Detienen a un sodero acusado de violar a una clienta de 66 años

El muchacho solía hacerle insinuaciones amorosas o sexuales que ella nunca tomó en serio, un poco por los modos que él usaba, pero sobre todo por la diferencia de edad entre los dos. El tiene 34. Ella 66. Y estaban en contacto casi a diario porque él le llevaba los bidones de agua y soda a la casa en la que ella vive sola, en el barrio Jardín. Todo siguió igual, hasta que un día el muchacho demostró que hablaba muy en serio y desoyendo la desgarradora negativa de la mujer, la violó en esa misma vivienda.

Ella lo denunció enseguida, aunque el arresto se demoró seis meses. Recién con un cotejo de ADN que confirmó que la víctima no mentía, el acusado fue detenido mientras hacía su reparto de rutina, informaron fuentes judiciales y policiales.

El ataque ocurrió el 4 de diciembre, cuando el hombre llegó a la casa de la mujer y, con violencia, la arrastró hasta el dormitorio

“La tiró en la cama y la sometió sexualmente penetrándola vía vaginal, para luego retirarse del lugar”, explicó un jefe policial, en base a lo que figura en la denuncia. En shock, la víctima “alcanzó a llamar a un amigo suyo, miembro de una iglesia mormona, quien fue a su vivienda y la encontró en un estado de desesperación total”, completó el vocero.

Este hombre la acompañó hasta el gabinete de Delitos Sexuales de la DDI La Plata, donde contuvieron a la víctima y le practicaron los peritajes de rutina, que constataron en su cuerpo la existencia de lesiones compatibles con un abuso, se detalla en la denuncia. En esos análisis y en la escena del hecho los peritos levantaron muestras de semen que permitieron obtener el ADN que terminaría siendo determinante.

Se inició una causa bajo la instrucción del fiscal Alvaro Garganta, quien solicitó una serie de peritajes para avanzar en el esclarecimiento del caso.

En la investigación también fue clave el testimonio de la víctima. Ella contó que hacía un buen tiempo que compraba agua en bidones, que siempre llevaba a su casa del barrio Jardín el mismo empleado de una conocida firma de reparto de soda y agua potabilizada. Sabía el nombre de este muchacho. Dijo que se llamaba Germán.

Recordó que iba en el horario aproximado de 10 a 12 y que por este trato frecuente comenzó a entrar en confianza con su clienta, a la que “le hacía distintas insinuaciones dándole a entender que tenía intenciones de mantener algún tipo de relaciones amorosas o sexuales”, explicó el jefe policial consultado por este diario.

“lo tomo a broma”

Según la misma fuente, como “se trataba de una persona joven con una gran diferencia de edad con la suya, la denunciante lo tomó a broma”, hasta que finalmente se produjo el ataque.

Con esta declaración los investigadores identificaron al acusado y lo notificaron de la apertura de la causa, además de extraerle muestras de sangre que fueron cotejadas en laboratorio. De este modo obtuvieron el perfil genético de las mismas.

Comparado ese ADN con el de los rastros levantados en el lugar en que se consumó el ataque, se determinó que el joven “resultaba ser el responsable del abuso”, explicaron las fuentes.

Así las cosas, el fiscal Garganta pidió la detención del repartidor, planteo que fue avalado por el juez Fernando Mateos.

la captura

Con esa orden judicial en la mano, nn las últimas horas personal de la DDI y de la comisaría Octava detuvieron a Germán, que es oriundo de la localidad de Berisso, aseguraron los mismos voceros.

Tras un relevamiento por las calles 60 y 125 lograron localizarlo en medio de su rutina: repartiendo agua y soda.

Quedó detenido, para que en las próximas horas lo indague el fiscal Garganta.

“En razón de la falta de testigos fue vital para el esclarecimiento el eficaz reconocimiento médico y la toma de muestras, además de la tarea desarrollada en el laboratorio que permitió la comparación de las muestras genéticas”, concluyó un pesquisa.