Al filo de la tragedia en una verdulería de 6 y 33

Habían pasado unos pocos minutos desde las 9 de la mañana de ayer cuando la sobrina del dueño de la verdulería de 6 y 33 salió a la vereda con las bolsas con mercaderías de un cliente, para alcanzárselas hasta el auto. Segundos antes se había retirado del local una señora.

Al ver el negocio sin clientes, dos delincuentes de entre 30 y 35 años, armados, ingresaron en esa verdulería de barrio Norte, pero adentro se encontraron con el propietario del comercio, de 59 años, y con su yerno, de 30, quienes pueden jactarse -sin exagerar- de que ayer nacieron de nuevo.

APUNTARON Y GATILLARON

“Apenas entraron (los delincuentes) primero les apuntaron y luego gatillaron. Pero entonces, por suerte, no salió ninguna bala”, contaron a este diario Cintia (30) y Verónica (26), hija y sobrina, respectivamente, del dueño de ese local.

Según su relato, en un momento dado el yerno del comerciante “zafó de uno de los asaltantes y se escondió, pero ahí uno de ellos le disparó”, aunque sin acertar en su cuerpo.

En ese instante sobrevino otra dramática situación, que involucró en este caso al propio dueño de la verdulería.

“Quedó vigilado por el otro delincuente” en el sector de atención al público, “pero en medio de la confusión mi papá salió rápido a la vereda para intentar escapar. Entonces el ladrón salió detrás suyo y le disparó”, afortunadamente también sin puntería, detalló la hija de la víctima.

Cintia agradeció “a Dios (que) la situación no pasó a mayores, pero estuvo muy cerca de que ahora estuviéramos lamentando una desgracia”.

Los delincuentes se fueron del lugar con las manos vacías, ya que no pudieron robar nada “por la resistencia que encontraron en mi padre y mi pareja” pero también por el “revuelo que provocaron a los tiros”, aseguró Cintia. Escaparon en la misma moto en la que habían llegado.

A su lado, Verónica aseguró que ella pudo haber sido una de las potenciales víctimas de las balas perdidas disparadas por las armas de los delincuentes.

“Estaba con el cliente que abrió su auto para que le entregara las bolsas que le alcancé con las mercaderías y estaba regresando a la verdulería. Pero ahí vi a un ladrón que disparaba contra mi tío y me asusté mucho. Tuve miedo y me escondí detrás del auto del cliente”, reflejó la joven.

Luego Cintia intervino para citar que “mi papá y mi pareja han quedado shockeados por lo que pasó. De casualidad no los hirieron”.

“MAS DE 10 ROBOS”

Cintia recordó que abrieron ese local hace una década y ya sufrieron 10 robos, aunque ninguno había sido tan grave y violento como el de ayer. “La podría haber ligado cualquiera, inclusive vecinos o automovilistas”, concluyó. Los damnificados llamaron al 911 y los patrulleros salieron en busca de los ladrones, sin poder capturarlos.