Preocupa el inusitado auge del ausentismo docente en las escuelas de la Provincia

Nadie puede discutir el derecho a solicitar licencias que tienen los docentes, a menos que ese ejercicio se encuentre desvirtuado por un uso abusivo o, inclusive, ilegítimo y, en realidad, esas calificaciones sólo pueden y debe ser determinadas por la autoridad administrativa que las otorga en cada caso. Pero lo cierto es que el ausentismo docente se ha convertido en uno de los principales déficit que muestra el sistema, tal como lo señalaron recientemente muchos padres en un reclamo planteado ante este diario, muchos de los cuales aseguraron que sus hijos, en lo que va del año, no tuvieron una semana completa de clases.

El problema del ausentismo docente que, antes, se hacía sentir con mayor intensidad en el nivel secundario, se ha trasladado ahora a la escuela primaria. Desde luego que el problema sigue presentándose en la escuela secundaria, tal como lo destacó uno de los profesores consultados.

Muchos padres plantearon en la nota publicada en este diario diversos interrogantes: ¿es necesario revisar el régimen de licencias? ¿Hay abusos? ¿Existe una falta de control? ¿O ambas cosas? Algunos aseguraron sin rodeos que el ausentismo se ha convertido en el tema central, pues ya no se circunscribe a los paros o medidas de fuerza, sino a una multiplicidad de causas. Una de las madres que ofreció su testimonio afirmó que, en los primeros cuatro meses de este año, su hija tuvo en promedio dos horas de clase por día. porque no cubrían los cargos.

El ausentismo supera largamente las jornadas de huelga, dijo otro padre. Detalló que los chicos este año tuvieron semanas enteras sin clase. Aseguró que los docentes sacan licencias extraordinarias y ponen un suplente, que tampoco dura, y así pueden tener hasta cinco profesores distintos en una misma materia. Afirmaron también que, de alguna manera, la escuela pública deja de ser gratuita, ya que los chicos terminan siendo enviados a una maestra particular.

Un educador recordó que en el informe PISA del 2013 nuestro país fue el que registró el mayor ausentismo de alumnos de los 65 que se midieron, comentó que “habría que ponerse más firmes con los chicos, pero cómo hacerlo si el maestro no está en el aula”, se preguntó. Aseguró que el sistema de licencias se descontroló, al punto de que no puede garantizarse el servicio educativo en las condiciones necesarias para que los chicos aprendan. Otro especialista reclamó que se revise el régimen de licencias junto con los gremios para evitar excesos, y mejorar los mecanismos de control.

Jornadas de perfeccionamiento docente que suspenden el dictado de clases, feriados que año tras año se ha venido sumando, escuelas que sufren deterioros edilicios y deben cerrar sus puertas varios días -junto al ausentismo docente-, son demasiados los factores que conspiran para quitarle continuidad a los ciclos escolares, interrumpidos en los últimos años por baches que complican el aprendizaje.

Existe una suerte de liviana tendencia encaminada a suspender las clases por cualquier cosa. Las causas que muchas veces se invocan podrían haber sido evitadas o suspendidas para los días del fin de semana. Los resultados de este ausentismo educativo, que va en crecimiento, están a la vista. Y es también responsabilidad de todos -pero en forma inicial, de las autoridades- revertir un panorama tan negativo.