Tiempo de crujidos y de internas en el massismo

Por MARIANO PEREZ DE EULATE

Algo está crujiendo en el Frente Renovador de Sergio Massa, un espacio en teoría opositor a María Eugenia Vidal pero que se convirtió en aliado legislativo y aportante de cierta cuota de gobernabilidad en la Provincia. Al menos en este primer tramo de gobierno del macrismo, luego de casi tres décadas de manejo del PJ.

Las recientes declaraciones del intendente de San Miguel, Joaquín de la Torre, parecieron un mensaje más dirigido hacia adentro que hacia fuera del massismo. “He dejado de cumplir funciones en el Frente Renovador”, dijo a un medio de su pago chico. Sonó a queja dirigida a una conducción de la que parece no sentirse parte.

El portazo de De la Torre es un síntoma de malestares y desacuerdos internos dentro del massismo

Fundador del espacio cuando el FR era un núcleo de intendentes corajudos que se enfrentó con Cristina Kirchner, armador político de Massa en las últimas dos elecciones y puente inicial con la gobernadora Vidal, el eventual paso al costado anunciado por De la Torre supondría una sangría dolorosa para el hombre de Tigre. Y exterioriza un creciente malestar en su fuerza respecto a ciertas cuestiones del manejo político que también comparten, aunque no lo dicen en voz alta, varios legisladores provinciales.

De la Torre explica a quien quiera escucharlo que no estuvo de acuerdo con la manera en que los senadores más encumbrados de su espacio manejaron la crisis por el reparto de las comisiones que se desató recientemente en la Cámara Alta y cuya definición se espera para los próximos días. No es el único massista que piensa eso.

Esa pelea tensó al máximo el acuerdo parlamentario entre Cambiemos y el Frente Renovador cuando los massistas, que habían logrado el manejo de un número importante de comisiones y varias vicepresidencias en otras tantas, no obtuvieron el control de la codiciada comisión de Asuntos Constitucionales y Acuerdos, que quedó en manos del oficialismo.

En el mundo político esa voracidad de los senadores del FR fue entendida como una jugada del propio Massa, insaciable a la hora de obtener espacios de poder. Conviene recordar dos cosas: que el de Tigre ya maneja con gente propia la Cámara de Diputados; y que por la mencionada comisión de Senadores pasan las designaciones de todos los jueces de la Provincia.

Los intendentes que todavía se alinean con Massa tienen necesidades muy puntuales: apuestan a que, como les prometen Vidal y el ministro Edgardo Cenzón, se reactive en forma rápida la obra pública en sus municipios. No quieren que eso peligre por los conflictos antes mencionados en el Senado y por eso respaldan la emergencia en Infraestructura que impulsa el Poder Ejecutivo, aún cuando puedan tener reparos o sospechas respecto a las futuras empresas contratistas.

Sobre la crisis de las comisiones, De la Torre y otros dirigentes del massismo que son críticos del actual momento de tensión apuntan en especial a los senadores Jorge D´Onofrio y Sebastián Galmarini.

A este último, cuñado de Massa, se le atribuye además cierta compulsión por “empiojar” determinados acuerdo políticos que sellan en los territorios otros dirigentes massistas, amparado en su situación familiar privilegiada.

En las últimas semanas, y más allá del episodio en el Senado, el propio Massa ha manifestado cierto endurecimiento personal en su relación con el macrismo en general y con Vidal en particular. Lo hizo en declaraciones a la prensa pero también en encuentros privados, como el que se produjo hace pocos días con los legisladores provinciales del Frente en la residencia del titular de la Cámara baja, Jorge Sarghini.

Una pelea por espacios en la Legislatura ha agitado las aguas en el Frente Renovador y abre grietas internas en la fuerza que lidera Massa

Esto no es bien visto por una parte de la tropa legislativa, la más “acuerdista” digamos, y por algunos dirigentes de peso, que creen que aún no es “tiempo de romper”. Un poco por conveniencia personal, es verdad, pero también porque observan que la gobernadora sigue conservando una notable imagen positiva en las encuestas.

En todo caso, este grupo “dialoguista” dentro del massismo cree que no es este el momento adecuado para redefinir la relación con Cambiemos sino que sería más conveniente dejar ese debate interno para el año próximo, cuando se realicen las elecciones legislativas de medio término.

Saben, además, que en el esquema institucional de la Provincia todavía hay unos cuantos lugares vacantes que el FR podría ocupar en tanto partido opositor para fortalecerse aún más políticamente. Un endurecimiento en la relación con el oficialismo podría alejarlos de esa posibilidad.