Van der Kooy. Ahora, “el operativo transcurre en medio de una campaña electoral que distrae”. El golpe kirchnerista, añade, “apunta a la designación de conjueces propios nominados por mayorías irregulares”. Serían alrededor de 200 cargos. Los objetivos son las causas de Lázaro Báez, de Hotesur y la de Máximo, en el sur con la creación de una cámara federal. Pero también están las causas de Irán y de Milani. “Una lápida cayó sobre la denuncia de Nisman y otra va camino a terminar con la historia de su muerte. Pero la inconstitucionalidad del Memorándum podría convocar más adelante a los fantasmas. Esa declaración incluiría argumentos letales: sería responsabilizada la Presidenta de haber cedido a eventuales acusados y en otra nación el juzgamiento de una tragedia que ocurrió en nuestro suelo. Traición a la Patria, en una traducción vulgar.

Jorge Fernández Díaz
LA NACION

En su columna Fernández Díaz asegura que “Cristina no votó a Perón en 1973 sino que lo hizo por el partido del Colorado Ramos, partido al cual adhería el entonces joven abogado Luis María Cabral que se ocupaba de defender a quienes eran detenidos durante la dictadura militar”. Varias décadas más tarde, la Presidenta -agrega el columnista- “ordenó remover a Cabral de la Cámara de Casación y mandó a sus propios militantes a tacharlo de conservador y connivente con las corporaciones”. El propio hijo de Ramos, hoy apasionado kirchnerista, “se vio obligado moralmente a salir en defensa de Cabral. Narró entonces episodios desconocidos, en los que el juez presentaba hábeas corpus y luchaba heroicamente por la libertad de los detenidos bajo regímenes militares”. Dice luego: “Mientras Cabral, el abogado que salvó a tantos militantes, era simbólicamente decapitado por los “muchachos para la liberación”, otras maniobras judiciales intentaban salvar a César Milani” acusados de crímenes de lesa humanidad. “Nada, sin embargo, produce remordimientos en los militantes del progresismo feudal, que no sólo tragan sapos vivitos y coleando, sino que están dispuestos a decir que se trata de un plato delicioso y nutritivo”.