Vidal y Massa, algo más que romance de verano

Por MARIANO PEREZ DE EULATE

La inminente negociación en la Legislatura bonaerense por las comisiones de las dos Cámaras -presidencias y demás autoridades- servirá para ilustrar, una vez más, el grado de compromiso político que hay en la alianza entre el oficialista Cambiemos y el opositor Frente Renovador, que lidera el diputado nacional Sergio Massa.

En el mundillo político provincial se descuenta que los principales lugares de las comisiones serán ocupados por massistas y “vidalistas”, relegando -luego de una década de dominio- al Frente para la Victoria. Son reglas no escritas de la política que parecen aceptar hasta los propios kirchneristas, en diálogos fuera de micrófono, aunque anteponiendo la promesa de que resistirán esas movidas hasta donde puedan.

Pero, además, en mesas políticas legislativas se está cocinando desde fines del año pasado la idea de estructurar una estrategia conjunta, no blanqueada, entre Cambiemos y el Frente Renovador para utilizar la negociación por las comisiones como una herramienta que “facilite” la fractura definitiva del bloque de diputados del Frente para la Victoria-PJ.

Esa bancada, presidida por el camporista José Ottavis, quedó cuasi rota en diciembre último, durante la discusión por el Presupuesto provincial 2016. Así, quedaron los hiper kirchneristas/cristinistas, por un lado, y los que se dicen justicialistas y piensan que deben reformularse ciertas lógicas luego de la derrota de octubre pasado, por el otro.

ESCENARIO DE RUPTURA

“Todo parece indicar que nuestro bloque va a seguir el camino de lo que pasó en Diputados de la Nación”, se sinceró un hombre cercano a Ottavis ante este diario. En efecto, uno de los temas políticos del caluroso enero fue la ruptura peronista en el Congreso, que inició un proceso de revisión de responsabilidades por la derrota y acaso concluya en una elección interna de autoridades en el justicialismo.

En esa línea, los aliados provinciales Cambiemos-FR estarían dispuestos a ser generosos en el reparto de comisiones con los diputados justicialistas que quieran despegarse de Ottavis y formar otro bloque. Un incentivo perfectamente legal, digamos.

Está claro que una ruptura del FPV favorecería a Vidal, en especial si el lote de eventuales rupturistas consolida posteriormente una tendencia de colaboración con la Gobernadora en las leyes que ésta requiera.

El rol activo del massismo en este tema no sorprende. Vidal ha elegido al diputado de Tigre como su principal aliado, una categoría que convalidó a nivel nacional Mauricio Macri mostrándolo en la Cumbre Económica Mundial de Davos como el principal exponente de la “oposición peronista”. Para ser claros: Massa es, por sobre todas las cosas, un aliado del Presidente.

La semana pasada, Vidal y Massa se reunieron en forma reservada. Del encuentro no trascendieron detalles pero es indudable que se habló de política y de gestión. El tigrense, está claro, tiene real influencia sobre el gobierno de Vidal. Y esta situación les pone los pelos de punta a los socios radicales de Cambiemos, que se sienten relegados por la Gobernadora. Es improbable que el radicalismo diga esto en público pero es tema constante en las reuniones de catarsis que se arman por aquí y por allá.

LUGARES CLAVE

Más allá de la colaboración para destrabar la votación del Presupuesto, el acuerdo con Massa implicó que el presidente de la Cámara de Diputados provincial terminara siendo Jorge Sarghini, referente económico del massismo. También que el Frente Renovador ubicara gente propia en la Tesorería y en la Contaduría de la Provincia y en el directorio del Bapro, entre otros lugares clave del esquema bonaerense.

El massismo también jugó a no cuestionar la decisión de la Gobernadora de suspender por decreto -un reflejo del estilo presidencial- la aplicación de la ley que fijaba paritarias para los empleados municipales en condiciones similares a los agentes provinciales, una medida que también tuvo como aliados silenciosos a los propios intendentes del peronismo, que tampoco querían aplicarla ahora.

Se le escuchó a Massa, además, avalar la idea de abordar las paritarias salariales con estatales y docentes de la Provincia cada seis meses, un estilo de negociación “corta” que evalúa seriamente la Gobernadora, entre otras cuestiones. Toda esa afinidad inicial ha abierto especulaciones entre los actores políticos. La más fuertes: que en 2017, cuando se elijan legisladores nacionales, Cambiemos y Massa podrían confluir en un espacio común, con el tigrense como candidato principal. Por ahora, ciencia ficción.