Varios anuncios incumplidos sobre la recuperación del anfiteatro del Bosque

Los insistentes reclamos formulados el año pasado por vecinos de nuestra ciudad destinados a solicitarles a las autoridades la recuperación plena del Anfiteatro del Lago, ubicado en el paseo del Bosque local, que habían suscitado una primera respuesta positiva de las autoridades, volvieron a cobrar vigencia en la actualidad, al comprobarse que el lugar ha quedado nuevamente abandonado a su suerte. Ahora ha sido la Cámara de Turismo platense la que requiere la realización de trabajos de restauración y mantenimiento del tradicional teatro al aire libre.

Como se recordará, a mediados del año pasado, luego de varias movidas multidisciplinarias que alertaron acerca del ruinoso estado del coliseo ubicado en el Paseo del Bosque, el Instituto Cultural bonaerense -en cuya órbita se encuentra- anunció obras de restauración y limpieza que se iniciaron por medio de un convenio con la Comuna, pero los trabajos, a poco de iniciarse, quedaron paralizados.

En ese contexto, directivos de la Cámara turística también expresaron su malestar por el hecho de que varios edificios emblemáticos de la Ciudad –mencionaron el Anfiteatro, el Teatro Argentino, el pasaje Dardo Rocha y el salón dorado de la Municipalidad- exhiben signos de deterioro y abandono,

En cuanto al Anfiteatro, como se ha dicho, no es la primera vez que se plantea esta cuestión. El pretérito deterioro se percibe apenas se llega a la explanada de acceso, de cara al frontispicio de estilo neoclásico con tres arcos y columnas con capiteles jónicos. Lajas sueltas, quebradas y levantadas se mezclan con pastizales cada vez más altos. Las malezas y los charcos que nunca se secan también son protagonistas estelares del deterioro en la pérgola semicircular que enmarca el sector de butacas plegables blancas, cuyas bisagras dan cuenta del paso del tiempo y la intemperie.

Cabría señalar que hace dos años funcionarios del Instituto de Cultura habían asegurado que comenzarían los trabajos de recuperación del Anfiteatro, aunque ese anuncio, por lo visto, sólo tuvo alcance declarativo. Ese anuncio formulado desde el Gobierno provincial se reiteró a mediados de 2014 y las tareas tuvieron principio de ejecución, pero volvieron a paralizarse.

Lo llamativo es que un debido mantenimiento del anfiteatro no supone erogaciones cuantiosas para el presupuesto bonaerense, aún cuando si persiste la desidia habrá que invertir sumas mucho más elevadas para evitar la pérdida total.

No debiera ser necesario poner de relieve la excelencia arquitectónica y los valiosos antecedentes artísticos que caracterizaron desde su origen al emblemático teatro del Lago. Rodeado por un canal que flanquean añosas arboledas, el Martín Fierro fue inaugurado el 18 de noviembre de 1949 después de dos años de construcción. Durante largo tiempo fue escenario de las exitosas temporadas de verano del Teatro Argentino.

Se sabe que el Bosque concentra miles de visitantes todo el año. Allí tienen su sede, además, importantes centros científicos y de investigación. Todo su contexto es estimable y digno de consideración especial, y el abandono que exhibe en la actualidad el Teatro Martín Fierro no sólo importa una lesión para uno de los bienes más directos del patrimonio urbano, sino que da lugar a que su desmerecimiento sea interpretado como un desprecio hacia uno de los valores más caros al sentimiento de la comunidad platense.