Referencias alarmantes sobre los casos de pedofilia en las redes de Internet

Si bien siempre constituyeron una práctica aberrante, denigratoria de la condición humana, los casos de pedofilia hasta hace poco tiempo resultaban más fáciles de detectar y reprimir, pero ahora la pornografía infantil y los delitos vinculados a ella cuentan con la poderosa herramienta de Internet, para irradiarse con facilidad por las redes y para ocultar a sus autores en una trama tecnológica que les permite operar con mayor grado de impunidad, ya que su rastreo resulta una tarea muy compleja.

En ese contexto, los nuevos casos de pedofilia que se detectan en nuestro país siguen poniendo en evidencia -entre otras cuestiones- la importancia de analizar y eventualmente corregir el uso desviado que algunas personas hacen de esa maravillosa herramienta, como lo es la de internet. Lo cierto es que las redes enhebran con facilidad a potenciales víctimas y victimarios.

Recientes estudios conocidos en Nueva York discriminaron los delitos sexuales por internet en dos figuras dominantes. Una de ellas, la que tipifica la acción de personas que poseen, producen y distribuyen pornografía infantil por internet. La otra corresponde a quienes son responsables de promover la seducción engañosa de un menor de edad.

Es seguramente en base a estos, como a otros elementos relacionados, que el Ministerio Público provincial decidió habilitar en los dieciocho departamentos judiciales fiscalías especializadas en pornografía infantil en la red y delitos conexos, con el objetivo de investigar las denuncias que se presenten. Tal como se informó en este diario, fuentes judiciales confirmaron que en lo que va del año se recibieron en La Plata unas cien denuncias, algunas provenientes de ámbitos oficiales y otras de particulares que acercan sus inquietudes o datos por distintas vías.

Si bien la Justicia penal ha logrado desbaratar a bandas de pedófilos que operaban en las redes de internet –en tal sentido, existe una causa que será elevada próximamente a juicio oral- se conoce que existen muchos otros grupos que permanecen activos, cuyos integrantes, además, suelen extorsionar y amenazar a los menores víctimas o a sus padres.

Se indicó que los especialistas están atentos a la circulación de material pornográfico que tenga como protagonistas a menores de ambos sexos. Los delincuentes suelen entablar el primer contacto por sustitución de identidad, es decir, simulando ser otros chicos para ganar la confianza de la víctima y convencerla de tomarse una foto, grabar un video o acordar un encuentro. Cuando los menores desconfían o quieren negarse, se activan las amenazas directas.

Está fuera de duda que internet aporta grandes beneficios, incluyendo el chat y las redes sociales porque pueden servir para enseñar y aprender. Pero, al mismo tiempo, los especialistas se muestran preocupados porque el principal uso que los menores hacen de la red tiene que ver menos con su mejor formación que con los juegos y sus relaciones en red.

Pero también está claro que resultan indispensables tanto el acompañamiento de familiares mayores y de los docentes -con un enriquecedor debate que debiera desarrollarse con los chicos, para que sepan distinguir entre lo bueno y lo malo en las redes- como la actualización y ágil presencia de la Justicia, desafiada como nunca antes por la potencia de una tecnología que puede convertirse, si la manejan personas carentes de valores, en un ámbito multiplicador de uno de los delitos penales más infames, puesto que se aprovecha de la inocencia y de la indefensión infantil.