Tensión e interrogantes de cara a la transición

T ucumán y las turbulencias en los mercados internacionales por las devaluaciones de China están acelerando las angustias sobre el final del mandato de Cristina Kirchner.

El plan electoral del ministro Kicillof está en crisis.

El cepo frena una eventual corrida cambiaria, pero apenas alcanza para administrar las reservas en el Banco Central, que además pierde dólares todos los días.

La brecha con el mercado “blue” llega al 70%, precio que expresa las expectativas sobre una devaluación.

RESERVAS

El nivel de reservas netas que recibirá el próximo presidente es un misterio, pero es un secreto a voces que serán muy escasas.

El racionamiento de dólares es hoy tan extremo para el público como para la importación de actividades productivas.

Como nada parece alcanzar para contener el gastos, Kicillof echo mano a la emisión de bonos de todo tipo

En la vida cotidiana, lejos del relato de campaña, los problemas fiscales y monetarios se han profundizando en las últimas semanas, acentuando la inflación, el atraso cambiario y los problemas de empleo.

La emisión y el déficit fiscal han alcanzado niveles similares a las crisis de los ’80 y principios de los ’90.

Y como nada parece alcanzar para cubrir el descontrol del gasto, Kicillof ha echado mano a la emisión de bonos de todo tipo, endeudando al Tesoro a tasas altísimas y a corto plazo, agregando más incertidumbres sobre la herencia fiscal que recibirá el próximo gobierno.

La novedad son los bonos linked emitidos por la Nación, que salvan los gastos de las próximas semanas pero meten más presión al precio del dólar y a la situación fiscal.

DUDAS

En la política, el escenario sigue abierto y con más interrogantes que los que emergieron luego de las PASO.

La elección de Tucumán ha tensionado la transición presidencial.

No son buenas noticias para el mundo de los negocios.

Las dudas no sólo se refieren a quién resultará electo y que plan de gobierno implementará.

También hay interrogantes sobre si tendrá suficiente poder político para enfrentar la herencia y recomponer las relaciones institucionales.

Como se señaló con anterioridad, el estancamiento y el dólar se metieron de lleno en la agenda electoral, y ahora la sociedad espera definiciones más concretas de los candidatos.

No es un tema en donde Macri o Scioli se muestren cómodos.

Massa, quizás por estar un paso atrás, se manifiesta más firme en ofrecer definiciones económicas.

En cualquier caso, y lejos de los eslogans de la campaña, los equipos económicos prometen levantar el cepo y normalizar la situación externa.

Ninguno ofrece muchos detalles de cómo logrará recrear condiciones de confianza y resolver la escasez de dólares.

En especial, porque en el medio de estas promesas aparece un tema tabú: la devaluación.

SINCERAMIENTO

El sinceramiento del dólar no es un tema matemático, depende de muchas otras variables.

Aunque es difícil imaginar que ingresen dólares de los colchones o del exterior sin una actualización de la cotización oficial.

Pocos creen que las dificultades se resuelvan de un plumazo, sólo con la elección de un nuevo presidente

Adicional a este aspecto, quedan pendientes de resolver el litigio con el juez Griesa y los holdouts y la presentación de un programa de control de la inflación que incluya los subsidios de toda naturaleza: los de las tarifas y los planes sociales.

En este contexto, pocos creen que las dificultades se resuelvan de un plumazo, sólo con la elección del nuevo presidente.

La transición se presenta cada vez más complicada y es casi una obviedad que Scioli, Macri o quizás Massa, deberán hacer algo totalmente contrario a lo que vienen haciendo Cristina Kirchner y Kiciloff en los últimos cuatro años.

¿Acompañara el Congreso y la sociedad este cambio de orientación económica?