Profundizar políticas preventivas para avanzar en la lucha contra la celiaquía

La información acerca de que más de 8.500 productos conforman en la actualidad la lista de alimentos autorizados para el consumo de celíacos en nuestro país -en un número que representa un incremento siete veces mayor que el existente en 2009, cuando se creó a través de la ley nacional 26.588 el registro que busca fomentar la investigación y diagnóstico de esta enfermedad- constituye un hito positivo en el largo camino que aún resta por recorrer.

En el marco del día mundial de la celiaquía, que se conmemoró anteayer, se puso de relieve que en nuestro país la ley sancionada representó un avance porque visibilizó a la enfermedad y logró, por ejemplo, que muchos restaurantes tuvieran un menú específico para celíacos, según se puso de relieve desde la Asociación Celíaca Argentina.

Ese progreso se consolidó también por el compromiso asumido por la industria alimentaria, que incrementó en 1.200 el número de productos libres de gluten en nuestro país, en tanto que también se registraron adelantos a partir de la utilización de nuevos métodos de diagnóstico serológico que permitieron detectar espectros clínicos más amplios, tal como se señaló.

En este sentido, médicos nutricionistas confirmaron que, más allá de lo técnico, existe una mayor búsqueda de la enfermedad por parte de los profesionales de la salud, aunque sigue estando subdiagnosticada.

En efecto, se calcula que por cada caso detectado, existen entre cinco y diez sin diagnosticar. A su vez, se considera que uno de cada cien argentinos se encuentra afectado por la celiaquía.

Como se sabe, la celiaquía es una intolerancia permanente al gluten, un conjunto de proteínas que se encuentran presentes en el trigo, la avena, la cebada y el centeno (TACC), así como en sus productos derivados; su tratamiento consiste principalmente en llevar una dieta libre de TACC. Para el diagnóstico se buscan determinadas proteínas con un análisis de sangre y, si éstas dan positivo, se pasa a una biopsia gástrica para ver el nivel de daño.

La mayoría de los que padecen esta intolerancia deben ir a lugares públicos –y habitualmente a las fiestas privadas a las que son invitados- llevando sus propios alimentos. A pesar de que todos los bares y restaurantes debieran ofrecer menús para celíacos, no todos cumplen con ese mandato. Casi todos los servicios de catering para diversos eventos omiten también ofrecer productos alimenticios para celíacos.

Profesionales platenses coincidieron hace un tiempo en señalar que el problema principal reside en la falta de conciencia existente sobre este tema.

Por otra parte, esta enfermedad suele confundirse con otras y hasta puede no presentar síntomas evidentes. Sin embargo, se conoce que es muy peligrosa, al punto que de no tratarse en tiempo y forma puede evolucionar en complicaciones muy severas o hasta en la muerte de quienes la sufren. De allí que deban extremarse esfuerzos por parte de las autoridades para avanzar en políticas preventivas y en la búsqueda de una población más fuerte y mejor alimentada.