Asesinan a un joven de tres balazos en el barrio Altos de San Lorenzo

Tirado en el medio de la calle, con su moto a unos metros también desparramada por el asfalto. Era un joven de 25 años, al que presuntamente tirotearon por la espalda, por motivos que aún no se pudieron aclarar. A la víctima la auxiliaron rápido y la dejaron internada en un hospital, pero murió menos de 24 horas después del ataque.

El incidente se produjo en el cruce de 78 bis y 21, dos calles angostas en pleno Altos de San Lorenzo, cuando eran alrededor de las 10 de la noche del domingo. El muchacho, identificado por la Policía como Leandro Salvador Asman, iba en una moto Gilera Smash negra.

Por lo que se pudo reconstruir, era vecino del barrio. En una pensión de 80 entre 18 y 19, donde residía hace aproximadamente un año, indicaron que su oficio era el de zapatero y lo describieron como alguien “trabajador”.

Por esa esquina pasó el joven cuando alguien decidió atacarlo con brutalidad. ¿Fue un ladrón que le quiso sacar la moto? ¿O fue alguien con quien mantuvo una pelea previa y fue a vengarse? Las dos hipótesis están abiertas.

“Quisieron asaltarlo”

La primera versión nació de una presunta declaración de la víctima, cuando la trasladaban al hospital.

En ese sentido, el joven habría dicho que fue interceptado por delincuentes armados, que pretendían quitarle el rodado. “No sería llamativo, porque es uno de los delitos más comunes que se producen en la periferia” platense, consideró una fuente del caso.

Hubo algunos informantes que reconstruyeron que “parece que esquivó a los ladrones o no quiso frenar”. Pero por el momento no habría testigos que lo puedan ratificar.

De haber sido así, al damnificado no le dieron ninguna chance de escapar: “Creemos que el asalto se frustró y por eso le tiraron por la espalda, de bronca”, interpretaron los mismos informantes.

El episodio se le parecería bastante a uno ocurrido a nueve cuadras de ahí, pero hace dos años. Lo sufrió un profesor de informática, al que abordaron en 12 y 76 para quitarle la moto, y le dispararon a la cabeza. Pese a lo gravísimo de la lesión, pudo sobrevivir.

Distinto fue el caso de Leandro. La Policía fue a ver qué pasaba a partir de un llamado al 911, según se informó, en donde se encontraron con el joven baleado.

Tenía disparos en un brazo, en la espalda y en la cadera. Estaba perdiendo sangre y su cuadro ya podía intuirse como complicado. Por eso los agentes tuvieron la premura de llevarlo ellos en un patrullero, para sortear la demora de una ambulancia del 107.

Lo trasladaron de ahí hasta el Policlínico. Los médicos lo recibieron en la guardia y lo derivaron al sector de cirugía. Ahí fue operado y quedó bajo cuidados intensivos.

Después de pasar la noche y la mañana en ese centro médico, finalmente se estableció su muerte alrededor de las 08.00. Tal como se prevé en un caso de esta índole, su cuerpo fue llevado a la morgue judicial para que le realicen una autopsia.

“se habia peleado”

La otra rama investigativa apunta a que Leandro “salió a defender a un amigo que se estaba peleando con otra persona”. Así lo dejaron entrever algunos vecinos de la víctima.

Esa riña callejera se habría producido delante de la pensión donde él vivía, sobre calle 80. De los motivos del conflicto no se sabe nada. Sólo hubo testigos que le dijeron a este diario que sucedió “unas horas antes” del crimen.

Nadie sabía tampoco cuántos heridos quedaron por ese enfrentamiento. Si se suscribe a esa versión de los hechos, “lo fueron a buscar o lo siguieron, y cuando lo encontraron le dispararon por la espalda”, comentó un muchacho que conocía a Leandro como un vecino más.

La presunta venganza todavía no pudo ser confirmada, aunque los detectives no lo descartan, teniendo en cuenta la brutalidad del ataque. Porque “el que disparó se quiso asegurar de que iba a matarlo”, opinó un detective.